La evolución del armario de Taylor Swift: de cantante country a superestrella convertida en persona del año

“En un mundo dividido, donde demasiadas instituciones están fracasando, Taylor Swift encontró una manera de trascender fronteras y ser fuente de luz. Nadie más en el planeta hoy puede mover tan bien a tanta gente. Lograr esta hazaña es algo que a menudo atribuimos a las alineaciones de los planetas y los destinos, pero darle demasiado crédito a las estrellas ignora su habilidad y su poder. Swift es una de las pocas personas que es a la vez escritora y heroína de su propia historia”. Esta es la explicación que hace unos días la revista 'Time' daba para argumentar por qué había decidido nombrar a Taylor Swift de persona del año en este 2023 que estamos a punto de despedir.

A pesar de que en anteriores ocasiones han sido líderes mundiales y grandes empresarios los que han ocupados esos primeros puestos, resulta incuestionable este 'título' que acaba de recibir la artista por todas esas razones que aportaba la publicación. Y estas no son algo intangible, ni mucho menos, sino que hay muchas cifras que las avalan: ha logrado más álbumes número uno que cualquier otra artista en la historia, su música ha sido de largo la más escuchada en Spotify, ha llenado estadios de todo el mundo –y los que le quedan– gracias a su aplaudido 'The Eras Tour', ha convertido su documental en la película musical más taquillera… y todo con solo 33 años. “Es el momento decisivo de mi carrera (…) y por primera vez en mi vida he sido lo suficientemente fuerte mentalmente como para soportar lo que eso conlleva”, ha dicho Swift al enterarse de este reconocimiento.

Por si esto fuera poco, no podemos dejar de mencionar lo que supone que se haya decidido a regrabar las canciones de sus seis primeros discos después de haber perdido el control sobre ellos. Dado que la compañía que tenía los derechos de los temas no le permitió adquirirlos, la artista decidió aprovechar un vacío legal de su contrato sobre la creación de nuevas versiones de su música y es por eso que se animó a relanzar todo lo anterior a 2018. ¿El resultado? Un rotundo éxito.

Puede que Taylor Swift se haya animado a explorar con nuevos sonidos, pero la esencia sigue siendo a misma. Esto es algo que podríamos relacionar también con su manera de vestir, la cual también ha ido evolucionando conforme ella lo ha ido haciendo, y no ha perdido en ningún momento el foco.

A la responsable de himnos como ‘Love story’ o ‘Shake it off’ la conocimos cuando solo era una adolescente amante del country. Lucía una larga melena cargada de rizos y no se separaba de su guitarra ni de sus botas cowboys y minivestidos. Era el 2006, un año clave en la estética boho que tanto promocionaban celebrities como Sienna Miller o Kate Moss, la cual promovía el uso de esas piezas en outfit relajados con cierta influencia hippy. Unos códigos en los que Taylor Swift parecía moverse a la perfección.

Dos años después con la publicación de 'Fearless', la artista disfrutó de todo un viaje estilístico que le llevó a abrazar los brillos por encima de todo. Monos, chaquetas, vestidos, leggins, capas… cualquier pieza era susceptible de aparecer cargada de pailletes. Una fascinación por los destellos que continúa vigente en su armario a día de hoy, ya que no hay más que ver el vestuario de sus conciertos para comprobar que en su imaginario las lentejuelas, los flecos y las pequeñas aplicaciones siguen teniendo cabida.

En el 'The Eras Tour’ de Taylor Swift cada una de las prendas ha sido especialmente personalizada para ella. Versace, Alberta Ferretti, Roberto Cavalli, Elie Saab y Zuhair Murad son algunas de las casas de lujo que no han dudado en colaborar con la cantante para este proyecto, permitiendo que brille durante las más de tres horas que dura cada uno de sus shows.

Pero no solo de brillos y piezas naifs vive el vestidor de esta celebrity cuyos ‘swifties’ están considerados feligreses de lo que para la mayoría es una religión. En su repertorio figuran también piezas con un puntito más cañero como monos de cuero, tops de encaje o vestidos ‘cut out’ como el que desde Louis Vuitton crearon metalizado para que ella ejerciera de coanfitriona en la gala del Met con un peinado y un maquillaje que le hacían estar irreconocible. Sí, hasta Taylor Swift tuvo una etapa gótica.

Después de este pequeño impasse oscuro y de pasar por una etapa de estilismos menos festivos y mucho más realistas en los que el punto cobraba especial protagonismo y que coincidieron con el alcance de la madurez musical tras el lanzamiento de sus discos 'Folclore' y 'Evermore', Taylor Swift recuperó la luz y el color que necesitaba. Ahora estos dos elementos abundan en cada uno de sus looks, minuciosamente orquestados por su estilista Joseph Cassell. Han tenido que pasar 17 años de carrera para que por fin saque todo el glamour que lleva dentro y empiece a iluminar cuál bola de discoteca, pero por fin ese momento ha llegado.