Protectores solares de otoño: resistentes, cómodos y perfectos para convertirse en prebase
Que en el otoño se reduzcan las horas de sol no elude el uso del protector solar, pero sí condiciona las cualidades que le debes exigir
Nadie duda de la obligatoriedad de utilizar protector solar en el rostro durante el verano. Por más excusas que se utilicen sobre la densidad o el acabado graso de estos sobre la piel, existen tantísimas opciones en el mercado que todo el mundo tiene un solar a mano. Pero ¿qué ocurre en el otoño?
Cuando llega septiembre corremos hacia los tratamientos antimanchas, desde los cosméticos despigmentantes hasta los láseres, como si deshacernos de los excesos del verano nos salvara la piel. Ahora bien, cualquier dermatólogo o médico estético te dirá que si te vas a someter a un tratamiento despigmentante, uses protección solar. Poco a poco interiorizamos que no solo en verano y no solo si estamos trabajando contra la hiperpigmentación hay que llevar fotoprotección, sino que hay que hacerlo todos los días del año.
El daño solar acelera el proceso de envejecimiento de la piel como consecuencia de los radicales libres, que impiden el normal funcionamiento celular, así que la crema solar se convierte en la barrera más rápida que podemos utilizar para protegerla. El hecho de que el otoño signifique la reducción progresiva de las horas de sol al día y que este no incida con tanta fuerza no se traduce en que sus rayos no nos hagan daño. La inmunidad no es estacional.
Aceptado el hecho de que el protector solar debe ser un paso ineludible en cualquier rutina de cuidado de la piel, toca dar con uno que se adapte a las condiciones medioambientales de la estación. En otoño aún encontramos días de altas temperaturas y sol potente, pero poco a poco la bajada de las temperaturas, la aparición de la humedad, los cambios bruscos de temperaturas al entrar y salir de un lugar a otro y la polución se convierten en factores determinantes del estado de nuestra piel y cuerpo.
Por tanto, es fundamental elegir protectores solares que vayan a llevarse bien con nuestra crema hidratante -que no hagan grumitos al aplicarse sobre ella- o que contengan una buena hidratación que no deje un acabado graso. El SPF puede ser un debate pues mientras muchos dermatólogos dicen que se puede optar por un factor de protección de 30 o 40, mantener la fidelidad al SPF50 resulta demasiado seductor. Por supuesto, si estamos utilizando cosméticos que sensibilicen la piel, despigmentantes o nos hemos sometido a algún láser, hay poco margen de negociación.
Si pedimos un solar con hidratación, este no puede ser graso, especialmente si tu piel tiende a los brillos o si vas a utilizar encima base de maquillaje. Recuerda, el orden es: hidratante, protector solar, maquillaje. Encontramos entonces fotoprotectores que están especialmente formulados para 'llevarse bien' con cualquier fondo de maquillaje y que incluso incluyen en su nombre el concepto ‘prebase’; es decir, además fijan y ayudan a que la piel esté más flexible y, por tanto, el maquillaje dure en perfectas condiciones más tiempo.
Otra forma de huir de los brillos son las fórmulas de acabado mate, muy ligeras o de textura gel, lo que asegura su rápida absorción, cualidad especialmente útil en el día a día, cuando el skincare juega a contrarreloj. Por supuesto, alejados del efecto pantalla total de la playa, cuando los acabados blanquecinos sobre el rostro nos dan la sensación de estar más protegidos del sol, en otoño puedes optar por fórmulas más ligeras, transparentes o incluso nacaradas, asegurándote además un efecto buena cara natural.
Teniendo todo esto en cuenta, ahí van algunos protectores solares con algunas de las cualidades ‘otoñables’, para que no haya excusas de su uso diario.
Elaborado con ingredientes botánicos (a base de plantas procedentes de huertos de agricultura ecológica en Italia), el protector solar Pinie de Suncademy es la combinación de un fotoprotector de amplio espectro (SPF50 y PA++++) y de una prebase iluminadora. La sensación sobre la piel es la de una película perlada, que no interfiere con la base de maquillaje. Como curiosidad, está formulado para ser respetuoso con el medioambiente y no contiene microplásticos. A pesar de ser un protector del alto SPF, no resulta denso ni pegajoso y lo pueden utilizar tanto las personas con piel sensible como con dermatitis seborreica o eccema seborreico.
Ideal también como base de maquillaje, Skin Perfecto de Givenchy es la versión fluida de aquel maravilloso solar en formato cushion. Su textura ligera también deja un acabado perlado (está enriquecido con perlas) sobre la piel, mantiene la hidratación hasta 24 horas y, por supuesto, ofrece una protección de SPF 50+ PA++++.
El Invisible Uv Flawless Poreless Primer ha sido uno de los últimos productos de Charlotte Tilbury. A pesar de que la británica tiene una extensa colección de cuidado de la piel, dar con una fórmula que le aportara la fotoprotección alta que deseaba, cumpliendo también con la hidratación extra, hizo que tardara en lanzar su propio protector solar. El resultado es un 'todo en uno', una hidratante con ácido hialurónico, un solar de amplio espectro y un filtro que iguala la piel y la ilumina. Para rizar el rizo, a las 24 horas de hidratación se le suman antioxidantes como la vitamina C.
Prácticamente, cualquier solar de la marca de Maria Sharapova encaja como un fotoprotector de otoño, pero el Unseen Sunscreen de Supergoop es quizá el más sensorial. Se funde con la piel como una crema hidratante, no deja acabado graso, pero tampoco es mate -a pesar de que al tacto sea sedoso-, tiene antioxidantes y sirve de prebase.
No es una novedad en el mercado, pero el Hydra Vizor de Fenty Skin es el 'todo en uno' salvavidas de la piel. Es hidratante y refuerza la función barrera de la piel, se absorbe rápidamente, deja una película luminosa con la que la piel se ve preciosa, no es grasa y tiene una fotoprotección solar mineral de SPF 30. Es una opción perfecta para el día a día, para dárselo todo a la piel, pero sin asfixiarla.
La Perfect Sun Face Cream de Masqmai ha sido una de las últimas en llegar, pero su alta protección (SPF50) y su textura cremosa e hidratante (está formulado con ácido hialurónico y vitamina E) la convierten en una crema solar que puedes usar a diario.
Si te gustan las texturas ligeras y que puedas aplicar una y otra vez, puede que las gotas Gocce Magiche Protectoras SPF 50 de Collistar sean tu salvación. También protege frente a los IR, la luz azul, el estrés ambiental y la contaminación; sin embargo, no se siente como un escudo denso, sino que deja la piel jugosa a iluminada.
Y por último, un clásico que jamás falla y siempre está en nuestros corazones, el Expert Sun Protector de Shiseido. Por increíble que parezca, su altísima protección de SPF50 y PA++++ no afecta a su sensorialidad. Es fundente y deja la pie jugosa -además de oler de maravilla-, es uno de esos solares que te hacen reconciliarte con la fotoprotección. Resistente al agua, al sudor y a la humedad -es más, gracias a la tecnología SynchroShieldTM su protección se intensifica al contacto con estos o las altas temperaturas-, el otoño no es un adversario para este fotoprotector.
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Nadie duda de la obligatoriedad de utilizar protector solar en el rostro durante el verano. Por más excusas que se utilicen sobre la densidad o el acabado graso de estos sobre la piel, existen tantísimas opciones en el mercado que todo el mundo tiene un solar a mano. Pero ¿qué ocurre en el otoño?