La filosofía cosagach, el método escocés para ser feliz sin salir de casa

Un hogar agradable puede marcar una gran diferencia en nuestras vidas, pues de esta forma conseguimos que este espacio sea un lugar seguro para nosotros, en el que poder relajarnos, disfrutar de nuestro tiempo de ocio y, sobre todo, ser felices. Todo influye a la hora de conseguirlo, desde la energía que proyectamos hasta la calidad de las relaciones que tenemos con la gente que habita ese hogar a nuestro lado, pero a la hora de construirlo, la decoración también puede ser clave.

Esto nos lo dejaron claro los daneses cuando pusieron de moda el estilo hygge, una manera de conseguir hogares confortables gracias a algunos conceptos clave, como los materiales escogidos y los complementos estrella. También lo hemos podido ver gracias al método noruego koselig, un modo de vida que podemos aplicar a nuestras casas para poder eliminar el estrés y disfrutar de una merecida calma. Dos estilos de entender el mundo y la decoración como un modo de lograr crear espacios acogedores, agradables y que nos inviten a disfrutar de ellos.

Algo similar proponen los escoceses con el cosagach, inspirados por estas corrientes y encontrando el modo de invitar a los turistas a escoger su tierra, de clima un tanto inestable, con la promesa de que, si bien sus exteriores pueden ser lluviosos, sus interiores prometen sensaciones cálidas y rincones amables. Este concepto es relativamente nuevo y ha empleado la voz gaélica ‘còsag’ -que en realidad hace referencia a un rincón en le pueden vivir criaturas muy pequeñas- como base para ser nombrada; de esta forma, este concepto evoluciona hasta traducirse como ‘sentirse cómodo, protegido y cálido’.

Los puntos clave del cosagach en casa

Este sistema parece diseñado para esas épocas en las que el clima no es demasiado estable, algo bastante habitual en Escocia y que puede llegar a desalentar a turistas. Por eso estos puntos clave que han pasado a ser esenciales en el cosagach hacen que esa experiencia resulte más satisfactoria, mientras que nos invitan a probarla en casa. Las sensaciones son importantes, sobre todo esas que son tan agradables como la de estar en el sofá, calentitos y protegidos, mientras escuchamos cómo la lluvia golpea la ventana. Esa es la sensación que se busca con el cosagach.

Pensada sobre todo para esas estaciones más inestables, la chimenea es uno de los puntos focales de las estancias cosagach, por el calor que emite, pero también por lo que representa. Este elemento aporta calidez en todos los sentidos, no solo consigue que la casa esté a la temperatura adecuada, también la llena de olores agradables y nos envuelve, logrando una gran sensación de hogar. No todo el mundo puede tener una chimenea en casa, pero de ser posible, tener una y encenderla será clave. En caso contrario, siempre podemos confiar en las velas aromáticas.

Este primer punto enlaza directamente con el siguiente, pues además de calor, las chimeneas también aportan la luz del fuego. La luz es esencial en el cosagach, sobre todo la luz cálida, para lograr ese ambiente perfecto conviene reflexionar sobre cuál es la mejor forma de iluminar la estancia para lograr que resulte agradable y hogareña. Contar con luz natural es esencial, pero también con luz artificial, para esos días más oscuros de lluvia o para las noches largas. Diferentes puntos de luz en la estancia pueden resultar muy útiles, como lámparas de pie y de mesa, velas o guirnaldas de luces.

Estos son los dos elementos clave para lograr espacios cosagach, pero hay otros detalles que conviene tener en cuenta y que no son menos esenciales, como un buen sofá. Encontrar el equilibrio entre la vida al aire libre y la vida dentro de casa no es sencillo, aprovechar esos momentos en los que el tiempo es mejor y nos permite escaparnos a la naturaleza es esencial, como también lo es encontrar el modo de disfrutar del tiempo que pasamos dentro de casa, solos o en compañía. Un sofá cómodo, que cumpla todas las condiciones que el mueble perfecto debe tener, es clave.

Colocado frente a la chimenea, con espacio para estirar las piernas, un asiento cómodo en el que poder desconectar y disfrutar de actividades como la lectura o incluso en el que meditar, eso sí, envueltos en una manta para protegernos del frío. Una casa cosagach parece no tener nunca suficientes mantas, un elemento clave para ayudarnos a evitar que el frío se apodere de nosotros, sobre todo en los meses con temperaturas más bajas, pero también en esas estaciones en las que hace más calor fuera de casa que dentro.

Los textiles son clave, las mantas de lana y las alfombras que cubren y protegen los suelos, dividiendo espacios visualmente y haciendo que nuestras estancias se vean más acogedoras. Esto también lo conseguimos gracias a materiales naturales como la madera, la estrella a la hora de seleccionar los muebles, pero también los acabados como los suelos o los detalles del techo, donde las vigas vistas harán que nuestra casa luzca más acogedora y con un punto rústico que nos acerca a la naturaleza. Una forma de lograr que nuestra casa sea nuestro lugar feliz y que podemos conseguir siguiendo las pautas del cosagach escocés.