El embrujo de la camisa blanca, el símbolo de poder

En el instante en el que vimos a Kaia Gerber desfilar en el show de alta costura de la colección fall 2024 de Valentino con una camisa blanca y vaqueros, supimos que el universo couture había cambiado para siempre. Sin embargo, pronto descubrimos que los jeans en realidad estaban hechos de gazar de seda completamente bordados en microperlas teñidas en 80 tonos diferentes de índigo, demostrando que lo sencillo en apariencia no siempre lo es en realidad. Pero no solo nos sorprendió que unos aparentes vaqueros fueran material de 'costura', sino que una camisa blanca también lo fuera. Lo sorprendente es que es parte de la nueva trayectoria de Valentino, pues dos de sus invitadas 3.0, Lena Perminova y Leonie Hanne, acudieron al show enfundadas en la prenda más polivalente y clásica de la moda.

Las camisas oversize blancas han sido también las elegidas estos días por Tina Kunakey (la suya es de Alaïa) y por FKA Twigs (la de la cantante es de Viktor & Rolf), demostrando todas ellas que las blusas de toda la vida son ahora las prendas más sexis. “Estas piezas son maestras de la ilusión. Significan orden y pulcritud, profesionalismo y autoridad, y evocan una competencia poco llamativa. Pueden ser abreviaturas del verdadero yo', escribe Alexandra Shulman en ‘Clothes… and Other Things That Matter’. Lo cierto es que son incluso aptas para los Oscar (en 1998, Sharon Stone llevó una blusa de GAP con una falda satinada de Vera Wang, mientras que en 2022 Zendaya, de Valentino, y Uma Thurman, de Bottega Veneta, hicieron lo propio) y son incluso las estrellas de una sesión de fotos que ya forma parte de la historia de la moda, como la que protagonizan diversas supermodelos inmortalizadas en 1988 por Peter Lindbergh.

Las camisas blancas forman parte del uniforme de algunos de los grandes de la moda: desde las blusas de Carolina Herrera ("Las amo, porque son como una manta de seguridad. Te las puedes poner con cualquier cosa y es quien las lleva quien las hace diferentes”, asegura) hasta las de Karl Lagerfeld, que tenía alrededor de 1.000 unidades procedentes de Hilditch & Key (cada una ronda los 150 euros, por lo que tenía más de 150.000 euros en camisas en su armario), son una prenda imprescindible en los vestidores de los genios de la industria. “Cuando pienso en los diseños más irónicos de la carrera de Karl, siempre pienso en la camisa blanca", dijo Carine Roitfeld, conductora creativa de Karl Lagerfeld en 2019.

"Este tributo nos brinda la oportunidad de honrar su legado mientras incorporamos un inquebrantable amor por su forma de hacer moda, no me puedo imaginar una mejor forma de celebrar su pasión por la creatividad”, señaló al hablar del lanzamiento de 'A Tribute a Karl: The White Shirt Project', una celebración a través de una de sus prendas fetiche, la camisa blanca, en la que figuras como Cara Delevingne, Diane Kruger y Kate Moss crearon su versión de la blusa blanca. Y qué decir de cómo Meghan Markle logró que su camisa de Misha Nonoo (llamada, por cierto, 'camisa de marido') se convirtiera en una auténtica sensación al ser la prenda elegida para aparecer por primera vez de forma pública con Harry en los Invictus Games de Toronto, demostrando una vez más que el combo jeans+blusa es sencillo pero potente.

Una camisa blanca puede ser sexy, como vimos cuando Marilyn Monroe fue inmortalizada con su blusa y unos jeans oscuros por Eve Arnold en el set de ‘The Misfits’ en 1961, o tener cierto aire naíf, como cuando Audrey Hepburn recorría Roma con una camisa blanca con las mangas remangadas y un pañuelo de rayas anudado al cuello en ‘Vacaciones en Roma’. La magia de la camisa radica tanto en la propia blusa como en la forma en la que se combina, pues los trucos de estilismo son claves para elevar el look.

Al hablar de calidad es imposible no adentrarnos en el armario para analizar las blusas de The Row, que superan los mil euros. ¿Por qué hay quien cree que está justificado este precio? Al analizar la selección de la marca de las Olsen, nos encontramos con una camisa abotonada de corte recto de suave dril de algodón y cachemira con acabado clásico de bajo camisero y canesú en la parte posterior. ¿Su precio? 1.570 euros. Lo cierto es que hablamos del tipo de diseños que sin duda forman parte del lujo silencioso, pues siguen la fórmula del 'If you know, you know'; es decir: si eres capaz de reconocer la marca, es porque eres un fashion insider o, mejor, porque tienes alguna blusa de la firma en tu vestidor. Sí: la camisa blanca perfecta es el nuevo símbolo de estatus.

“La influencia de la camisa blanca se remonta a la época victoriana. Durante este tiempo, fue vista como un importante símbolo de riqueza. Se dice que el color blanco puro de la tela indicaba una clase superior. Esto se debió a que solo las personas con un éxito sustancial podían permitirse el lujo de lavar sus camisas con frecuencia y poseer suficientes para usar”, señala el equipo de The Savile Row Company, firma de élite londinense. “Si me preguntas cuál ha sido el mejor invento de la moda, diría que ha sido la camisa blanca. En mi opinión, la camisa blanca es la base de todo. Todo lo demás viene después”, dijo Karl Lagerfeld. Y si lo dijo el káiser de la moda, ¿quiénes somos nosotros para llevarle la contraria?