Xoel López encuentra bajo el chorro de la ducha su "lugar favorito para desconectar de todo"

Una de las muchas ventajas que otorga eso de empezar a peinar canas es que llega un momento en el que uno ya solo se preocupa de hacer lo que realmente le gusta. Y es precisamente en este momento vital, tras casi tres décadas dedicado en cuerpo y alma a la música, en el que se encuentra uno de nuestros músicos más queridos.

En su nuevo trabajo, que estará presentando en todo un WiZink Center el 29 de noviembre, Xoel López rebusca en sus emociones más íntimas para terminar reflexionando acerca de la sociedad actual y algunos de sus males endémicos. De paso, el coruñés afincado en Chamberí nos ofrece su versión más espiritual y humana, en la que no hay espacio para los prejuicios.

Y no tiene reparos en invitar a sus jams imaginarias a artistas de todo pelaje: desde The Chemical Brothers a Bob Dylan, pasando por Juan Luis Guerra, Peter Gabriel, The Who, Charly García, The Bangles, David Bowie… Todos estos nombres aparecen a lo largo de una charla en la que López también nos desvela que acaba de participar en la banda sonora de ‘Amigos hasta la muerte’, la nueva película de Javier Veiga y Marta Hazas (el debut como director del pontevedrés).

De la afición de su hijo al fútbol y al baloncesto, deportes que a él le apasionan igual o más, también hablamos. Al igual que de la reciente adquisición, por su parte, de una guitarra Gibson con forma de flecha que sorprende cuando es un padre de familia —con pasado mod— el que la desenfunda. Y nos confirma lo que pensamos todos los que le conocemos bien: “Me siento cada vez más niño”. (Risas).

Kit para mindfulness: papel, boli y guitarra

En esta época en la que tanto se reivindica la atención plena y todo aquello que nos lleve a mejorar nuestra salud mental, descubrimos que Xoel López tiene su propia manera de alcanzar el equilibrio. Y a juzgar por la buena vibra que desprende todo su ser durante nuestro encuentro, podemos verificar que el método funciona.

En su caso, son la composición y la interpretación las dos actividades que le permiten “estar centrado en una sola cosa durante un tiempo determinado”. Nos asegura que durante ese rato no piensa en nada más y considera que “es algo muy sano”. Teniendo esto en cuenta, no te sorprenderá saber que su lugar favorito para desconectar es la ducha porque allí no puede “distraerse con el móvil ni hablar con nadie”. Y sentencia: “Solo puedes estar debajo del agua, no puedes hacer nada más”.

Aunque ahora podríamos intentar colarnos hasta la bañera del artífice de proyectos tan maravillosos como Elephant Band o Deluxe, preferimos sumergirnos en esa manera de crear tan particular que le ayuda a encontrar la paz. “Siento una especie de evasión cuando compongo, como si fuera algo místico o espiritual. Escribir canciones me permite conectar con mis emociones y desanudar cosas de las que el ritmo del día a día te impide darte cuenta”, nos comenta Xoel antes de viajar a su infancia.

“Desde que era un chaval, cuando tocaba la guitarra por las tardes en casa, siempre he conseguido evadirme a través de la música. Era como un mantra, creo que debe ser muy parecido a hacer meditación trascendental”. Una pena que este momento zen se vea profanado por una pantalla iluminada que vibra y emite sonidos: “Estoy muy enfadado con las nuevas tecnologías porque nos están incordiando todo el rato, aunque en realidad somos nosotros mismos”. (Risas). “Pienso que es algo que ha llegado a nuestras vidas para fastidiarnos”.

Una vez hemos sacado los móviles de nuestro campo visual y auditivo, nos metemos de lleno en las canciones de 'Caldo espírito'. Un disco lleno de matices —y variado a más no poder— en el que queda perfectamente reflejada la mentalidad aperturista del compositor: “Me identifico con el gallego de mundo, el que sale, descubre y luego vuelve. Como aquellos indianos que iban y venían, es mi forma de entender la patria”.

Objetivo: mezclarlo todo

Los que opinan que en la variedad está el gusto van a gozar de lo lindo con estas once canciones en las que el concepto de la amistad está más presente que nunca. “Todas han sido cocinadas a fuego lento en casas rurales o cabañas, en momentos diferentes y con gente distinta”, advierte López, que además reconoce que los amigos están muy presentes a lo largo del disco “a través de esos coros que recuerdan a las reuniones en la taberna de turno”.

Es el caso de la bailonga 'Esto no es amor', que en lo instrumental se desmarca del resto del disco, a pesar de que la han ido domesticando: “En su versión original, la de la maqueta, tenía un rollo calypso de los años sesenta, era una canción más de hoguera, parecíamos cinco amigos borrachos cantando… Pero fue evolucionando hasta convertirse en lo que es ahora, un tema de soul clásico que al mismo tiempo engancha con la música caribeña de Las Antillas o las guitarras de Johnny Marr (The Smiths)”.

Sirva esta última declaración para confirmar que en el cóctel no pueden caber más ingredientes. Pero lo mejor de todo es que no sobra ninguno: “Me lo dijo mi mánager (Joaquín Martínez), con quien llevo trabajando desde 2001. Me animó a hacer lo que me diera la gana, a mezclarlo todo. Creo que por eso es mi disco más ecléctico”. Y remata: “¿Qué problema hay con que un tema suene más a Deluxe y otros se vayan hacia el Caribe o el folclore gallego?”. Por nuestra parte, ninguno, desde luego.

Continuamos con 'Mágica y eterna', que su autor nos describe como “la canción que nunca llegaron a componer Juan Luis Guerra y Bob Dylan”. Lo dice por su ritmo sabrosón y esa armónica con la que López nos gana para siempre. En relación con esa querencia hacia lo latino que le llevó en su día a escribir 'Atlántico' (2012), señala que ahora “es incluso más explícita”. Y añade: “Yo pertenezco a ese mundo de cancionistas, me gustan las canciones por encima de todo, independientemente de la época en la que fueron grabadas y los instrumentos que se emplearon a la hora de grabarlas”.

Y parece que a su público le pasa algo muy parecido: “A la gente le da igual si el ritmo es más cercano al merengue o a la electrónica, lo que atrapa al oyente es la esencia en sí de la canción”. Por eso entran tan bien, y a la primera, canciones como 'Faneca brava', con una intro a base de sintes que “pueden recordarte a The Chemical Brothers o Fatboy Slim, bandas de la explosión británica de los 90”. Pero, ojo, no te confíes, que “luego resulta que podría ser un tema de Peter Gabriel”, añade un emocionado Xoel.

Elegimos 'Fort Da' para dar por finalizado este minirrepaso a un álbum que huye de lo conceptual. De hecho, con esta canción parece querer llevarnos hasta el corazón de un estadio de fútbol abarrotado para corear su estribillo hasta desgañitarnos. Al fin y al cabo es lo que hace Xoel López a lo largo de este 'Caldo espírito', en el que hace gala de un poderío vocal inédito hasta la fecha (hay momentos en los que parece estar poseído por el mismísimo Roger Daltrey). Algo de lo que es plenamente consciente: “En el disco hay algo de rock encubierto, voces que van muy al límite y mucha fuerza en general”.

A lo mejor, esto es culpa de que se haya solapado la gira de reunión de Deluxe —que le ha llevado a quitarse 15 años de encima— con la grabación del nuevo trabajo. “Ha sido muy bonito y emocionante, pero en todo momento tuve muy claro que era algo que tenía fecha de caducidad”. De hecho, donde tiene la mente puesta ahora es en ese concierto en Madrid que le llevará a reencontrarse con su público: “Quiero que sea un día especial en el que pasen cosas diferentes y tengo muchas ganas de poner a prueba las canciones nuevas”.

Y a partir de ahí, nuestro protagonista se abona a la filosofía del partido a partido: “Quiero emprender ese camino que no sé a dónde me llevará, más allá de una extensa gira… Quizás a componer nuevas canciones… O a hacer ese disco recopilatorio con colaboraciones con el que llevo soñando desde hace años…”. En cualquier caso, lo que tenemos claro es que seguirá siendo fiel a una manera muy personal de entender la música (y la vida).