De niña prodigio a 'hermana de': así han cambiado los looks de Dakota Fanning

Dakota Fanning solo tenía 5 años cuando hizo un cameo en la serie ‘Urgencias’. Después vinieron otras apariciones en televisión en producciones como ‘C.S.I.’, ‘Ally McBeal’ o ‘Malcolm’, hasta que le llegó su gran oportunidad de la mano de Jessie Nelson, quien confió en ella para un papel en la película ‘Yo soy Sam’. Esta primera incursión en el cine fue su gran presentación en Hollywood –se convirtió en la actriz más joven de la historia en ser nominada para un Premio del Sindicato de Actores– y da la casualidad que la cinta en la que compartía protagonismo con Sean Penn y Michelle Pfeiffer supuso también el debut de su hermana Elle. Por aquel entonces esta última acababa de cumplir dos añitos y no sabía que también querría dedicarse a la interpretación ni que llegaría un momento en el que terminaría por adelantar profesionalmente a Dakota por la derecha.

La década de los 2000 fue muy fructífera para esta joven de Georgia. Su currículum se llenó de títulos que gozaron de relativo éxito en taquilla: ‘Sweet Home Alabama’, ‘Niñera a la fuerza’, ‘El escondite’, ‘Trapped’, ‘Dreamer’, ‘La guerra de los mundos’, ‘Crepúsculo’… todos ellos con tan buenas críticas que de ahí le surgieron proyectos diferentes igual de atractivos como la participación en un capítulo de la última temporada de ‘Friends’ o el doblaje al inglés de la voz de Satsuki en la cinta de dibujos animados ‘Mi vecino Totoro’.

Sin embargo, según iba adentrándose en la adolescencia, los trabajos para los que le llamaban eran menos interesantes y los focos dejaron de apuntar hacia ella con tanta intensidad para empezar a centrarse en Elle, quien pasó de ser “la hermana de” a hacerse un nombre en la industria con derecho propio que ha superado incluso al de su mentora. Pero que nadie trate de buscar rivalidad entre ambas porque han demostrado durante años que eso no va con ellas. “A veces la gente quiere que nos sintamos celosas la una de la otra. No va a pasar nunca. No hay nadie al que me gusta más ver triunfar o destacar que a ella”, reconoció Elle Fanning en una entrevista en el 2017.

Una estrella con estilo propio

Dado que las hermanas Fanning empezaron a posar en las alfombras rojas cuando apenas levantaban dos palmos del suelo, su evolución a lo largo de todo este tiempo ha sido notable.

En el caso de Dakota, sus apariciones en estrenos y entregas de premios comenzaron con estructurados vestidos infantiles de ceremonia combinados por bailarinas y pronto se transformaron en diseños que alternaban las capas de tul con encajes, bordados florales y satinados que tanto gustaban a quienes vivieron la pubertad a comienzos del milenio. Suerte que en el 2012 llegó a su vida Samantha McMillen, estilista de otros rostros conocidos de Hollywood como Ana de Armas o Brie Larson, quien volvió sus looks notablemente más sofisticados. También los de Elle, porque cuando seis meses después de haber empezado con Dakota la hermana menor necesitaba ayuda para sus looks en una gira, decidió unirse a las filas de McMillen.

“Son tan diferentes. Son hermanas, pero las veo como clientes diferentes”, contó Samantha McMillen a la revista 'Teen Vogue' poco después de empezar a colaborar juntas. “Hay similitudes en la atención al detalle y la forma en que planifican las cosas. A ambas les encanta la moda y les gusta mucho, lo cual es realmente agradable. Me divierto mucho trabajando con ellas”, añadió.

Elle Fanning se mueve con más soltura entre las tendencias. No tiene ningún miedo a experimentar si la ocasión lo requiere y sabe cómo sorprender con estéticas que van desde el romanticismo al punk pasando otras que se centran más en lo naïf o la androginia.

Dakota, en cambio, prefiere ser fiel a aquello con lo que se siente cómoda. Lo suyo son los vestidos ultrafemeninos, ya sean repletos de lentejuelas, minimalistas o con un punto de vanguardia como el diseño de Loewe en color rojo de original escote en flor que lució en una fiesta a la que acudió junto a su hermana la pasada primavera. Se toma más licencias de lo que parece, pero siempre sin perder el foco en lo que verdaderamente le interesa.

También en el día a día tiene muy claro lo que le gusta. En su armario abundan prendas clásicas como chaquetas de punto, blusas, pantalones vaqueros, camisetas básicas y vestidos camiseros sin demasiadas estridencias con los que elabora estilismos sobrios y funcionales para cuando no tiene que ponerse delante de las cámaras. Incluso cuando tiene que posar ante ellas en un acto que no precisa del glamour de la red carpet también prefiere ser fiel a su sencillez.

Así lo demostró en el evento CinemaCon celebrado en Las Vegas la pasada primavera al que asistió con Denzel Washington para promocionar la última película que han rodado juntos, ‘The Equalizer’, donde un discreto conjunto negro compuesto por un top sin mangas y una minifalda fue su mejor baza para su vuelta a la primera plana.