¿Sirve el agua micelar para limpiar las brochas de maquillaje?
Las redes sociales dicen que sí, pero los expertos todo lo contrario. Veamos por qué
El manual SOS en el que se han convertido Instagram o TikTok en cuestiones de belleza sugiere el último truco viral para limpiar las brochas de maquillaje: el agua micelar.
Un gesto fácil y rápido para tener a punto las herramientas que utilizamos para el colorete, las sombras, los fondos o los iluminadores, que, como nos han repetido dermatólogos y especialistas en estética, deben estar impolutas para evitar problemas cutáneos.
Y sí, existen productos específicos, pero a veces simplificar los artículos en el tocador puede simplificarnos también la vida. Sin embargo, no todo vale.
No son pocos los especialistas que no aprueban el uso del agua micelar en el rostro porque podría resecarlo (en buena parte porque haría falta un último paso no escrito de aclarado), o bien necesitar a continuación tirar de otro limpiador, lo mismo sucede con las brochas y el agua micelar.
Raquel Álvarez, maquilladora oficial de Chanel, cuenta que “las micelas son un conjunto de moléculas formadas por tensioactivos o surfactantes que hacen de imán de la suciedad. El problema es que estos surfactantes no son buenos para la piel, la resecan y dejan esa suciedad en la superficie que estemos lavando. Por eso habría que utilizar jabón después del agua micelar”.
Además, dichas micelas no desinfectan, cree Nuria López, esteticista y CEO DE Kuka&Chic: en la brocha se forma al parecer un cúmulo de bacterias que necesitan lavarse con agua y jabón, argumenta.
Glicerina o neutro, los mejores
“Necesitamos un jabón que retire los restos oleosos de producto de nuestras brochas. Esto lo conseguiremos con un jabón neutro de buena calidad, o por ejemplo, con uno de coco: me gusta este último porque limpia genial las brochas y además tiene propiedades antimicrobianas”, descubre la maquilladora de Chanel. Para la esteticista de Kuka&Chic, el mejor es “el jabón de glicerina, ya que quita la grasa y el maquillaje”.
En TikTok podemos ver lo que se ha llamado método del agua micelar. Consiste en llenar un recipiente con este producto limpiador y un poco de agua, sumergir brochas y pinceles y dejar que se impregnen. Después se colocan en esas alfombrillas de silicona, que también las redes han encumbrado, para retirar la mayor parte del producto, se vuelven a lavar con agua micelar y se aclaran.
Paso a paso
Desde Chanel explican la alternativa más eficaz y respetuosa con la piel. “Colocas la pastilla de jabón sobre una superficie o en tu mano. Con la otra mano humedeces la brocha en agua y realizas movimientos circulares en el jabón. Cuando la espuma salga blanca sabremos que la brocha ya está limpia; en el proceso de aclarado, intenta no mojar excesivamente la virola, es decir, la madera del pincel”.
Otra manera sencilla de hacerlo la aporta Nuria López: primero hay que mojarla en agua y luego frotar un poco en la pastilla de jabón de glicerina en una plantilla especial para limpiar brochas. A continuación se enjuaga y se seca con una servilleta de papel para quitar la humedad. “Es muy importante dejarla secando en una superficie plana, nunca boca arriba, para que el pelo de la brocha no se abra”, añade.
Problemas cutáneos
Si te preguntas por qué es tan relevante limpiar las brochas, que, según los expertos, se debe hacer de media cada semana o diez días, aquí tienes motivos de peso. Por supuesto, el producto se puede estropear, sobre todo si es en textura polvo y si la brocha tiene restos oleosos de cremas o fondos de maquillaje; pero lo que sin duda es peor es que puede favorecer o empeorar enfermedades cutáneas, como el acné, los hongos o crear problemas de descamación, y es que sin la higiene necesaria, estas herramientas fabulosas para distribuirnos tono y color se convierten en auténticos focos de bacterias.
La forma ideal
Luego, también es importante la calidad de brochas y pinceles, y más teniendo en cuenta que pasan por agua y jabón cada poco tiempo. Según Raquel Álvarez, “la calidad es determinante a la hora de la aplicación de un producto, así como para no sentir en el rostro que 'pincha'. Hoy en día ya casi no pueden encontrarse brochas de pelo natural, ya que la tendencia es evitar el sufrimiento animal. Sí son habituales las de taklon y otros materiales sintéticos que distribuyen el producto a la perfección y son de alta calidad”. Además, las de pelo natural tienen un precio bastante más elevado.
Brochas a tener en cuenta
Hanatksubaki Hake Polishing Face Brush, de Shiseido. Para definir el contorno del rostro y difuminar el maquillaje. Está inspirada en la camelia de la casa y deja un acabado suave.
Brocha 2 en 1 para fluido y polvo nº 101 de Chanel. Permite realizar con facilidad diferentes técnicas y está especialmente pensada para fondos de maquillaje fluidos y compactos. Está compuesta de pelo sintético, suave y resistente.
The Air-Brush, de Charlotte Tilbury. Este pincel que simula el aspecto aerografiado en formato retráctil es la herramienta perfecta para un bronceado 10.
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El manual SOS en el que se han convertido Instagram o TikTok en cuestiones de belleza sugiere el último truco viral para limpiar las brochas de maquillaje: el agua micelar.