Si vas a llevar bailarinas este otoño, tienen que ser como estas
Hay una fórmula muy concreta en la que este calzado plano se presenta esta temporada. ¿Te animas a incluir un par en tus looks?
Antes de que las botas se adueñen por completo de nuestros pies, hay que dar oportunidad a otras variedades de calzado que están dispuestas a aportarnos la misma comodidad que unas zapatillas, pero con un punto más de elegancia. En concreto, a un tipo plano y adaptable que, pese a que no cuenta con hueco permanente en el armario, siempre es capaz de abrirse camino para regresar a él.
Hablamos, cómo no, de las bailarinas, las cuales tienen a sus espaldas ya una amplia experiencia a la hora de declinarse en distintos formatos. Su objetivo es convencernos de que pueden ser combinadas con vaqueros, faldas, shorts, vestidos o cualquier otro elemento que se nos ocurra en un espacio indudablemente urbano. Una alternativa al mocasín que, por su carácter nostálgico y un poco naíf, ha logrado que sucumbamos a su encanto.
Miu Miu fue la primera en abrir la veda en primavera con diseños que bebían directamente del 'balletcore', y famosas como Alexa Chung no dudaron en captar la tendencia. Ella lleva invirtiendo en este tipo de calzado desde siempre y podríamos recopilar en un momento infinidad de estilismos en los que lleva un par puestas. "Combinan con todo lo que tengo", reconoció la británica en una entrevista hace poco.
Quienes están dispuestas a iniciarse ahora en esta moda han de saber que es firme. No valen bailarinas de cualquier tipo, sino que deben seguir unas coordenadas concretas, que pasan por tener la punta redondeada, una suela casi imperceptible, llevar una tira que cruza el empeine de lado a lado para garantizar un mayor ajuste, que las aproxima al estilo de la clásica mercedita, y ser en una tonalidad apagada, que les otorga un indudable carácter atemporal. Una fórmula sencilla y minimalista a la que no se le puede poner un pero.
Gran 'culpa' de esta tendencia la tiene The Row, la firma fundada por las hermanas Olsen y una de las que mejor ha hecho suyo el concepto de lujo silencioso. La marca logró que todas deseáramos unas botas con cremallera central hace cuatro inviernos; hizo que nos compráramos unas cangrejeras el pasado verano, y ahora ha conseguido que celebrities e influencers se pongan de acuerdo en abrazar sus bailarinas.
Las bailarinas de The Row no son nuevas, puesto que llevan formando parte de sus colecciones desde hace tiempo, pero ha sido en los primeros coletazos del otoño cuando ha estallado su fiebre. Se las hemos visto, entre otras, a Kendall Jenner, también a Zoë Kravitz y Jennifer Lawrence, y recientemente a Hailey Bieber. No ha habido quien se haya quedado sin su par pese a los 1.140 euros que marca su precio.
Alternativas para todos los gustos (y bolsillos)
Afortunadamente, para quienes no podamos permitirnos los zapatos firmados por las hermanas Olsen, son muchas las marcas de calzado que han querido seguir las mismas directrices a la hora de interpretar las bailarinas de cara a esta temporada. Las españolas Indi & Cold y Flabelus, por ejemplo, han unido fuerzas para crear una colección cápsula centrada en estas apetecibles Mary Janes en terciopelo.
Otros sellos como Mango han preferido aproximarse lo máximo posible a la estética propia del ballet, haciéndolas mucho más moldeables, y las hay que, como Maje, se han lanzado a crear una versión más punk en la que no faltan las tachuelas.
Si lo que buscas son opciones clásicas, Parfois no te fallará porque cuentan con varias en los versátiles negro y marrón. Tampoco lo hará Sfera, que propone piezas a buen precio que incluyen en sus tiras detalles como perlas o strass para darles un aire diferente; ni Pull & Bear, quien ha trabajado este tipo de zapato con especial atención e incluye una sección específica en su tienda online dedicada a las conocidas como Mary Janes con múltiples versiones.
Zara, por su parte, cuenta con un amplísimo catálogo de referencias accesibles en las que se pueden encontrar modelos metalizados, otros con piel y hasta forrados de lentejuelas.
Encontrar un par de bailarinas para unirse a esta corriente no será en absoluto complicado este otoño, como tampoco debería costar la toma de decisión a la hora de lucirlas de un modo u otro. No hay más que fijarse en cómo las llevan las insiders, solas, con calcetines o con medias, para palpar su versatilidad y aprender a jugar con ellas hasta introducirlas de lleno en territorios hasta ahora inexplorados.
Antes de que las botas se adueñen por completo de nuestros pies, hay que dar oportunidad a otras variedades de calzado que están dispuestas a aportarnos la misma comodidad que unas zapatillas, pero con un punto más de elegancia. En concreto, a un tipo plano y adaptable que, pese a que no cuenta con hueco permanente en el armario, siempre es capaz de abrirse camino para regresar a él.
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