¿Elijo un protector solar con o sin color? El veredicto de los dermatólogos
Los pigmentos protegen más, porque también lo hacen de la luz azul, pero de los que tienen color no solemos aplicar la cantidad adecuada
Cuesta dar con el tono adecuado de un fotoprotector que incorpore color, pero una vez que lo hacemos, solemos ser fieles. Tanto, que a veces relegamos al que no lo tiene color al fondo de la estantería y si te he visto no me acuerdo.
Total, estamos haciendo un “dos por uno”, y a la vez que nos vemos con el tonillo que nos gusta, combatimos la radiación solar. ¿Es suficiente para garantizar una protección completa contra la radiación solar?
En primer lugar, partimos de la base de que el producto, sea el que sea, tiene que tener sí o sí un spf 50. “El 50 bloqueará el 98% de los rayos UVB; es importante saber que los UVB no pueden filtrarse por completo, por eso es esencial reaplicar el protector al menos cada dos horas”, explica la dermatóloga Natividad Cano, del Instituto que lleva su nombre.
Además debe proteger de la radiación ultravioleta, la causante del cáncer de piel, de la luz visible de las pantallas y de los infrarrojos. Es decir, lo que se llama una protección 360.
Pigmentos escudo
Si hablamos de los protectores con color, dice la doctora Cano, “los pigmentos protegen de la luz visible y las enfermedades relacionadas con ella, como el melasma, la hiperpigmentación postinflamatoria o eritema, rojeces, etc.”. Por su parte, la doctora Ana Molina, dermatóloga y divulgadora, añade que “la protección frente a la luz visible o azul se consigue a base de pigmentos como el óxido ferroso (y el dióxido de titanio), que incluyen los que llevan color, y a base de antioxidantes. Y por supuesto, un fotoprotector con o sin color puede llevar el resto de protección de alto espectro que hemos comentado sin que tenga porqué haber diferencias por el hecho de incorporar o no ese tono.
Sin embargo, hay un hecho en el que no solemos reparar: es bastante probable que cuando eliges el que sí tiene, te pongas menos cantidad, no vaya a ser que te quede ese antiestético efecto máscara. ¿O no?
Fotomaquillaje: maquillaje con spf
“Efectivamente, la cantidad necesaria para poder alcanzar la cantidad adecuada en la cara son dos dedos, cubriéndolos con una línea de producto desde la base hasta la punta, y extenderlo adecuadamente”, aclara Natividad. Lo que ocurre, corrobora Ana Molina, es que casi nunca lo hacemos, porque nos veríamos con demasiado maquillaje, poco naturales.
Ocurre parecido con el maquillaje que incorpora protección solar, que puede tener la típica base fluida, en polvo, polvo crema o formato cushion: “Está muy bien para épocas con bajo índice ultravioleta, como el invierno, pero recordad que cuando aplicamos este tipo de productos en la piel, inconscientemente ponemos mucho menos, ya que, al llevar color, no nos queremos ver tan maquilladas. Por eso en verano recomendamos usar un fotoprotector sin color en la cantidad recomendada (2 mg/cm2), y luego encima el maquillaje o fotomaquillaje”, aconseja la Dra. Molina.
Fotocorrector con tratamiento
Hablamos de los fotoprotectores con o sin color que además incluyen principios activos despigmentantes, como ácido azeláico o ácido tranexámico, de forma que a la vez que nos protegen y dan color, ayudan a eliminar las alteraciones del tono de la piel o las pequeñas manchas que podamos tener.
Al final, tengan o no tengan color, la clave está en si extendemos la cantidad adecuada, como decíamos. De ahí que la solución sea, según Ana Molina, aplicar primero un protector solar sin color en dicha cantidad y después, el de color en la cantidad que deseemos.
BBC y eventos especiales
Acudir a una boda o fiesta de rigor a pleno día en verano puede ser todo un reto si queremos lucir un maquillaje impecable y respetar las normas pertinentes frente al sol. ¿Basta con un maquillaje con spf? ¿Hace falta debajo un protector sin color? Para la doctora Cano, lo ideal es “poner fotoprotección spf 50 con o sin color y encima aplicar una cobertura de maquillaje que con ambos puede reforzarse cada dos horas si fuera necesario”, en caso de que pamelas y sombras brillen por su ausencia.
Age Repair Color, de Isdin (24,79€ en Primor). Es un fotoprotector de amplio espectro (protege contra todas las radiaciones) con acción antiedad, textura ligera y un tono muy natural.
Super Fluid Color, de Babé (14,09€ en Promofarma). Textura súper fluida, reduce rojeces, granitos e imperecciones. Es adecuado para todas las piles, incluso las sensibles.
Gold skin spf 50, de Tegoder (26,99€ en Amazon). Es oil free y acabado invisible, no tiene color (aunque también hay “con”) y sí activos que cuidan tu piel como las isoflavonas y la coenzima Q10.
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Cuesta dar con el tono adecuado de un fotoprotector que incorpore color, pero una vez que lo hacemos, solemos ser fieles. Tanto, que a veces relegamos al que no lo tiene color al fondo de la estantería y si te he visto no me acuerdo.