El sencillo truco para limpiar las velas decorativas: parecen recién compradas

• Estos son los trucos de limpieza que puedes llevar a cabo en tu casa con el percarbonato y bicarbonato según María Fernández, experta en hogar
• Si quieres limpiar tu casa como un profesional, estos son los trucos que te ayudarán a conseguirlo

Las velas son un básico en muchos hogares, aportan calidez, ambiente y un toque decorativo muy usual. Sin embargo, con el paso del tiempo tienden a acumular polvo, pelusas o marcas que estropean su aspecto, sobre todo si llevan semanas sin encenderse. Mantenerlas limpias puede parecer complicado, pero existe un método fácil, rápido y económico que las deja como recién salidas de la tienda.

El secreto está en algo que casi todo el mundo tiene en su botiquín, alcohol y discos de algodón. Basta con humedecer ligeramente un disco con un poco de alcohol isopropílico (el mismo que se usa para curar heridas) y pasarlo suavemente por la superficie de la vela. En cuestión de segundos, el polvo y la suciedad desaparecen sin dejar marcas ni residuos. Este método no solo limpia, sino que devuelve al material su brillo original, como si la vela fuera nueva.

Si la vela es aromática y ha perdido algo de fragancia, puedes aprovechar la limpieza para revitalizarla. Una vez seca, añade una o dos gotas de aceite esencial —de lavanda, jazmín o cítricos— en la superficie, evitando el pabilo. Así recuperará su aroma y seguirá siendo un elemento decorativo y sensorial en cualquier estancia.

Existen otros métodos complementarios que también funcionan bien. Si la vela tiene polvo superficial, pasar un secador de pelo en modo aire frío durante unos segundos ayuda a eliminar las partículas sin tocarla. Otra opción es limpiar con un paño ligeramente humedecido en aceite para bebé, que además deja una capa protectora que evita que el polvo se adhiera fácilmente.

Los expertos recomiendan no usar agua caliente ni estropajos, ya que pueden deformar o rayar la superficie. Si se prefiere un lavado más profundo, se puede sumergir la vela en agua fría con unas gotas de jabón neutro, enjuagarla con cuidado y secarla con un trapo fino. Este método es útil sobre todo para velas de gran tamaño o que llevan mucho tiempo almacenadas.

Para conservarlas en buen estado durante más tiempo, lo ideal es guardarlas cubiertas o dentro de una caja cuando no se usen, especialmente si están expuestas en estanterías o zonas con corriente de aire. Y si se colocan bajo una campana de cristal o protector de vela, se mantendrán limpias y sin polvo por mucho más tiempo.