Los 80 de Felipe González: experto en botánica y en marmitako, según sus amigos

Javier Solana, Pedro Trapote, Raul del Pozo, Pilar Cernuda, Kike Sarasola y Juan Alberto Belloch han querido recordar los muchos años de relación con el que fue el primer presidente socialista de la democracia en su 80 cumpleaños. No habrá celebración a lo grande ni fiesta a pesar de ser una cifra redonda. A lo más un almuerzo en su casa con su mujer y parte de su familia. La normalidad de un sábado, cuando la agenda de Felipe González baja de intensidad.

Todos ellos en diferentes etapas de sus vidas le han tratado en la faceta más personal e íntima. Y por supuesto en el apartado político, como resaltan los dos periodistas y los que ejercieron de ministros en varios de sus gobiernos. Cada uno ha contado a Vanitatis en este aniversario vivencias y anécdotas hasta ahora muy poco visibles e incluso desconocidas. Sí se conocía su afición a la escultura y al diseño de joyas con elementos como el coral y el ámbar para su fabricación. Piezas que durante un tiempo vendió Elena Benarroch en su tienda.

Hay otras aficiones que solo conocen las personas que pertenecen a su círculo, como es su conocimiento del mundo de la botánica más allá de los bonsáis que estuvieron en el recinto de la Moncloa hasta que dejó de ser presidente. Muchos de ellos se encuentran en el Jardín Botánico de Madrid, en el palacio de la Zarzuela y en otras instituciones.

Otra de sus cualidades es su mano como cocinero cuando prepara platos para las amistades ya sea en su casa de Madrid, en el campo de Extremadura y hasta en domicilios ajenos. En este último caso acude con algunos de los ingredientes por si acaso no los hay, como por ejemplo una sal especial. Sus especialidades son el marmitako, los pescados a la sal y las patatas con huevo.

Hablamos con su cuñado, Pedro Trapote

“Es un excelente cocinero y cuando guisa le gusta organizar las charlas en la cocina”, explica Pedro Trapote. El dueño de Joy Eslava es cuñado de Felipe González, casado con Mar, hermana de Begoña García Vaquero. Explica que se conocían de mucho antes, pero que esa relación afectiva les ha hecho compartir vida familiar, “pero no aficiones como es la caza o los toros que a mí me gustan. A él lo que le entusiasma es el campo y es impresionante lo que sabe de siembras, de poda, de flores, de plantas, de árboles..., de todo lo que tiene que ver con esos temas. Yo le digo que es un botánico frustrado. Por mucho que te diga, no lo puedes ni imaginar. Sabe los nombres de los árboles, cuándo salen los frutos, cuándo se le caen las hojas, de injertos. En el campo tenemos unos olivos que nos regaló. Es un hombre feliz en ese mundo”. Respecto a su carácter, Trapote destacaría “su austeridad en todo y como amigo es de una lealtad incuestionable”.

Este aspecto de fidelidad también lo resalta Kike Sarasola. Su padre, el empresario Enrique Sarasola, fue uno de los grandes amigos de Felipe González desde que era Isidoro en la clandestinidad de la dictadura. Lo definía como el “amigo más leal".

Kike Sarasola y su gran amistad

"A Felipe siempre lo hemos considerado como de la familia. Lo recuerdo desde pequeño, que venía a casa y nos trataba con mucho cariño. Era muy niñero con mi hermano y conmigo. Nos dedicaba tiempo, nos contaba cosas, nos hablaba, que no era lo normal de la gente mayor, y sobre todo nos escuchaba. Nos seguimos viendo y conoce a nuestros hijos, a los que también escucha”, dice el empresario.

Sarasola recuerda una anécdota divertida que vivió con González. “Era un momento de gravísima tensión política. Mi padre organizó una cena secreta en casa con Felipe y Adolfo Suárez. Mi hermano y yo nos metimos debajo de la mesa del comedor para escuchar lo que decían y en un momento dado al estirar la pierna nos dieron una patada. Al gritar se llevaron un susto porque pensaban que éramos espías. No nos castigaron. Se morían de risa”.

La periodista Pilar Cernuda, que vivió toda la etapa de la Transición, conoció al expresidente cuando ya era el líder del PSOE: “Principalmente ha sido un hombre de Estado y para España fue una excelente sorpresa, un buen presidente. Lo primero que hizo fue reconocer que cuando estaba en la oposición se había equivocado al ir en contra de la OTAN y cuando ganó planteó el referéndum. Hizo cosas muy importantes y nos colocó en el mapa. Tenía un encanto especial, igual que le sucedía a Adolfo Suárez. Te seducía en el primer momento por su cercanía, por su entusiasmo”.

Pilar Cernuda y sus recuerdos culinarios

La periodista y escritora, que acaba de publicar 'Amigas' (La Esfera de los Libros), un libro donde -en clave de novela- narra aquellos años últimos de la dictadura y primeros de la democracia, recuerda cómo les invitaba a los periodistas a casa de su hermana Lola en Sevilla. “Cocinaba para nosotros y viajábamos juntos. Ahora esa relación sería inimaginable entre la prensa y los políticos. Todos teníamos el mismo objetivo, que era que la democracia funcionara”. Cernuda cuenta que la relación con don Juan Carlos era magnífica: “Cuando dejó de ser presidente, el Rey le propuso que siguieran viéndose para intercambiar impresiones. Felipe le dijo que no porque no iba a resultar cómodo para el siguiente presidente”.

Pilar Cernuda compartió entretenimiento en la Bodeguilla, el lugar que el presidente y Carmen Romero montaron en el palacio de la Moncloa para sus encuentros con amigos y gente del mundo intelectual, de la cultura, de la música, actores, escritores, sectores ajenos a la política. Una de las personas que acudió más de una vez era Lina Morgan

“Esas reuniones eran los viernes y la gente de Moncloa le proponía nombres. Carmen Romero tuvo mucho que ver en mezclar a gente, que no tenía por qué ser socialista ni tan siquiera votar al partido. Fue una época irrepetible”, rememora Cernuda.

Un seductor, según Raúl del Pozo

Raúl del Pozo también lo conoció cuando aún formaba parte de un partido ilegal como era el PSOE: “La primera vez que nos vimos fue en 1974, en Portugal, y nunca me invitó a la Bodeguilla, cosa que le agradecí. El rasgo principal de su personalidad es su talento político y, comparado con lo que hay ahora, era Churchill. Ha sido uno de los políticos mas seductores (junto con Suárez) de España. A Felipe lo conozco por sus obras más que por haber compartido intimidad”. Del Pozo recuerda que en tiempos pasados criticó su política, pero reconoce que “visto lo que hay ahora, hizo muchas cosas positivas. Tenemos amigos comunes como es Pedro Trapote, una de las mejores personas y más generosas que conozco”.

Javier Solana fue portavoz y varias veces fue nombrado ministro en los sucesivos gobiernos del PSOE. El que fuera secretario general de la OTAN cumple años tres meses después que González y cuenta que han pasado más de media vida juntos: “Nos conocimos en el congreso de Suresnes en 1974 y lo que puedo destacar es su presencia y esto le sucede a poca gente. Cuando aparece en un sitio, se nota que llega”.

Su encuentro con Margaret Thatcher, contado por Solana

Los que fueron compañeros durante la clandestinidad siguen manteniendo los lazos de amistad profunda que les han llevado a compartir vida familiar, como cuenta Solana: “Nos juntábamos en casa de su hermana Lola, en la de uno de sus hijos en Vélez-Málaga, en Pozuelo... Él cocinaba para todos nosotros. Cuando estuve quince años fuera de España, también nos veíamos algún fin de semana”.

Entre las muchas vivencias y anécdotas compartidas, Solana recuerda la visita a Margaret Thatcher: “Felipe y yo tuvimos un encuentro con ella después del golpe de Estado. Explicarle a esa señora lo que era el 23 de febrero tuvo su gracia. Y otro momento fue la primera visita al palacio de la Zarzuela para ver al Rey, nosotros que pertenecíamos a un partido republicano. Cuando salimos nos paramos en la carretera, bajamos del coche y nos pusimos a comentar la entrevista. Había que vernos allí parados en medio de la carretera”.

"Muy inteligente", según Belloch

Juan Alberto Belloch forma parte de la vieja guardia de amigos de siempre: “Lo principal es su inteligencia, que va unida a la incapacidad de odiar a nadie. Siempre perdona. Y la verdad es que lo encuentro igual que siempre. Puede ser que ese buen aspecto tenga que ver con interesarse por cosas más sencillas, más humanas, más naturales".

Belloch coincide con el resto de amigos en su pasión por la naturaleza (en Doñana era feliz) y en su buena disposición para la cocina: “Hace unos huevos rotos espléndidos. Su receta no la tiene nadie en España”. El que fuera ministro de Interior cuenta otra faceta que tiene que ver con este aspecto: “Es un apasionado de la cocina china y es capaz de hacer platos muy elaborados”.