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Cantora, del paraíso de Paquirri a la 'pesadilla' de Pantoja
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Cantora, del paraíso de Paquirri a la 'pesadilla' de Pantoja

La finca pasó de ser un sinónimo de felicidad que descubrió junto al torero a un lugar al que llegar cada vez que le concedían a la cantante un permiso carcelario

Foto:  Isabel Pantoja.
Isabel Pantoja.

Como todos los toreros, Paquirri quiso rubricar su éxito taurino comprándose primero un Mercedes y después una finca. Eligió un lugar de la llamada ruta de los pueblos blancos del Sur cercano a Barbate, la localidad de la que salió para triunfar y donde vivieron sus padres hasta que murieron. Compró quinientas hectáreas de campo y después edificó el cortijo que se fue ampliando hasta su estado actual. Maribel (Isabel Pantoja) no existía ni en el presente ni en el futuro sentimental del torero en el momento de la adquisición.

Por aquel entonces, la artista que cantaba desde los 10 años no había despuntado. No era la estrella de la que se enamoró perdidamente Paquirri, que quiso oficializar su relación acudiendo a una de sus apoteósicas actuaciones en la desaparecida sala Windsor de Madrid.

En 1983 se casaron y dividieron su tiempo entre el sevillano quinto piso de la calle Ramón de Carranza y el campo de Medina Sidonia donde Paquirri era feliz.

Estaba orgulloso de lo que había conseguido e invitaba a la prensa a ese cortijo que compartía con su mujer, su familia y al que calificaba de 'mi paraíso'. Los niños, Francisco y Cayetano, acudían siempre que querían porque Carmina Ordóñez nunca puso pegas para los encuentros con su padre. Las fiestas y celebraciones se hacían en Cantora, que era una casa de puertas abiertas donde los periodistas taurinos y de la prensa de entretenimiento eran bien recibidos.

El matrimonio se había casado en separación de bienes, pero cuando murió Paquirri el testamento favorecía a la viuda y al hijo de meses. Actualmente la propiedad es de ambos. El 52% de Pantoja y el 47% pertenece a Kiko, y ambas están embargadas. Según informaba la revista 'Lecturas', la deuda total sobre Cantora es de 4.206.461,40 euros.

placeholder  Antonio Rivera en Cantora. (RTVE)
Antonio Rivera en Cantora. (RTVE)

El campo que había sido testigo de tantas alegrías se convirtió en un recuerdo dañino. A la muerte del torero, Isabel Pantoja cerró a cal y canto el paraíso al que no volvería hasta quince años después. Hubo leyendas urbanas de todo tipo: desde visitas poco justificadas que tenían que ver con espíritus traviesos hasta robos y desapariciones de cosas que se guardaban en la caja fuerte. Historias que ya no volvieron a recordarse en cuanto la finca volvió a estar en activo.

El tiempo que, aunque no lo cura todo sí deja paso a la nostalgia, recuperó Cantora que volvió a tener el lustre y la vida de siempre. Isabel alternaba Madrid, Sevilla, Fuengirola, El Rocío y el campo. Cuando se hizo novia de Julián Muñoz cambió definitivamente la capital por Marbella. Con el caso Malaya, el nombre de Cantora pasó a formar parte del sumario. En la documentación figuran apuntes de cantidades importantes para comprar ganado y otra serie de gastos no justificados. Llegó el juicio, el ingreso en prisión y el mundo de Isabel Pantoja se desmoronó.

placeholder Isabel Pantoja. (EFE)
Isabel Pantoja. (EFE)

Cantora ya no era el paraíso que le descubrió Paquirri, sino un lugar al que llegar cada vez que le concedían un permiso carcelario. Allí la esperaban su madre y su hermano Agustín, las dos personas que nunca la han fallado. Sus deudas con la Agencia Tributaria y sus multas impuestas por la justicia por el delito de blanqueo de capitales hicieron que la finca se convirtiera en la manera de hacer frente a sus deudas. Hipotecas por un lado y embargos por otro. Y no solo ella, sino que también la parte que pertenecía a su hijo Kiko sirvió para que la Tesorería de la Seguridad Social (como informa 'Lecturas') incautara su propiedad por una deuda de más de nueve mil euros.

Cantora, el paraíso y sueño de Paquirri que hizo realidad, se convirtió con el tiempo en el encierro voluntario y la pesadilla de la artista.

Como todos los toreros, Paquirri quiso rubricar su éxito taurino comprándose primero un Mercedes y después una finca. Eligió un lugar de la llamada ruta de los pueblos blancos del Sur cercano a Barbate, la localidad de la que salió para triunfar y donde vivieron sus padres hasta que murieron. Compró quinientas hectáreas de campo y después edificó el cortijo que se fue ampliando hasta su estado actual. Maribel (Isabel Pantoja) no existía ni en el presente ni en el futuro sentimental del torero en el momento de la adquisición.

Isabel Pantoja Kiko Rivera
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