El método Friluftsliv, el secreto noruego para ser feliz es gratis

Una vuelta a los orígenes a través de una mayor cercanía con la naturaleza, así podría definirse este concepto escandinavo que invita a disfrutar de las actividades al aire libre sin que el frío sea un impedimento. Esta vida al aire libre, traducción literal de Friluftsliv, no es solo disfrutar de lo que nos rodea, es una búsqueda activa de conexión con la naturaleza, un modo consciente de buscar un bienestar físico y emocional.

Cada lugar tiene una historia y unas condiciones a las que sus habitantes se van adaptando, en busca de una paz mental necesaria. En Corea tienen el arte del Honjok, aprenden a ser felices en una soledad escogida; el método holandés Niksen pone freno a las exigencias de una sociedad que, cada vez más, nos impone ser productivos todo el tiempo: ellos aprenden a disfrutar de su tiempo sin hacer nada. Los suecos apuestan por el método gökotta, que les invita a parar y escuchar los pájaros para liberarse del estrés.

La expresión friluftsliv se popularizó gracias al dramaturgo noruego Ibsen, quien lo empleó para describir la importancia de pasar tiempo en lugares remotos, sobre todo en relación con el bienestar emocional. Sin embargo, este concepto ya era empleado por noruegos, suecos y daneses, que lo usaban para describir su pasión por la naturaleza y pasar tiempo al aire libre. Los más puristas señalan que no se trata solo de usar los espacios naturales para obtener un beneficio, sino que lo ideal es enraizar con ella, mimetizarse.

Hoy en día, esta expresión se utiliza de una forma más amplia, en referencia a actividades tan habituales como acampar, hacer deporte al aire libre, ir en bicicleta, disfrutar de una escapada en una cabaña en la montaña, salir a navegar… El Friluftsliv es el compromiso de pasar tiempo al aire libre, sin importar la actividad que se realice, la edad que se tenga o la condición física de cada persona, pues lo importante no es ponerse en forma -que también suma- sino encontrar esa conexión con la naturaleza que nos ayude a ser más felices.

Bien podríamos pensar que, en un clima como el de Noruega, las oportunidades de disfrutar de esta experiencia no son demasiadas, sin embargo, para ellos esto no supone ningún cambio. Poco importa que llueva o nieve, el Friluftsliv está por encima de ello y siempre se pueden encontrar modos de disfrutar del aire libre, incluso en climas adversos. Los beneficios que se experimentan son tantos que solo es necesario encontrar la indumentaria adecuada para cada ‘contratiempo climático’.

Pasar tiempo en la naturaleza repercute positivamente en nuestro cuerpo, pero también lo hace en nuestra mente, mejoran nuestras facultades cognitivas y ayudan a reducir la ansiedad, haciendo que sea más sencillo hallar la paz y la tranquilidad deseadas. Unas sensaciones agradables, que nos ayudan a encontrar nuestra mejor versión y que nos invitan a disfrutar de nuestra vida de una manera muy distinta a como estamos acostumbrados habitualmente, pero que crea adicción. Una vez que descubres las bondades de la naturaleza no hay vuelta atrás, por eso intentamos que nuestros hogares también se adapten a ella.

El Friluftsliv noruego en casa

Salir al aire libre es clave, pero también podemos hacer algunos cambios en nuestro hogar para que la naturaleza tenga un lugar más destacado y nos acompañe en todo momento. Una de las formas más sencillas de lograrlo es llenar nuestra casa de plantas, creando así un jardín interior que nos ayude a diseñar espacios bellos, llenos de vida y con los que alejar los malos rollos, pero también apostar por materiales naturales a nuestro alrededor, con suelos y muebles de madera, con detalles en piedra o complementos con motivos naturales que nos puedan acercar un poco más a esa sensación de estar al aire libre.

Las terrazas, parques y jardines pueden ser la clave para sentir que estamos más en paz con el mundo, intentando poder aprovecharlas todo el año y no solo en los meses en los que las temperaturas son más suaves. Lo podemos conseguir apostando por poner una chimenea o una estufa especialmente diseñada para estas zonas, por ejemplo, pero también teniendo siempre a mano una manta que podamos usar para darnos calor durante esos momentos más fríos, ideales para disfrutar de una bebida caliente mientras admiramos la belleza que existe a nuestro alrededor. No dejar que el frío nos impida disfrutar de ello forma parte también del Friluftsliv.

Los noruegos lo tienen claro, siempre que pueden se disfrutan de esos espacios abiertos para reconectar con la naturaleza, para disfrutar del aire puro y la belleza y poder calmar la mente, encontrando la paz que necesitan. No es sencillo hacerlo, pero podemos poner todo lo que esté en nuestra mano para poder sentir que estamos un poco más unidos con esta forma de vida, apostando por aromas naturales en nuestra casa, por materiales y complementos que nos recuerden la vida al aire libre y, sobre todo, escapándonos a la naturaleza siempre que tengamos ocasión.