Cena, copas y... ¡a bailar! Cinco restaurantes marchosos en Barcelona
Después de una buena cena apetece quedarse en el restaurante con una copa en la mano. De una charla animada se puede pasar a los 'dancings' con DJ y música en directo
Cenar, tomar algo y acabar bailando. Todo en el mismo lugar, casi sin moverte de la mesa. Es tendencia y se entienden los motivos. Cómodo, seguro y divertido, acabar la juerga en el restaurante a donde se llegó a primera hora es un incentivo para quienes conducen, para los más vaguetes y para los que, a cierta edad, no tenemos ganas de hacer colas frente a una disco. En Barcelona, cada vez hay más locales con la oferta de cena y copas, algo que se agradece. Eso sí, reserven con tiempo porque, lo decíamos, es una tendencia al alza.
Negro, No tan Negro
Muchos se sorprenden porque no se lo esperan y acaban subidos a la barra bailando a lo loco. Todo después de haber cenado en Negro, No tan Negro, restaurante del Grupo Tragaluz, lo que es apuesta gastronómica segura. En el piso de abajo, el Rojo, donde no admiten reserva, tiene una oferta japonesa ya famosa en Barcelona. La noche se alarga hasta las dos de la madrugada con música de DJ y hasta en directo, lo que logra poner en pie a los comensales, que salen del local más tarde de lo previsto...
Dónde: Avenida Diagonal, 640.
Ajoblanco
Con una oferta gastronómica renovada, Ajoblanco vuelve a situarse a la cabeza de los locales en los que cenar bien y bailar después con una copa (o un cóctel) en la mano. Las tapas son marca de la casa -los propietarios, Kate Preston y Jose Lombardero, acaban de ganar el premio a la mejor tapa por su bacalao a la llauna en Ultramarinos-, entre las que nos gustaría destacar las bravas, un homenaje particular a la sencillez de un plato difícil de lograr. A partir de la medianoche empiezan a llegar los más juerguistas, que se mezclan con los comensales cerca de la barra donde se sirven deliciosos cócteles. La decoración de Lázaro Rosa-Violán arropa a los clientes con un ambiente afrancesado y chic.
Dónde: Calle Tuset, 20.
Bluespot
Nació hace un año y es lo más en la ciudad. Será porque está en la playa, será porque dos de sus socios son famosos: Shakira y Gerard Piqué decidieron implicarse en la nueva aventura del Grupo En Compañía de Lobos y la cosa ha funcionado. Cocina de mercado, con arroces deliciosos y pescados frescos dignos de estar a la orilla del Mediterráneo. De madrugada, el Bluespot se convierte en el Blue Monkey y la música en directo y las buenas copas toman el local. Si uno tiene suerte, además, puede encontrarse alguna cara famosa. Como la de los futbolistas del Barça, que han convertido este sitio en su preferido para las celebraciones (aunque este año hayan sido pocas).
Dónde: Edificio Ocean. Passeig de Joan de Borbó, 101, Piso 8.
Cachitos Diagonal
La especialidad de los hermanos Bordas, fundadores del Grupo Costa Este, desde hace décadas es hacer mover el esqueleto. Y en el Cachitos Diagonal dan fe de ello. Después de una cena de calidad, en la que se puede degustar los mejores productos de mercado (no se olviden de las croquetas), los platos giran a ritmo de música ochentera para deleite del personal. Hasta las dos de la madrugada podemos seguir con la charla e incluso bailar en cualquier rincón del local convertido en pista de baile improvisada. La interiorista Estrella Salietti ha sabido darle alma a un local con una oferta dinámica de mediodía a madrugada.
Dónde: Avenida Diagonal, 508. Barcelona.
Feroz
Es un imprescindible de la noche barcelonesa. Empezó como restaurante familiar y ahora es punto de encuentro de famosos e influencers de la capital catalana. Una cena en la que uno no debería perderse las gambas y el entrecot da paso a las copas y al baile en un entorno mágico, donde la gente guapa se contonea mientras mira a su alrededor en busca de plan. En la zona de juerga de la Upper Barcelona, en plena calle Tuset, quienes tengan ganas de más siempre pueden ir a alguna de las discotecas de sus alrededores.
Dónde: Calle Tuset, 27.
Quillo
Juerga andaluza en pleno barrio del Born de Barcelona, donde el flamenco empieza a sonar en plena cena. Tortillas de camarones, langostinos de Sanlúcar, manzanilla y fino para dar paso al festival de guitarra y cante en el que el público, cada fin de semana, demuestra que para tener gracia flamenca no hace falta haber pisado la Feria de Sevilla. Ambiente joven y dispuesto a darlo todo.
Dónde: Calle Rec Comtal, 2.
Cenar, tomar algo y acabar bailando. Todo en el mismo lugar, casi sin moverte de la mesa. Es tendencia y se entienden los motivos. Cómodo, seguro y divertido, acabar la juerga en el restaurante a donde se llegó a primera hora es un incentivo para quienes conducen, para los más vaguetes y para los que, a cierta edad, no tenemos ganas de hacer colas frente a una disco. En Barcelona, cada vez hay más locales con la oferta de cena y copas, algo que se agradece. Eso sí, reserven con tiempo porque, lo decíamos, es una tendencia al alza.