Palomo Spain revoluciona el Teatro Real con escenas de pasión cinegética
Alejandro Gómez Palomo cierra la MBFW Madrid con un desfile inspirado en la caza y sienta en su 'front row' a incondicionales de sus diseños como Pedro Almodóvar o Rossy de Palma
Una lección de dadaísmo 'fashion'. Esta es la moraleja que se extracta de la última colección del diseñador Alejandro Gómez Palomo (Posadas, Córdoba, 1992). Con la 'The Hunting' (La Caza), su propuesta de moda masculina para el próximo otoño-invierno 2018, ha cerrado el circuito oficial de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid y ha puesto de manifiesto por qué sus 'shows' –este es el quinto en solo dos años– tan pronto congregan a personajes del ámbito social, político y cultural. Desde la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, quién departió amablemente con un correligionario de la estética 'made in Palomo'. Esto es, pelo peinado con una cresta de dimensiones estratosféricas, botas-calcetín blancas hasta la rodilla y un abrigo de flores perteneciente a 'Hotel Palomo', la línea que el modisto maleno presentó en septiembre de 2017. Un choque de trenes 'trendy' que demuestra por qué solo en los desfiles de Palomo Spain cualquiera puede presenciar escenas tan impagables como esta.
Y no es la única. Deambular por los salones del Teatro Real de Madrid, lugar elegido por la firma para presentar su última colección, tiene un punto curioso. ¿El motivo? A la legión de 'palomos' que revolotean por las estancias en las que se exhibirá 'The Hunting', hay que sumarle la presencia de una incólume Carmen Lomana que, a su edad –y solo ella está en disposición de quitarse años–, habría que sumarle lo bien que le sentaban las transparencias de ese vestido que repite para esta ocasión y que ya lució en una entrega de premios en noviembre pasado. Otro momento irrepetible. Como también lo es descubrir que en esto de la mitomanía no hay nada escrito. Porque el cineasta Pedro Almodóvar o la actriz Rossy de Palma, dos tótems culturales a la par que tardonostálgicos de la Movida, repiten nuevamente como invitados y admiradores confesos de la costura con notas propias de los años 80 que tan bien define al diseñador cordobés. Aunque la ristra de celebridades patrias no acaba con ellos.
Llamar al Salón Verde –uno de los espacios donde se dieron cita algunos de los 800 invitados al 'show'– a su colega Lorenzo Caprile, a actores como Alfonso Bassave (de 10 con su estilismo 'total black' a lo 'llanero solitario'), Paco León, Eduardo Casanova o Brais Efe, así como a la presentadora Raquel Sánchez Silva o a la chef Samantha Vallejo-Nágera (con un vestido vaporoso de apariencia 'boho'), tiene premio. Esta suerte de festival social, cultural y 'celebritoso' solo es posible gracias a Palomo; porque esto es Spain. Y aquel "is different" que otrora legara Manuel Fraga entronca con lo llamativos, provocadores y apetecibles que resultan siempre los desfiles de este nuevo 'enfant terrible' de la moda patria en cuyo bagaje profesional cuenta con haber vestido ya a personajes como Beyoncé, Miley Cyrus o Rita Ora, entre otras.
De no ser por estas y otras alegrías que dejan tras de sí las atípicas puestas en escena de Palomo, haría tiempo que la industria 'fashion' palidecería. La estética 'genderfluid' que promueve el diseñador cordobés –quien, además, abrió la Semana de la Moda masculina de París el pasado enero–, le ha granjeado muy buenas críticas entre los expertos del sector. Y el mismo Gómez Palomo es consciente de ello. De hecho, hace escasos meses reconoció a este medio que la moda española estaba muy necesitada de un creador como él. Y bajo el auspicio de una carrera que se vislumbra imparable, el modisto ha conseguido con 'The Hunting' ofrecer a su variopinto público una propuesta tan singular como meditada. Tan madura como arrolladora. Una revolución hecha a su imagen y semejanza y que solo necesitaba un marco tan grandilocuente como las entrañas del Teatro Real, infinitamente menos inhóspito que esa mole de hormigón armado que es el pabellón 14 de la Feria de Madrid (IFEMA) y más acorde con las escenas costumbristas que propone en su última colección.
La caza, actividad ligada a la historia del ser humano, así como la estética que la ha rodeado a lo largo de los siglos sirve de inspiración a Gómez Palomo. Sus diseños, llevados por modelos masculinos de apariencia ambigua, ofrecen paletas de colores y texturas a medio camino entre la campiña inglesa y la serranía cordobesa. Una propuesta a caballo entre el mundo de la montería, la costura moderna, la cultura cinegética y el noble arte de la cetrería. Para ello se toma ciertas licencias que aportan a su última colección notas regias que recuerdan a los retratos realizados por Velázquez durante sus años como pintor de cámara de la corte de Felipe IV.
En esta ocasión, sus diseños crecen en volumen y ganan en peso otorgando a sus modelos una apariencia tan magnánima como barroca. Palomo Spain disecciona piezas propias de aquella época para crear grandes faldones abullonados, jubones en seda tornasolada de los que sobresalen golas y puñetas, calzones deconstruidos, vestidos de cota de malla, capas elaboradas con ante o con apariencia de armiño, amplias gabardinas de paño con bolsillos de plastrón, así como camisetas de rayas. Estos últimos, junto con los pantalones cargo, son algunas de las prendas que más se acercan a un 'prêt-á-porter' masculino de corte convencional y comercial.
Y en esta versión tan 'fashion' de una montería, Palomo Spain utiliza tejidos asociados al vestuario masculino inglés: desde prendas elaboradas en tweed, pasando por estampados de tartán, así como tafetanes iridiscentes, terciopelos y un sinfín de drapeados que recrean la poco convencional factura del cordobés. Una alegoría estética que sería incomprensible sin la singular colección de sombreros que ha exhibido en su 'show'. Para ello, ha trabajado junto al sombrerero sevillano Tolentino cuyas chisteras, gorras de fieltro, capelinas, sombreros de ala corta, así como el tradicional modelo napoleónico han puesto la nota maximalista a este fantasioso catálogo de diseños.
Pero Palomo –valga el símil– no da puntada sin hilo. Y para rematar esta singular colección cinegética, el diseñador ha llevado el cuero, las pieles de gacela o las astas de venado a sus complementos, componiendo así una nutrida ristra de bolsos, cinturones y 'charms' que emulan a los enganches que los cazadores usaban para transportar las piezas de mayor tamaño. Una alegoría al mundo de la caza llevada hasta su última expresión. Porque en Palomo todo es hedonismo. Tanto que, tras finalizar el desfile, los asistentes tuvieron que trasladarse a un salón de baile para contemplar el singular retrato de familia de los modelos de la firma. Todos ellos se dispusieron sobre una peana cuajada de hierba, olivos y gramíneas para que el conjunto despertara la fascinación de todos los invitados al 'show'. Para dejar constancia de que en este singular Olimpo quien trabaja por convertirse en el dios Zeus no es otro que un joven de carácter afable ataviado con un traje negro, zapatos de tacón y camisa de grandes cuellos. Que suene la música (clásica) y larga vida a los espectáculos 'made in Palomo Spain'.
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Una lección de dadaísmo 'fashion'. Esta es la moraleja que se extracta de la última colección del diseñador Alejandro Gómez Palomo (Posadas, Córdoba, 1992). Con la 'The Hunting' (La Caza), su propuesta de moda masculina para el próximo otoño-invierno 2018, ha cerrado el circuito oficial de la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid y ha puesto de manifiesto por qué sus 'shows' –este es el quinto en solo dos años– tan pronto congregan a personajes del ámbito social, político y cultural. Desde la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, quién departió amablemente con un correligionario de la estética 'made in Palomo'. Esto es, pelo peinado con una cresta de dimensiones estratosféricas, botas-calcetín blancas hasta la rodilla y un abrigo de flores perteneciente a 'Hotel Palomo', la línea que el modisto maleno presentó en septiembre de 2017. Un choque de trenes 'trendy' que demuestra por qué solo en los desfiles de Palomo Spain cualquiera puede presenciar escenas tan impagables como esta.