Así es como Ana de Armas cambió su armario de 'newcomer' por el de diva de Hollywood

El próximo sábado 11 de marzo se anunciarán los ganadores a los polémicos Razzie, los 'premios' a los peores del año en la industria del cine. Hasta ocho se puede llevar ‘Blonde’, aunque ninguno de ellos irá a parar a Ana de Armas. Su protagonista no solo se ha librado de esta dolorosa nominación por su brillante papel de Marilyn Monroe, sino que el 12 de marzo posará en la alfombra roja de los Oscar en calidad de candidata a la estatuilla a la mejor actriz —primera cubana nominada en la historia de estos galardones y octava actriz latina—.

Casi 16 años habrán pasado entonces del estreno en España de ‘El internado’, la serie que la catapultó a la fama en nuestro país. Tres lustros después, y con un valle a mediados de la década pasada donde su carrera parecía no terminar de arrancar, la artista se ha convertido en una de las estrellas que más brilla en el firmamento de Hollywood. Y, con ello, en todo un icono de estilo. Si alguien tenía alguna duda de esto último, la gira promocional de ‘Blonde’ las disipó.

Ana de Armas no es la favorita para ganar el Oscar a mejor actriz. No lo puede ser si entre las nominadas está Cate Blanchett (‘Tár’), que ya tiene dos en su poder; o Michelle Williams (‘Los Fabelman’), que acumula hasta cinco nominaciones sin premio. Tampoco lo fue en los BAFTA, los Globos de Oro y los SAG, galardones de prestigio a los que también fue nominada este año. Pero tampoco sería una sorpresa que lo ganara, de la misma forma que no lo sería si se lo llevaran las otras dos actrices nominadas: Andrea Riseborough ('To Leslie') y Michelle Yeoh ('Todo a la vez en todas partes'), porque la crítica coincide en que esta es la categoría donde están “las que tienen que estar”.

En las semanas que restan hasta la gala, por muy favorita que sea Blanchett, nadie podrá dar por hecho su triunfo. En cambio, hay algo de lo que estamos seguros: Ana de Armas, como la propia Cate Blanchett, centrará todas las miradas cuando aparezca en la alfombra roja del Dolby Theatre de Los Ángeles. Y es que si se entregara un premio Oscar a la mejor vestida, teniendo en cuenta los estilismos que la actriz cubana nos ha regalado en los últimos meses, sería una de las grandes favoritas.

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Cris Castany

Mucho ha llovido desde que en septiembre del 2017, cuando todavía era una recién llegada a Hollywood, Ana de Armas apareció en el desfile de Oscar de la Renta en Nueva York con un vestidazo de princesa en color rosa. Aquel fue su primer gran look en Estados Unidos, del mismo modo que, a nivel profesional, su Joi en ‘Blade Runner’, estrenada ese año, fue un primer aviso de lo que se confirmó con ‘Puñales por la espalda’ en el 2019.

Lo suyo le había costado a Ana de Armas desde que cerró su etapa en ‘El internado’ en el año 2019 llamar a la puerta del ‘star system’ de Hollywood, pero con su trabajo en la cinta protagonizada por Daniel Craig se consagró. Nominación al Globo de Oro —la de ‘Blonde’, por lo tanto, es la segunda— incluida y, poco después, confirmación de reencuentro con Craig en su despedida como James Bond.

Diferentes estilistas y musa de Louis Vuitton

En esta época, justo antes de la pandemia, Ana de Armas ya no trabajaba con Micaela Erlanger, responsable del mencionado look en el desfile de Oscar de la Renta dos años antes. La actriz cubana empezó a confiar en Karla Welch, otra estilista de renombre en Hollywood —actual responsable de las apariciones de un icono como Diane Kruger, por ejemplo— y actualmente lo hace con Samantha McMillen.

Este, el cambio de estilistas, es uno de los motivos que explican la evolución del armario de Ana de Armas desde que su estatus en Hollywood ha pasado de recién llegada a gran estrella, atravesando su breve etapa como promesa o estrella emergente. Entre el día que lució el citado vestido de princesa de Oscar de la Renta al que llevó un esmoquin de Alexandre Vauthier con una camisa con chorreras en el estreno de ‘Puñales por la espalda’ en Londres, solo transcurrieron un par de años. Y un poquito más, tres años (aunque hayan parecido más por la pandemia), entre este outfit de aire masculino y la impresionante colección de looks que ha acumulado durante sus múltiples apariciones públicas en el 2022 a raíz del estreno de ‘Blonde’.

En esta última época, de la mano de Samantha McMillen y de Nicolas Ghesquière, director creativo de Louis Vuitton, que es consciente del diamante en bruto al que viste en exclusiva, el estilo de Ana de Armas ha alcanzado ese escalón que está al alcance de solo unas privilegiadas. Incluso actrices con un estilo personal atractivo y carismático no logran nunca dicho estatus por sobresaliente que sea su repertorio. El de Ana de Armas lo es, pero para ser una diva en Hollywood hace falta tener algo innato que la artista cubana también posee.

Hay tanto donde elegir para demostrar esta teoría que llega a ser abrumador. Sirvan cuatro looks a modo de cuatro argumentos concluyentes: el vestidazo rosa de Louis Vuitton con el que escuchó una ovación de 14 minutos en el Festival de Venecia por su Marilyn Monroe; el dos piezas de falda larga con abertura y top metalizado con escamas con el que posó en el Festival de San Sebastián; el sensual top de rombos, estilo 'cut out', y falda dorada con los que dejó hipnotizados al personal en los Governors Awards; y, recientemente, el vestido palabra de honor con el que pisó la alfombra roja de los Globos de Oro.

No parece después de semejante exhibición de estilo que sea necesario irnos apenas unos meses más allá en el tiempo hasta la gira promocional de ‘The Gray Man’, la cinta para Netflix que rodó Ana de Armas junto Ryan Gosling y Chris Evans.

Pero merece la pena hacerlo por recordar los apabullantes looks que mostró al mundo la actriz cubana en los distintos estrenos de la cinta.

Entonces nos recordó que no se le ha olvidado llevar conjuntos de sastrería de aire masculino, como el tres piezas azul que se puso en Berlín. También demostró con un diseño metalizado en Londres que sabe asumir riesgos y salir exitosa de ello. Y, por supuesto, nos avisó de lo que vendría con ‘Blonde’ poco después: lo hizo, especialmente, con una inolvidable falda y top con lentejuelas, que eran dos obras de arte salidas del taller de Louis Vuitton. Como para no ser la nueva musa de la maison…