Sale a la venta por 4,5 millones 'Villa Aspirina', la mansión de Ramón y Cajal en Madrid
Pasear por La Colonia de Miraflores es echar la vista al quién es quién del siglo pasado. Los herederos han sacado la residencia estival del premio Nobel al mercado inmobiliario
Miraflores de la Sierra (Madrid) fue el pueblo elegido por el premio Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal para veranear. En una finca ubicada en La Colonia, donde a finales del siglo XIX la alta burguesía madrileña comenzó a construir sus casas de descanso estival, el padre de la neurociencia moderna estudió cómo fluye la información a través del cerebro, base del trabajo del prestigioso galardón que le concedieron en 1906.
En la zona hay otras mansiones de principios del siglo pasado, pero esta es una de las más emblemáticas, ya que además es visible desde la fachada. A tan solo 49 km de Madrid y a 1.150 metros de altitud, este pequeño valle se convirtió en importante foco turístico a finales del siglo XIX por la bondad de su clima y la belleza de sus paisajes. Un destino que no solo eligió el nobel de Medicina Ramón y Cajal, sino que también fue lugar de residencia de otro nobel, el de Literatura Vicente Aleixandre.
Ramón y Cajal instituyó por únicos herederos en pleno dominio y por iguales partes a sus cinco hijos, doña Felina, doña Pabla, doña Pilar, don Jorge y don Luis Ramón Fañanás, o sus descendientes, quienes ahora ponen en venta la vivienda.
En esa finca donde tuvieron sus residencias de verano Ramón y Cajal y su amigo Federico Olóriz Aguilera, impulsor de la dactiloscopia -el sistema de identificación por huellas dactilares que se sigue utilizando hoy en día-, se construiría años más tarde Villa Eugenia. El palacete es también conocido popularmente como ‘Villa Aspirina’ por ser un encargo del representante en España de la empresa químico-farmacéutica Bayer.
Dinteles, aspirinas y seis dormitorios
Engel & Völkers gestiona la comercialización de esta aristocrática propiedad de cinco plantas construida en 1920 en piedra berroqueña y remates de granito. La casa, que fue objeto de una reforma integral del interior en 1990, conserva elementos originales como los tres círculos tallados en cada uno de los dinteles de la casa que representan las aspirinas con las que comerciaba el dueño de la vivienda.
Tras cruzar la imponente entrada, el hall anticipa otros tesoros que guarda el palacete: suelos de mármol y de baldosa hidráulica, paredes revestidas por azulejos de las prestigiosas fábricas sevillanas y carpintería de la época con toques modernistas. En la planta principal se ubican un gran salón con chimenea, una cocina con comedor contiguo, una biblioteca y una galería acristalada sobre el jardín trasero.
La planta primera, revestida de tableros de pino melis, se distribuye en seis dormitorios -tres de los cuales tienen incorporado un baño en suite- y una enorme terraza que se abre sobre el otro jardín de la casa.
La segunda planta, con grandes balcones y ventanales, contiene en la actualidad una sala de juegos desde la que se accede a la tercera planta, donde una buhardilla diáfana con vigas de roble corona el palacete. La casa tiene una vivienda de servicio exenta, bodega y garaje para seis coches.
Miraflores de la Sierra (Madrid) fue el pueblo elegido por el premio Nobel de Medicina Santiago Ramón y Cajal para veranear. En una finca ubicada en La Colonia, donde a finales del siglo XIX la alta burguesía madrileña comenzó a construir sus casas de descanso estival, el padre de la neurociencia moderna estudió cómo fluye la información a través del cerebro, base del trabajo del prestigioso galardón que le concedieron en 1906.