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Ágatha Ruiz de la Prada: “Hay que dar las gracias y saber pedir perdón”
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Ágatha Ruiz de la Prada: “Hay que dar las gracias y saber pedir perdón”

La diseñadora madrileña, que acaba de regresar de una misión (cumplida) en el desierto de Atacama, habla de compromiso, memoria selectiva, horteradas, de la limpieza como terapia y de su primera nieta

Foto: Agatha Ruiz de la Prada en el basurero textil de Atacama: "Hay que usar ropa de segunda mano, alquilar, reutilizar". (Cortesía)
Agatha Ruiz de la Prada en el basurero textil de Atacama: "Hay que usar ropa de segunda mano, alquilar, reutilizar". (Cortesía)

Nadie mejor que Ágatha Ruiz de la Prada para llamar la atención. Esta vez no ha sido su universo de luz y de color el que ha desfilado por una pasarela, sino su compromiso con el medio ambiente y el papel que juega en él la moda circular. ¿Qué ha hecho esta vez la reina de corazones?

La diseñadora se ha remangado y ha escalado las toneladas de ropa que se acumulan en el basurero textil más grande del mundo, en el desierto de Atacama (norte de Chile), para reivindicar el consumo consciente. Ágatha, abanderada de la sostenibilidad y el reciclaje, ha sido madrina y jurado de la segunda edición Runway Fashion Design Tarapacá Circular y Sostenible, donde diseñadores y artesanos de aquel país han dado una segunda oportunidad a la ropa que otros despreciaron “incluso sin quitarles ni las etiquetas”. Diseños confeccionados cien por cien con materiales reciclados del basurero, en un espacio para la reflexión. ¿Sus armas? La pasión por un futuro más sostenible y la creatividad.

Recién aterrizada, entrevistamos a la mujer que se atreve con todo, incluso a reconvertir las montañas de basura textil en arte.

placeholder Ágatha unstoppable. (@agatharuizdlprada)
Ágatha unstoppable. (@agatharuizdlprada)

¿Tu dedicación a la moda es consecuencia de una vocación, la casualidad o la necesidad?

Para mí la moda es cien por cien vocacional.

¿Y qué pasará con esa vocación cuando los desfiles los diseñe la Inteligencia Artificial?

La inteligencia artificial va a hacer los trajes más comerciales de la historia, eso seguro. Y va a resultar casi imposible luchar contra los diseñadores de la IA.

¿Eres de las que se ha currado llegar hasta aquí con sangre, sudor y lágrimas?

Yo no quiero nada con la sangre, el sudor ni las lágrimas. Eso me lo sacudo y me quedo con la alegría y el buen rollo. De lo malo no me acuerdo, tengo mala memoria. O más bien, memoria selectiva.

“De lo malo no me acuerdo, tengo mala memoria. O más bien, memoria selectiva”

Para vivir y ser razonablemente feliz necesitas…

A mis amigos. Aunque también es cierto que el hilo conductor de mi vida es el trabajo. Trabajando soy muy, pero que muy feliz.

Esa vez en la que dijiste “quién me manda meterme en esto”.

No soy de arrepentirme. Cuando te metes en algo, es porque te tenías que meter.

You are good in… Mójate y dinos eso en lo que eres realmente buena. Otorguemos a nuestra vanidad el lugar que merece.

Soy buena diseñando. Jamás me aburro. Tengo la suerte de que mi trabajo toca el arte, el reciclaje, el medio ambiente… Todo lo que me divierte, lo integro en mi vocación.

placeholder Ágatha durante uno de sus desfiles en la semana de la moda de Oporto. (EFE)
Ágatha durante uno de sus desfiles en la semana de la moda de Oporto. (EFE)

Eso que no puedes soportar.

Ha habido unos años en los que ha estado muy de moda ser brutalmente hortera, pero esperemos que se pase. ¿No? Lo bueno de la moda es que tiene un principio y un final.

¿Eres de las que alimentan las listas de espera de los terapeutas, o tú te lo guisas y te lo comes?

Tengo a mis amigas, que son las mejores psicólogas. Y luego, hay una cosa que es genial para mi cabeza: ¡limpiar! En vez de hacer yoga, me dedico a limpiar y ordenar para relajarme. Durante la pandemia moví 10.000 libros y los volví a colocar uno por uno. Eso me deja la mente completamente en blanco y es maravilloso. Mucho más útil que meditar, ¡qué pereza!

“Hay una cosa que es genial para mi cabeza: ¡limpiar! Mucho más útil que meditar, ¡qué pereza!”

Entonces, del coaching ni hablamos.

El otro día me encontré con una conocida que me regaló su libro, que va de sueños y de cómo cumplirlos, sueños de hadas o yo qué sé. Yo también cumplo mis sueños, pero soy más práctica que todo eso. No me sobra ni un minuto al día para meditar y cosas de esas. Si me sobra, me cojo un libro fascinante, como el que ahora tengo entre manos sobre el Palacio de Venier dei Leoni. Lo conocí durante mi primer viaje a Venecia con 17 años. Fue el hogar durante treinta años de Peggy Guggenheim, uno de mis personajes favoritos.

Un recuerdo que aún te pone la piel de gallina cuando piensas en él.

Tengo miles de recuerdos especiales, vividos muchos en Latinoamérica. Recuerdo una plaza de toros de Colombia en la que organicé un desfile. Fue brutal, la plaza estuvo cinco horas y media llenándose; no dejaba de entrar gente. En España, si contase todo lo que allí me quieren no me creerían. Dirían, ¡ya está aquí la fantasma

¿Qué le está pasando al mundo? ¿Y a tu profesión?

Estamos en un momento de gran cambio, y muchos apuntamos hacia el 'no desperdicio' con fuerza. Yo soy de las que lleva una camiseta hasta que se me rompe de puro vieja. Cuando ya está inservible, la uso como trapo de cocina.

placeholder Ágatha Ruiz de la Prada en uno de sus coloridos desfiles. (EFE)
Ágatha Ruiz de la Prada en uno de sus coloridos desfiles. (EFE)

Tú has dicho que si el cliente se pone una prenda solo una vez, es un gran fracaso. ¿Lo puedes explicar?

Yo comparo la ropa con los amigos. Cuando tienes un amigo con el que pasas muchas horas, situaciones importantes de tu vida, es algo profundo. Y no es lo mismo que conocer a una señora muy simpática, pero a la que no vuelves a ver en tu vida. ¿Entiendes? Usar la ropa solo una vez es un fracaso, la ropa hay que ponérsela para quererla.

Ilusión, pasión, curiosidad, generosidad… ¿Cualquier parecido con tu realidad es pura coincidencia o son tu biblia?

Reconozco que tengo suerte. Pero la ilusión no puede faltar. En mi reciente viaje a Chile con el diseñador Juan Carlos Mesa y el periodista de moda Jesús Reyes, amigos ambos, he visto en el proyecto de reciclaje de los basureros textiles pasión, generosidad y muchas ganas dar otra oportunidad a la ropa y no tirar. Si yo fuera Marta Ortega iría allí y pondría una fábrica para reciclar las toneladas de ropa de esos basureros.

“Si yo fuera Marta Ortega iría a Atacama y pondría una fábrica para reciclar las toneladas de ropa de esos basureros”

Tú que has vivido la experiencia y ya sabes lo que hay allí, podrías hacerle a Marta de maestra de ceremonias.

Yo creo que ella también tiene ganas de hacer cosas. Y sí, iría encantada con ella. Una vez que en Chile triunfara la iniciativa, podríamos ir a África, y a Asia. Trabajar por el medio ambiente es mi sueño. Pero antes de todo eso, cada uno de nosotros debería trillar la ropa, reutilizarla y no comprar tonterías ni prendas que no vamos a usar. La gente compra y devuelve de forma compulsiva, como un toc. Alquilar, usar ropa de segunda mano, ser conscientes… eso hace falta. A mucha gente se le rompe una cremallera y lo tira. ¡Por Dios! Eso es una vergüenza.

placeholder Ágatha Ruiz de la Prada visitando uno de los vertederos de basura de Atacama junto a otros diseñadores durante la Runway Fashion Design de Tarapacá, Chile. (EFE)
Ágatha Ruiz de la Prada visitando uno de los vertederos de basura de Atacama junto a otros diseñadores durante la Runway Fashion Design de Tarapacá, Chile. (EFE)

Lo primero que piensas al levantarte por la mañana es…

Lo afortunada que soy. Me levanto contenta siempre. Ahora estoy en pleno cambio radical en mi vida, cambio de casa, nueva tienda, una nieta monísima, la primera, que acaba de nacer. Mi cabeza va a mil.

Qué es eso que nunca te atreverías a llevar a cabo.

Nada. Yo me atrevo bastante.

Perdón, por favor, gracias. ¿Eres de los que practican esta fórmula en desuso?

A mis hijos siempre les insistía en que hay que dar las gracias. Y pedir perdón también es importante.

placeholder Ágatha y su hijo Tristán, que acaba de convertirla en abuela. (Gtres)
Ágatha y su hijo Tristán, que acaba de convertirla en abuela. (Gtres)

¿Qué piensas de ti cuando te ves?

Cuando estoy en uno de mis desfiles, en ese momento que resume toda la creatividad de los últimos meses, siempre se me ocurre cómo va a ser la siguiente colección. Es mágico. Así me pasa, que acabo agotada y, mientras todos se van a celebrar, yo solo quiero estar en casa.

Ese momento en el que metiste la pata hasta el fondo…

Bueno, en tantos años ha habido cosas que me han costado más que otras. Hubo un momento en el que hacíamos 5.000 diseños al año y claro, alguno 'se me escapaba'. Cuando me daba cuenta me ponía furiosa. Uno de los que más me costó asumir fue el de las gafas. Sacaban gafas de lo más normales y les ponían mi logo, en cuanto me daba la vuelta me metían un gol. No digo que no hubiera gafas ideales, pero otras… Me han dado muchos disgustos, sí, pero lo malo siempre se acaba yendo.

Nadie mejor que Ágatha Ruiz de la Prada para llamar la atención. Esta vez no ha sido su universo de luz y de color el que ha desfilado por una pasarela, sino su compromiso con el medio ambiente y el papel que juega en él la moda circular. ¿Qué ha hecho esta vez la reina de corazones?

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