Los hijos ilegítimos de los famosos apoyan a Javier Sánchez (presunto de Julio Iglesias)

Erika, José Daniel, Manuel y Sofía son hijos que a lo largo de estos últimos años han buscado demostrar su filiación. Los padres son el futbolista Eto’o, Carlos Baute, Manuel Benítez, el Cordobés, y el ganadero José Benítez Cubero, respectivamente. Los cinco han tenido que seguir el mismo camino que Javier Sánchez, el supuesto hijo de Julio Iglesias.

El próximo 4 de julio, en el Juzgado nº 13 de Valencia, se celebrará el juicio oral donde se determinará esa paternidad. Esta prevista la declaración de María Edite, madre de Javier, y la del detective que explicará cómo obtuvo la prueba en Miami que determina el ADN en un 99% de fiabilidad. En este caso se trataba de un termo, propiedad de Julio José Iglesias, que fue determinante. No se puede presentar como prueba pero sí como indicio importante. No se espera la presencia de Julio Iglesias a pesar de las declaraciones de su abogado, que aseguró que si se abría de nuevo la causa (como así fue) le aconsejarían que se hiciera las pruebas con todas las garantías.

Javier Sánchez lleva cuarenta y dos años luchando para que esa filiación se acredite. Los otros hijos que han vivido esa misma situación han hablado con Vanitatis y coinciden en que es un camino largo pero al final la verdad triunfa. El abogado Fernando Osuna se ha hecho cargo de estas demandas, muchas de las cuales ha ganado. En el caso de Julio Iglesias, podrá recurrir en la Audiencia, el Constitucional y Estrasburgo. Sánchez aseguraba a Vanitatis, a 48 horas del juicio, que “con lo que he esperado hasta ahora no me importa esperar más”.

Los otros

Erika tiene 19 años. El 24 de abril se celebró el juicio contra Samuel Eto'o, exjugador del Barcelona y el Inter de Milán, por la demanda interpuesta por la joven. Antes ya había intentado llegar a un acuerdo la madre, Adilensa Do Rosario, sin resultado positivo. La vista se canceló al no haber podido ser localizado al supuesto padre.

Erika explica a Vanitatis que quiere dar su apoyo incondicional a Javier Sánchez: “No nos conocemos, pero sé por lo que está pasando. Es una situación muy dolorosa cuando sabes que tu padre biológico no quiere saber de ti. Empatizo con él. Yo no he tenido el placer de conocer al mío y tampoco puedo procesar la situación. Vivo al día y lo que quiero es cerrar ese capítulo que me resulta muy doloroso. A Javier le diría que sea fuerte emocionalmente y que, tarde o temprano, tendrá su victoria”. Erika asegura que, a pesar de ese rechazo, sí le gustaría hablar con Samuel Eto’o y con el resto de sus hermanos: “Es mi familia y por lo tanto es un derecho que tengo y que nadie me lo puede quitar”.

José Daniel, hijo reconocido por sentencia judicial de Carlos Baute y que, por lo tanto, puede llevar su apellido, coincide con la anterior en enviar su cariño y ánimo al que puede ser el noveno hijo del cantante: “La verdad sale a relucir. Hay que tener mucha constancia y no dejarte llevar por la desolación. Yo he sufrido y he llorado sin entender esa repulsa. Soy su sangre y llevo sus genes. Es un derecho que me corresponde, saber quién es mi padre”. En el caso de José Daniel solo se han visto en el juzgado y confirma que “no lo voy a buscar más y dejo la puerta abierta para que un día se dé cuenta de que yo he sido la víctima”. Baute y Astrid Klinsen esperan su tercer hijo para dentro de unos meses y José Daniel no entiende ese desprecio “cuando él tiene a sus niños”.

Sofía puede utilizar desde 2015 el apellido de su padre, el terrateniente José Benítez Cubero. Y el año que viene recibir parte de la herencia que dejó al morir el ganadero y que se calcula en doce millones de euros. Como los anteriores, envía su mensaje solidario: “Le quiero dar ánimos y felicitarlo porque todo va a salir bien. Yo confío en la justicia y, con la verdad por delante, se va a todas partes”. Reconoce que ahora es menos complicado que cuando ella era joven. “Todo el mundo sabía en Sevilla quién era mi padre, pero era una familia poderosa. Cuando empezó el proceso teníamos solo mi pensión y de mi marido. Tuve mucha suerte en encontrar a don Fernando Osuna (abogado), que nos ayudó desde el primer momento”. En su caso porque se presentó a las pruebas el que ahora es su hermano de sangre.

Manuel Díaz también encontró en el abogado el mismo apoyó que ha tenido Javier Sánchez. A los 47 años por fin pudo tener en sus manos la sentencia que determinaba su filiación. Un papel que ratificaba lo que ya se sabía de siempre, que el Cordobés era su padre. Y él mismo explicaba a Vanitatis la razón de esa reclamación: “Era una necesidad reivindicar la figura de mi madre y defender mi identidad y la de mis hijos. Todos tenemos derecho a saber de dónde venimos”. Durante muchos años buscó ese encuentro con el torero que ahora ya no le hace falta.