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Carolina Monje, novia de Álex Lequio, vuelve a Barcelona: los apoyos que tiene allí
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MUY DISCRETA

Carolina Monje, novia de Álex Lequio, vuelve a Barcelona: los apoyos que tiene allí

Estuvo hasta el último momento al lado del hijo de Ana Obregón y Alessandro Lequio, a quienes acompañó en el entierro

Foto: Carolina Monje. (Getty)
Carolina Monje. (Getty)

Carolina Monje supo mantenerse en un discretísimo segundo plano por voluntad propia y, salvo las imágenes de sus redes sociales (cerró hace unos días su perfil de Instagram) y las fotografías de su último adiós a Álex Lequio junto a sus 'suegros', Ana Obregón y Alessandro Lequio, además de algunas de los días que les acompañó en el hospital de Barcelona donde recibía tratamiento, no hay mayores testimonios gráficos. Fueron dos años al lado del empresario, que se estaba abriendo camino con la empresa Polar Marketing, que sigue manteniendo vivo su legado gracias al buen hacer del que fuera su socio, Nacho F. Ansorena, y la mayoría de sus vivencias en común quedaron dentro del ámbito privado.

Su norma de no hacer declaraciones solamente la rompió por una causa de fuerza mayor, despedirse del hombre al que amaba, con un mensaje muy emotivo y desgarrador, que, sin embargo, poco después borró. Ahora ha sido fotografiada volviendo a Barcelona, donde va a estar arropada por su familia, aunque no han trascendido sus planes, precisamente por la enorme discreción con la que lleva su vida.

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La figura de Carolina ha cobrado en estas semanas una mayor dimensión pública (ha quedado, además, acreditado el gran apoyo emocional que fue para Ana Obregón en sus semanas más duras) y conmovieron a todo el mundo sus imágenes despidiendo a Álex Lequio. Este pasado miércoles, según publicaba '¡Hola!', la joven se desplazó hasta el piso que compartía con Álex en el madrileño barrio de Salamanca, una de las zonas más cotizadas de la capital, para recoger sus enseres personales. Un momento muy duro, en el que, como informaba la mencionada revista, estuvo acompañada por su hermano Fernando, a quien está muy unida.

Carolina, o Carola, como le llaman sus íntimos, mantiene un estrecho vínculo con Fernando, un gran apasionado del automovilismo. No en vano, comenzó su carrera en el karting en 2005, con solo doce años, primero con excelentes resultados a nivel nacional, para en 2007 pasar a las competiciones internacionales, como él mismo cuenta en su propia página web. En 2009 dio un salto cualitativo al debutar en los monoplazas con la Formula Academy y en la F3, donde ganó el Open de Cataluña, mientras que en el campeonato europeo de ese año consiguió diversos pódiums. A pesar de sus logros, el abogado y economista dejó aparcada su carrera en el mundo del motor un lustro más tarde y en la actualidad se dedica al sector inmobiliario.

En el camino se quedó su meta más anhelada: "El sueño de cualquier piloto es la Fórmula 1. A todos los pilotos que nos gusta el mundo del motor lo que queremos es vivir de esto y ser pilotos profesionales", declaraba en una entrevista en 2012. Una pasión por el motor que el abogado y economista había heredado de su padre, Ferran, que fue ganador de las 24 horas de Barcelona en 2009: “Me hace mucha ilusión correr con mi hijo, con el que compartimos la misma pasión por el automovilismo", manifestaba hace seis años cuando competían juntos en la última prueba del Campeonato de España de Resistencia.

Sus padres, muy emprendedores

Una figura muy conocida en círculos financieros, Ferran Monje es propietario del hotel boutique La Torre del Canónigo, en Ibiza, del que Carolina es la directora desde enero de 2017 y en el que había sido también asistente personal del director durante casi dos años. "Siempre hemos procurado que nuestros hoteles sean algo más que un lugar donde dormir. Por eso apostamos por los establecimientos con encanto e historia, tanto en Ibiza como en la Costa Brava, donde dirigimos El Convent de Begur con una idea exactamente igual: lograr que los clientes se encuentren a gusto, en lugares únicos y a apenas unos pocos minutos de todos los servicios que ofrece, en este caso, la isla de Ibiza en materia de playas, centros de diversión, gastronomía…", explicaba el empresario en una entrevista publicada por Factoría Prisma.

placeholder Fernando Monje, en el centro del podio tras ganar el campeonato europeo de turismos que se celebró en el circuito italiano de Imola, en 2012. (EFE)
Fernando Monje, en el centro del podio tras ganar el campeonato europeo de turismos que se celebró en el circuito italiano de Imola, en 2012. (EFE)

Del linaje familiar de Carolina debemos destacar que su abuela materna es la emblemática Josefina Vicario, cirujana y pionera en la medicina estética en España y creadora de las clínicas Vicario, que tuvo dos hijos, Virginia, la madre de la novia de Álex Lequio, y su hermano Ricardo, que también ha seguido sus pasos. Con cuatro centros, en Barcelona, Madrid, Valencia y Mallorca, la firma está avalada por cuatro décadas de experiencia, y por sus manos han pasado celebrities del calibre de Elizabeth Taylor, Ursula Andress o Rainiero de Mónaco.

Josefina Vicario ha sido siempre una trabajadora infatigable, como subrayaba su hija Virginia en un reportaje en 'Vanity Fair': “Tan solo la he visto parar dos veces, una cuando era pequeña y tuvo un accidente de coche y la otra el año pasado cuando sufrió un problema de espalda del que ya está totalmente recuperada”. Además destacaba que su madre, una entusiasta de las antigüedades y el interiorismo, fue siempre una mujer adelantada a su época. Algo que supo apreciar su marido, Enrique, fallecido en 1995. "Yo tenía mucho trabajo, dirigía hasta 15 clínicas por toda España, con 64 médicos y él supo darme mi espacio”, destacaba Josefina.

Un currículum brillante y una empresa de moda

Carolina Monje, que lleva en los genes el espíritu emprendedor de sus padres y sus abuelos, se ha formado a conciencia para ocupar su puesto actual. Estudió Administración y Gestión de Empresas en la Universidad de Derby, en el Reino Unido, y posteriormente cursó un máster en Administración y Gestión de Hoteles en CMH Academy, un prestigioso centro de estudios que tiene sedes en París y Londres. Habla a la perfección español, catalán e inglés, y tiene conocimientos de francés e italiano. Tras cinco años trabajando para el mismo grupo hotelero, está dispuesta a encontrar nuevos retos profesionales a los que aplicar sus habilidades, pero, además, ha montado su propia empresa, en la que tiene depositadas grandes expectativas.

placeholder Álex Lequio. (Getty)
Álex Lequio. (Getty)

Carola Monje, una tienda online de ropa femenina que abrió a principios de este año, vende ropa para mujer a unos precios de gama media, que oscilan entre los 36 euros de un top y los 97 de una chaqueta. Son diseños frescos y juveniles para ocasiones formales o para momentos de ocio. Una primera colección de marcado carácter mediterráneo que presentaba en las redes sociales hace algo más de dos meses con una cita de Buda: "Es un placer daros la bienvenida a esta comunidad. 'Somos lo que pensamos. Todo lo que somos surge con nuestros pensamientos. Con nuestros pensamientos construimos el mundo".

Días más tarde anunciaban que el 3% del valor de cada compra se destinaría a la ONG que eligieran sus clientas y proporcionaban tres opciones: la Asociación Española Contra el Cáncer, SPAC, una protectora de animales, y Greenpeace. Tres ejemplos de causas que abrazaban tanto ella como Álex, con quien, por cierto, adoptó un precioso perro, Boby Puchum, en agosto del año pasado (tiene su propia cuenta de Instagram), para concienciar a la gente a hacer lo mismo en lugar de comprar sus mascotas.

Carolina Monje supo mantenerse en un discretísimo segundo plano por voluntad propia y, salvo las imágenes de sus redes sociales (cerró hace unos días su perfil de Instagram) y las fotografías de su último adiós a Álex Lequio junto a sus 'suegros', Ana Obregón y Alessandro Lequio, además de algunas de los días que les acompañó en el hospital de Barcelona donde recibía tratamiento, no hay mayores testimonios gráficos. Fueron dos años al lado del empresario, que se estaba abriendo camino con la empresa Polar Marketing, que sigue manteniendo vivo su legado gracias al buen hacer del que fuera su socio, Nacho F. Ansorena, y la mayoría de sus vivencias en común quedaron dentro del ámbito privado.

Alessandro Lequio Ana Obregón