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Úrsula Corberó embarazadísima, Carlota Casiraghi y las invitadas que encarnan la elegancia de Chanel en el debut de Matthieu Blazy
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Úrsula Corberó embarazadísima, Carlota Casiraghi y las invitadas que encarnan la elegancia de Chanel en el debut de Matthieu Blazy

Matthieu Blazy parece querer construir una casa abierta a múltiples interpretaciones: la de la actriz que viste cuero con naturalidad, la de la modelo que celebra el tweed o la de la artista que se siente cómoda en la austeridad monocromática.

Foto: Carlota Casiraghi (Getty Images)
Carlota Casiraghi (Getty Images)

La convocatoria al desfile de Chanel ha estado, como era de esperar, a la altura de las circunstancias. No solo porque se trataba de una cita clave del calendario parisino, sino porque era el debut de Matthieu Blazy al frente de la maison. La expectación era máxima, y el front row reflejó esa mezcla de respeto y curiosidad con la que el universo de la moda recibía una nueva etapa en la historia de la casa. Las invitadas, fieles a la elegancia depurada de Chanel, reinterpretaron el legado de la firma desde estilos muy distintos, pero todos con ese toque inconfundible de sofisticación contemporánea.

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Penélope Cruz volvió a demostrar por qué es una de las embajadoras más carismáticas de la maison. Apostó por una estética effortless pero rotundamente chic: cazadora de cuero negro, pantalones rectos en tono crudo y clutch a juego. Un look que jugaba con los contrastes —la dureza del cuero frente a la suavidad del blanco— y que hablaba del nuevo espíritu que Blazy parece querer imprimir a Chanel: menos encorsetado, más libre, pero sin perder la esencia del lujo atemporal.

placeholder Penélope Cruz (Getty Images)
Penélope Cruz (Getty Images)

Úrsula Corberó apostó por un estilismo de alto impacto visual y emocional. Con un top fluido en tono azul hielo que dejaba ver su embarazo y unos pantalones negros de corte sastre, la actriz redefinió la sensualidad desde la naturalidad. La mezcla de tejidos —la ligereza de la gasa frente a la estructura de la lana— generaba un equilibrio perfecto entre fuerza y delicadeza. Su beauty look, minimalista y luminoso, subrayaba la autenticidad del momento. Un ejemplo de cómo la moda puede convertirse en declaración de poder y vulnerabilidad a la vez.

placeholder Úrsula Corberó (Getty Images)
Úrsula Corberó (Getty Images)

Nicole Kidman, otra de las estrellas indiscutibles del desfile, optó por la pureza de las líneas. Su camisa blanca oversize y los pantalones de pinzas en gris perla evocaban el minimalismo arquitectónico de los años 90, una corriente que encaja con la nueva visión de la firma: sobriedad elevada por la calidad y el corte. Kidman confirmó que la elegancia más poderosa no necesita artificios.

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Nicole Kidman (Getty Images)

Tilda Swinton, siempre fiel a su lenguaje estético, reinterpretó el blanco y negro de Chanel con una falda lápiz estructurada y un jersey de cuello alto. Su look, depurado y casi monástico, encarnaba el espíritu intelectual de la maison, mientras que los detalles —el collar corto, los zapatos de punta geométrica— aportaban un aire vanguardista. Su presencia, como de costumbre, marcó el equilibrio entre moda y arte conceptual.

placeholder Tilda Swinton (Getty Images)
Tilda Swinton (Getty Images)

Carol Bouquet encarnó la sofisticación más sobria del desfile con un abrigo largo de doble botonadura en negro, camisa blanca y bolso cruzado. Su elección de líneas puras y actitud contenida recordaba que el verdadero lujo está en la presencia, no en el exceso. El contraste entre la textura del abrigo y el fondo cálido del escenario acentuaba su elegancia atemporal. Una lección de estilo sereno, impecable y lleno de autoridad estética.

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Carol Bouquet (Getty Images)

Caroline de Maigret, musa eterna del espíritu parisino, se mantuvo fiel a su fórmula de chic relajado. Con un traje negro perfectamente cortado, camiseta estampada y mocasines, proyectó esa elegancia despreocupada que solo ella domina. Su melena suelta y maquillaje natural completaban un look que hablaba de autenticidad, confianza y savoir-faire. Una oda al estilo sin artificio que, como Chanel, no necesita gritar para imponerse.

placeholder Caroline de Maigret (getty Images)
Caroline de Maigret (getty Images)

Kendall Jenner, en cambio, ofreció una visión más joven y contemporánea del legado de Coco. Su conjunto de tweed negro con falda lápiz y chaqueta cropped jugaba con las proporciones clásicas, pero incorporaba un guiño al minimalismo actual. El bolso burdeos sobre el hombro y los zapatos bicolor —icono eterno de Chanel— completaban un estilismo que destilaba elegancia relajada.

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Kendall Jenner (Getty Images)

Lily-Rose Depp, musa de la maison, apostó por una lectura más parisina y nocturna del tweed. Su minivestido estructurado y las medias con dibujo geométrico aportaban un punto provocador y teatral, propio de su estilo personal. Depp fue la encarnación de esa mezcla entre herencia y rebeldía que tanto fascina a las nuevas generaciones de seguidoras de la firma.

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Lily Rose Depp (Getty Images )

Margot Robbie, por su parte, sorprendió con una interpretación más desenfadada del ADN Chanel. La actriz eligió una cazadora bomber y pantalones negros, dejando entrever un bralette que daba al conjunto una sensualidad controlada. Su look hablaba de la evolución de la maison hacia un terreno más urbano, donde la actitud pesa tanto como la prenda.

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Margot Robbie (Getty Images)

Rosie Huntington-Whiteley cerró el despliegue de estilo con una impecable apuesta sartorial. Su traje gris entallado, de líneas limpias y hombros suaves, fue un ejemplo de cómo la sobriedad puede resultar infinitamente sofisticada. El peinado suelto y el maquillaje neutro reforzaban esa sensación de elegancia sin esfuerzo que define a la modelo británica.

placeholder Rosie Huntington-Whiteley (Getty Images)
Rosie Huntington-Whiteley (Getty Images)

Charlotte Casiraghi volvió a demostrar que la elegancia no siempre necesita artificios. Fiel a su estilo sobrio y con un aire intelectual, apostó por una combinación de prendas básicas elevadas por el gesto justo: total look en negro con camiseta ajustada, vaqueros rectos y una cazadora de piel burdeos. Un conjunto que destilaba naturalidad, pero con la precisión de quien entiende que el lujo reside en la actitud. Los zapatos de punta fina y la discreta joyería completaban un estilismo que conjugaba a la perfección el legado Chanel con su sello personal: discreción, inteligencia y carisma.

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Carlota Casiraghi (Getty Images)

El desfile no solo marcó el inicio de una nueva era para Chanel, sino que también consolidó una visión más diversa del lujo, la presencia de Pedro Pascal, el actor más deseado por las marcas, fue testigo.

placeholder Pedro Pascal (Getty Images)
Pedro Pascal (Getty Images)

Y eso se reflejó perfectamente en su front row: una constelación de estilos que, sin perder coherencia, habló de lo que realmente hace eterna a Chanel: su capacidad para reinventarse sin renunciar a su alma.

La convocatoria al desfile de Chanel ha estado, como era de esperar, a la altura de las circunstancias. No solo porque se trataba de una cita clave del calendario parisino, sino porque era el debut de Matthieu Blazy al frente de la maison. La expectación era máxima, y el front row reflejó esa mezcla de respeto y curiosidad con la que el universo de la moda recibía una nueva etapa en la historia de la casa. Las invitadas, fieles a la elegancia depurada de Chanel, reinterpretaron el legado de la firma desde estilos muy distintos, pero todos con ese toque inconfundible de sofisticación contemporánea.

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