Marina Castaño: "A la persona que quería verme sufrir le ha salido mal la jugada"

El pasado 11 de julio, la Audiencia Provincial de A Coruña absolvía de un delito de malversación de caudales públicos a Marina Castaño. Con esa resolución quedaba libre de toda sospecha, pero aún cabía recurso por parte de María Dolores Ramos García, que fue lo que hizo.

Esta semana, la Sala Segunda del Tribunal Supremo declaraba desierto el recurso de Ramos y la obligaba a pagar las costas. La historia se remonta a diez años atrás cuando se achacaba a la periodista "mala gestión y originar una crítica situación económica" a la Fundación Camilo José Cela, de la que era presidenta. La fundación recibía una pequeña subvención de la Xunta y, de ahí, la acusación de malversación que ahora, por fin, ha quedado desterrada tras el fallo del Tribunal Supremo. Vanitatis ha querido saber, de primera mano, cómo se encuentra la periodista y escritora tras este fallo.

Pregunta: ¿Cómo recibiste la sentencia?

Respuesta: La recibí con mucha alegría. Me llamó mi abogado y me dijo que todo había acabado. Por fin respiré después de este vía crucis que he tenido que vivir y que ha sido muy duro.

P: ¿Qué supuso esa demanda?

R: Una gravísima acusación que no tenía pies ni cabeza. Hubo ya una primera sentencia que me absolvía y me declaraba inocente. Ahora ha sido el Supremo. La persona que quería fastidiarme y verme sufrir recurrió y le ha salido mal la jugada.

P: ¿Crees que hubo animadversión hacia ti por ser quien eras? María Dolores Ramos García fue quien puso las demandadas contra ti...

R: Por supuesto. En el primer juicio dijo algo tremendo: “Marina Castaño no se va a ir de rositas”. Era una antipatía que nunca entendí porque cuando vivía Camilo José siempre fue muy amable conmigo. Después, fue todo lo contrario. Una especie de resquemor que nunca entendí. Era una persona sin formación y que nunca formó parte de nuestras vidas más allá de la admiración que pudiera sentir por Camilo José.

P: Te acusaban de malversación de caudales públicos de la Xunta de Galicia.

R: Se ha demostrado que yo no hice tal cosa. Cuando yo presidí la Fundación Camilo José Cela había subvenciones privadas y una pequeña de la Xunta. No podía haber malversación, como ha quedado demostrado porque se utilizaban las privadas. Había una clara intención de hacer daño a toda costa por parte de esa persona. Gracias a la justicia no lo consiguió.

P: ¿Cuántos años ha durado el proceso?

R: Pues casi diez años. Una barbaridad.

P: Económicamente, habrá sido una cantidad importante...

R: Sí, gastos de abogados, procuradores, viajes... Pero todo estuvo bien empleado. Esa persona no se ha salido con la suya, que era fastidiarme. Y quiero decir que, por ahora, no se me ha devuelto nada. Esta persona salió aplastada como una cucaracha.

P: Y afectivamente, ¿cómo como lo llevaste?

R: Es muy triste que te acusen de algo que no has hecho. De todas formas, tengo una capacidad importante para abstraerme de las cosas negativas y no dejarme arrastrar por ellas.

P: ¿Ya no tienes nada que ver con la fundación?

R: Ya no la presido, pero mi relación es muy cordial y sigo haciendo donaciones de cosas que dejó Camilo Jose y que pueden ser interesantes. La fundación, como ente privado, no podía seguir manteniéndose, y por eso yo la regalé a la Xunta de Galicia con todos sus fondos, cuadros, libros, la hemeroteca, pinacoteca, epistolario. Lo regalé a Galicia y, en definitiva, a España.

P: ¿Tienes intención de recuperar la vida social pública?

R: Es que nunca la he abandonado. Sigo con mis colaboraciones en 'La Razón', en 'Espejo público'... No ha cambiado mi vida.