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De cómo artesanía y digitalización diseñan un brillante futuro para la Real Fábrica de Tapices
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De cómo artesanía y digitalización diseñan un brillante futuro para la Real Fábrica de Tapices

Martina Rodríguez Morán, primera artista residente de la RFT, domina el arte textil, los colores, las estructuras y hasta el misterio en la primera alfombra que rompe con 300 años de clasicismo para abrir nuevas puertas

Foto: La artista Martina Rodríguez Morán es la primera residente de la Real Fábrica de Tapices. (Nico Tappero)
La artista Martina Rodríguez Morán es la primera residente de la Real Fábrica de Tapices. (Nico Tappero)

La Real Fábrica de Tapices ha hecho historia al abrir sus puertas a su primer artista residente. Tras ganar el pertinente concurso con su proyecto, la pintora asturiana Martina Rodríguez Morán se integró en el equipo de artesanos para dar forma a una preciosa alfombra alejada completamente de los motivos a los que este Real Fábrica ha estado acostumbrada durante los últimos tres siglos. Para la ocasión, el expresidente del Gobierno Felipe González procedió a realizar el corte ceremonial de la urdimbre, poniendo el broche de oro a esta bienvenida unión entre artesanía y técnicas artísticas contemporáneas.

placeholder La alfombra protagonista antes de ser cortada en la Real Fábrica de Tapices. (Cortesía)
La alfombra protagonista antes de ser cortada en la Real Fábrica de Tapices. (Cortesía)

Rodríguez Morán posee una mente en constante ebullición, su creatividad es tan apabullante como su obra, y parece dispuesta a llevar al límite la experimentación, más allá del compromiso con las formas. Su obra tiene una clara influencia del diseño textil y, en cierto sentido, se inspira en los mantones de Manila.

Tras un arduo trabajo de investigación, aprendizaje y manufactura, pudo trasladar la esencia de su arte a la lana a través de los casi 100.000 nudos que componen su trabajo, cuyo boceto dibujó con un programa informático modificado por ella misma.

placeholder El expresidente Felipe González y Martina Rodríguez Morán, durante la ceremonia de corte. Un momento mágico. (Cortesía)
El expresidente Felipe González y Martina Rodríguez Morán, durante la ceremonia de corte. Un momento mágico. (Cortesía)

“Entré en contacto con la Real Fábrica de Tapices a través de los Premios III Centenario que convocaron con motivo de este aniversario”, recuerda. El objetivo de este certamen era promover nuevos modelos y diseños, ofreciendo la oportunidad a artistas emergentes y consagrados de trasladar su obra a un nuevo formato. “Fui seleccionada, aunque no premiada. Durante la ceremonia se anunció la residencia y no dudé en presentarme en ese mismo instante. Tuve cinco minutos para explicarle mi obra a Alejandro Klecker de Elizalde, director general de la Real Fábrica de Tapices. Cuando terminé mi presentación me dio su tarjeta y me dijo: llámame”.

placeholder Puliendo detalles. (Cortesía)
Puliendo detalles. (Cortesía)

Para comprender mejor el universo de Martina deberíamos saber que sus cuadros visten las paredes de la casa de Diego Pablo Simeone, el Cholo, entrenador del Atlético de Madrid, y que se siente cómoda volcando su sentir en grandes formatos. Un ejemplo de ello es 'Behind the Rainbow' (250 x 560 cm), una historia de color en siete episodios que preside la sala de juntas del prestigioso bufete madrileño Uría Menéndez Abogados. Sus lienzos son espontáneos, emotivos, enigmáticos y tan exuberantes como la naturaleza de su tierra asturiana.

placeholder Felipe González y Martina Rodríguez Morán pisan por primera vez la alfombra realizada durante esta primera residencia. (Cortesía)
Felipe González y Martina Rodríguez Morán pisan por primera vez la alfombra realizada durante esta primera residencia. (Cortesía)

Firme defensora de la artesanía, Martina habla sobre la necesidad de darle importancia al tiempo que lleva trabajar con las manos, en una sociedad impaciente, mientras que reivindica la mutación y la convergencia entre presente y pasado. “Creo en el diálogo entre lo contemporáneo y lo clásico. La artesanía debe comprometerse con lo actual, no puede quedarse estancada, porque ahí es donde muere, y no debemos olvidarnos de que es nuestra raíz. De ahí es de donde venimos”. Algo que precisamente ha hecho la Real Fábrica de Tapices promoviendo, por primera vez, una residencia artística.

placeholder La Real Fábrica de Tapices se ha propuesto firmemente mirar hacia el futuro. (Cortesía)
La Real Fábrica de Tapices se ha propuesto firmemente mirar hacia el futuro. (Cortesía)

En cuanto al proceso de elaboración, esta llanisca utilizó el nudo español, técnica que ha sido recientemente declarada Patrimonio Cultural Inmaterial. Ha pasado ocho meses en residencia, cuatro investigando y cuatro aprendiendo desde el montaje del telar hasta la forma de hacer los nudos. Para ella, su prioridad siempre fue aprender sobre cómo se hacen las cosas en la Real Fábrica de Tapices, convirtiendo la técnica en un reto personal. Admite que controlar la velocidad ha sido lo más difícil: “Los días en los que quería ir rápido, todo me salía mal; sin embargo, cuando lograba quitarme la presión de encima y trabajar despacio, salían las mejores líneas”.

placeholder Detalle del reverso de la alfombra protagonista. (Cortesía)
Detalle del reverso de la alfombra protagonista. (Cortesía)

Rodríguez Morán ha sabido entrelazar con maestría la tradición y lo moderno: “Hice muchos bocetos antes de elegir el que iba a llevar a cabo. Una vez que pude afianzar el concepto, junto con mi maestra, empecé a trabajar la estructura: el número de nudos que tendría la piedra, la cenefa… para después permitirme cuestionar la norma. Así llegué al diseño que iba a manufacturar”.

placeholder Artesana trabajando el nudo español. (Cortesía)
Artesana trabajando el nudo español. (Cortesía)

Optó por ser prudente en los colores y motivos, intentando parecerse al máximo a la estética de las alfombras clásicas de la emblemática institución, aunque añadiendo variaciones que le dan un toque contemporáneo. “Una de las pautas que me impuse desde el principio fue conseguir el mayor formato posible”, confiesa ahora satisfecha tras haberlo conseguido. Para ella, esta alfombra supone una síntesis de lo que defiende: la unión entre tradición y diseño.

placeholder Obradores de tapiz. (Cortesía)
Obradores de tapiz. (Cortesía)

Martina volverá a sus lienzos: “Soy pintora, siempre lo he sido. Ojalá tuviera otra vida para pasarla en la fábrica”, aunque con un nuevo conocimiento que seguro se verá reflejado en su obra, más atrevida, mucho más paciente y esmerada tras realizar los 99.250 nudos que forman su alfombra.

placeholder La Real Fábrica de Tapices de Madrid a finales del siglo XIX. (Cortesía)
La Real Fábrica de Tapices de Madrid a finales del siglo XIX. (Cortesía)

Por su parte, la Real Fábrica de Tapices continuará contando la historia que se ha tejido en sus talleres desde que Felipe V la fundase en 1720, con el objetivo de revitalizar la economía tras la guerra de sucesión española. Hoy en día, contribuyen a la conservación y restauración de los tapices y alfombras que forman parte del legado histórico de la Corona española y que forman parte de Patrimonio Cultural. Que lo mucho aprendido durante 300 años siga trasmitiéndose a las generaciones venideras.

La Real Fábrica de Tapices ha hecho historia al abrir sus puertas a su primer artista residente. Tras ganar el pertinente concurso con su proyecto, la pintora asturiana Martina Rodríguez Morán se integró en el equipo de artesanos para dar forma a una preciosa alfombra alejada completamente de los motivos a los que este Real Fábrica ha estado acostumbrada durante los últimos tres siglos. Para la ocasión, el expresidente del Gobierno Felipe González procedió a realizar el corte ceremonial de la urdimbre, poniendo el broche de oro a esta bienvenida unión entre artesanía y técnicas artísticas contemporáneas.

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