Lo acolchado vuelve a estar de moda y estas son sus nuevas reglas de estilo

Vuelve, si es que alguna vez se fue. Clásicos de siempre como el bolso 2.55 de Chanel, el acolchado por excelencia, ideado en 1955, o apuestas más actuales y modernas como el viral bolso Cassette de Bottega Veneta, eso en lo que a accesorios se refiere. En las prendas más de lo mismo: plumíferos, chalecos, cazadoras o faldas, un muestrario con efecto guateado que, en mayor o menor medida, lleva años presente en nuestro armario. Repitiendo ese liderazgo como tendencia constante, nada tiene que ver el mullido de la temporada pasada con el que hoy está de moda e invade el street style.

Sus nuevas reglas nos revelan una dimensión hasta ahora no explorada, un fuerte protagonismo que va in crescendo y dos elementos como esenciales, todo para demostrarnos que el acabado acolchado todavía conserva ese cariz novedoso de las corrientes a las que les queda un amplio recorrido dentro de la industria.

Hasta ahora el mullido se distinguía por una cualidad, la discreción, una virtud, la elegancia, y un tamaño, el reducido, pero tras explorar su rol como elemento casual en parte, impulsado por el boom de la moda en clave deportiva, el acolchado está viviendo su época dorada. Su nueva imagen 'comfy' es una de las razones de su éxito.

Se lleva a lo grande, no solo por su acabado voluminoso e incluso llegando a rozar el calificativo de excesivo, también por las dimensiones que de manera obligatoria han adquirido las prendas. Abrigos de todas las clases y estilos, los verás tipo ponchos, anoraks, parkas, cazadoras o de corte sastre, y como novedad, los pantalones, sin medias tintas y, otra vez más, en una proporción mayúscula.

Después de ir probando temporada tras temporada sus bondades, a la par que pone el toque cool te abriga, a las prescriptoras de moda no les ha costado lo más mínimo; es más, les ha resultado natural acoger entre sus imprescindibles de 2021 esta versión extrema del tejido guateado. Ellas le han dicho sí, pero en honor a la verdad debemos señalar que esta vez han sido las grandes marcas las verdaderas impulsoras de la tendencia.

Inolvidable el desfile de otoño-invierno de Miu Miu grabado en las montañas nevadas de los Alpes orientales italianos donde las modelos, metidas a exploradoras, paseaban ataviadas con plumíferos, faldas y total looks acolchados haciendo una alusión al armario de inspiración esquí. Celine, Chanel, Chloé o Givenchy también se han apuntado con sus propias versiones.

Como si de envolvernos por completo se tratase, a su tamaño descomunal debemos sumar otro factor determinante: el color. Básicos como el verde caqui, el gris y el negro se mantienen, pero son los pasteles, los metalizados y los neón los que realmente están destacando en el street style.

En contraste con la esencia tradicional del tejido guateado, bien es cierto que estos tonos insólitos y llamativos le aportan un cambio a favor de la fantasía. Aunque se podrían acompañar de piezas discretas y de colores neutros, a juzgar por las muestras recogidas en ciudades como París, Londres o Copenhague, complicar el look creando combinaciones arriesgadas se antoja como la gran apuesta de la temporada.

Decidas como decidas aplicarlo en tu día a día, nadie puede negar que su crecimiento como tendencia es imparable y que otra vez este año volveremos a vestir con piezas acolchadas, palabra de las expertas.