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Alejandro Guzmán: la nueva savia del interiorismo español que diseña en clave 'slow'
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ARQUITECTURA E INTERIORISMO

Alejandro Guzmán: la nueva savia del interiorismo español que diseña en clave 'slow'

Refinado, cercano y con un gusto exquisito, su fuerte es elegir materiales en función de su belleza y posibilidades. Así es el nuevo niño mimado del diseño de interiores en uno de los países, el nuestro, con más nivel del mundo

Foto: Alejandro Guzmán: joven promesa del interiorismo español. (Cortesía)
Alejandro Guzmán: joven promesa del interiorismo español. (Cortesía)

La quietud y la calma están impresos en el ADN de su Altelier Studio, la culminación de muchos años de sueños y esfuerzo de esta joven promesa del interiorismo. Alejandro Guzmán es pura energía, en sus ojos se adivinan esas ganas de comerse el mundo, de convertirse en un referente para los que vendrán y de aportar un aire fresco a la profesión, aunque sin renunciar a la cadencia de lo artesano, del buen hacer.

Apuesta por los pequeños detalles como sello de identidad a la hora de crear hogares, y lo logra practicando la escucha activa hacia sus clientes, claro, aunque también hacia todo lo que le rodea, especialmente cuando una nueva cultura se le cruza por la retina. Sus diseños carecen de artificios melodramáticos porque son auténticos, elegantes y potentes. Conocemos a este talentazo que empieza a dar mucho de lo que hablar, quien nos abre una ventana para poder asomarnos a su infancia, su estudio y sus planes a futuro.

placeholder La piedra como protagonista. (Cortesía)
La piedra como protagonista. (Cortesía)

¿Cómo fue tu infancia?

Tengo unos recuerdos de mi infancia maravillosos. Fui un niño que tuvo la suerte de contar con padres que apreciaban mucho el arte, la naturaleza y todo lo relacionado con la cultura. Siempre fui inquieto y aventurero, me encantaba investigar e inventar cosas.

Mientras mis amigos se quedaban jugando con videojuegos, yo me aburría y me marchaba con la bicicleta, y era ahí cuando me inventaba mi pequeño mundo. Me gustaba hacer cabañas con mi hermana, y las decorábamos, dándoles vida como si fuese realmente nuestra casita.

Disfrutaba mucho pintando cuadros desde que tengo casi uso de razón, llegando a recrear el 'Guernica' de Pablo Picasso con 9 años. (Risas). Hoy apenas me queda tiempo, pero me encantan esos días de invierno en los que enciendo la chimenea, me preparo un café y le doy rienda suelta a la imaginación.

placeholder La sobriedad y los juegos de color. (Cortesía)
La sobriedad y los juegos de color. (Cortesía)

¿Cómo descubriste tu pasión por el diseño de interiores?

Sé que me ha gustado, sin saberlo, de toda la vida. Recuerdo la belleza de la casa que tenía mi abuela materna en el centro de Madrid. Un piso clásico con techos de más de 3 metros de altura, con sus rosetones y molduras de escayola, suelos de marquetería y cortinas kilométricas.

Creo que desde muy pequeño he sabido apreciar la belleza de los espacios. Poco a poco, fui metiendo mano en la casa de mis padres y aunque, no sabía en ese momento qué sería en un futuro, ya apuntaba maneras por el gusto y, sobre todo, el orden.

Tuve libertad creativa en todos los aspectos. Mis padres jamás me impusieron cómo tenía que decorar mi habitación, confiaban plenamente en mí y el resultado siempre era positivo, lo que dio paso a incluirme en todas las decisiones y cambios que hacían en la vivienda familiar.

placeholder El interiorista apuesta por los detalles para crear hogar. (Cortesía)
El interiorista apuesta por los detalles para crear hogar. (Cortesía)

Háblanos sobre cómo fueron tus inicios

¡Bueno, a lo tonto, han pasado ya muchos años desde aquellos inicios! Una vez terminé mis estudios de bachiller, opté por estudiar Interiorismo en la Escuela n.º 4 de Arte de Madrid. No fueron años fáciles para mí, he de decir. En ese momento tuve que ponerme a trabajar y combinar ambas cosas, resultó casi imposible y las circunstancias de la vida hicieron que me dedicase al mundo de la moda, el visual merchandising y escaparatismo.

Pero seguía muy latente ese interiorista muerto de ganas de expresar y crear esos espacios imaginarios que rondaban mi mente, así que, después de un año viviendo en Londres, decidí volver e ir a por todas. Tuve la oportunidad de entrar en la Escuela Madrileña de Decoración, donde me formé realizando un máster que me dio todas las herramientas para lanzarme al mundo del diseño de interiores de una vez por todas.

Finalmente, conseguí entrar en un estudio de interiorismo de Madrid, de ahí pasé a liderar este departamento en una multinacional. Después de casi 6 años de aprendizaje real, acabé montando lo que para mí era mi sueño. Mi propia marca: Altelier Studio.

placeholder Espacios elegantes y nada recargados. (Cortesía)
Espacios elegantes y nada recargados. (Cortesía)

¿Qué estáis aportando los nuevos talentos?

Confirmar esto es un sueño cumplido, a la par que una responsabilidad que acojo con respeto y mucho cariño. Inimaginable tan solo unos años atrás.

Creo que la vida está en constante cambio y movimiento, y las nuevas generaciones tienen un acceso más fácil, tanto a formación como a conocimientos de novedades, materiales, tendencias, etc. Pero hay algo que noto que les falta y que yo intento mantener. Está bien hacer uso de las nuevas tecnologías y nuevos programas que nos faciliten el trabajo, aunque sigo apostando por mantener parte de lo artesano, de lo hecho con nuestras manos, del uso de nuestra visión espacial para mostrar espacios y trabajar la mano suelta. Para mí, es fundamental para comprender y aprender con solidez los fundamentos de nuestra profesión.

Otro de los puntos que considero que podemos volcar los jóvenes en nuestro trabajo son las experiencias que acumulamos viajando y conociendo otras formas de vida, otras culturas. Esta es una de las mayores formas de enriquecernos tanto laboral como personalmente, y una de las mejores inversiones. Hoy en día está casi al alcance de todos, lo que se traduce un abanico mayor de conocimientos.

placeholder Sutilezas que marcan diferencias, así es la visión de Alex Guzmán. (Cortesía)
Sutilezas que marcan diferencias, así es la visión de Alex Guzmán. (Cortesía)

Acabas de recibir el Premio Escala
como Promesa del Interiorismo,
¿qué supone este reconocimiento en tu carrera?

¡Lo pienso y aún no me lo creo! Supone muchísimas cosas, desde sentimientos indescriptibles hasta un empujón maravilloso para mi carrera. Sin lugar a duda me siento muy afortunado. He recogido este premio desde un plano muy realista, que me otorga energías para seguir adelante. Es como la palmadita en la espalda que te confirma que algo estamos haciendo bien, y me ayuda a estar más visible en un mundo lleno múltiples posibilidades. Si tuviera que resumir en una palabra que ha significado para mí, sería ilusión.

placeholder Un oasis campestre. (Cortesía)
Un oasis campestre. (Cortesía)

¿Cuáles han sido algunas de tus grandes influencias?

Son muchos los genios de los que he aprendido, bien por su forma de proyectar o por sus icónicos diseños. Como por ejemplo Le Corbusier o Eileen Gray, personalidades muy reconocibles y que todo interiorista tiene en su mente como pioneros. Pero, desde luego, si tuviera que decir algunos nombres de interioristas a los que admiro, y que además son españoles, sin duda alguna serían Lázaro Rosa-Violán, Lorenzo Castillo, de quien tuve el honor de recibir el premio como promesa del interiorismo, y Erico Navazo.

placeholder Disfruta creando proyectos residenciales. (Cortesía)
Disfruta creando proyectos residenciales. (Cortesía)

Dices que tu objetivo es crear hogares, ¿cómo lo consigues?

Se trata del amor y el cariño que le pongo a cada uno de los trabajos. Soy muy detallista y eso se refleja en el acabado de las viviendas que proyectamos en el estudio. Me gusta vivir lo que hago, sumergiéndome profundamente en cada reto con la ilusión y las ganas que nuestros clientes nos aportan.

"Nos hace mucha ilusión generar sentimientos y sensaciones placenteras aunando diseño y confort y calidez de hogar"

Hablas de quietud y calma, ¿la tuya es una filosofía 'slow’?

Por supuesto que sí. Una de nuestras bases es dejar claro que no somos una fábrica incesante de ideas y diseños en serie. Somos creativos y para trabajar bien, y hacer proyectos de calidad se necesita tiempo y dedicación.

Creo que una de las partes más bonitas de esta profesión es trabajar la estética tocando y sintiendo los materiales. Mezclando y probando cómo conviven, cómo dialogan entre sí para tomar las mejores decisiones, y acabar haciendo algo especial que cumpla los deseos de todos aquellos que cada día confían en nosotros.

placeholder La fusión entre lo clásico y el mobiliario contemporáneo es parte de este residencial en el madrileño barrio de Salamanca. (Cortesía)
La fusión entre lo clásico y el mobiliario contemporáneo es parte de este residencial en el madrileño barrio de Salamanca. (Cortesía)

¿Cómo es tu proceso creativo?

Siempre me acompaña un bolígrafo y un pequeño sketch book. Muchas veces las ideas aparecen de la nada y hay que aprovechar para hacer un boceto que quizá se convierta en parte de un proyecto en el que estamos trabajando, o para uno futuro.

Dado que atendemos y cumplimos los sueños de muchas personas, todo empieza por una conversación con nuestros clientes, donde nuestra única intención es captar todas esas ilusiones que tienen de cara a su nuevo proyecto. Una vez hecho esto, nuestra labor es aunar todo aquello que revolotea por su mente y plasmarlo en algo factible y materializarlo. Nos gusta sorprender a nuestros clientes generando elementos especiales que no se esperan, llegando incluso a emocionarles. Esta es una de las mejores y más bonitas recompensas.

placeholder Alejandro Guzmán, luchador y disfrutón. (Cortesía)
Alejandro Guzmán, luchador y disfrutón. (Cortesía)

¿Hacia dónde se dirigen tus sueños?

Si observo mi futuro me veo disfrutando, rodeado de personas entusiastas con ganas de crear y compartir ideas. Quiero huir por completo de la típica imagen de jefe que se sienta en un despacho a revisar y ordenar. Me gustaría ser un referente, servir de plataforma para dar oportunidad a próximas generaciones.

Por lo demás, podría decir muchas cosas, como hacer proyectos en ciudades como Londres o París o Nueva York, o crear mi propia marca de decoración, la cual no creo que pase mucho tiempo para que vea la luz –tengo muchas ideas y puede ser la bomba–. Para todo esto la única clave es seguir siendo yo y trabajar como hasta ahora.

La quietud y la calma están impresos en el ADN de su Altelier Studio, la culminación de muchos años de sueños y esfuerzo de esta joven promesa del interiorismo. Alejandro Guzmán es pura energía, en sus ojos se adivinan esas ganas de comerse el mundo, de convertirse en un referente para los que vendrán y de aportar un aire fresco a la profesión, aunque sin renunciar a la cadencia de lo artesano, del buen hacer.

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