Es noticia
Menú
Nuria Espert cumple 85: su gran historia de amor y su afecto por Felipe VI
  1. Famosos
MITO DE LA ESCENA

Nuria Espert cumple 85: su gran historia de amor y su afecto por Felipe VI

La gran dama del teatro se casó con solo 20 años con Antonio Moreno, con quien compartió su vida hasta su muerte, en 1994

Foto: Nuria Espert. (EFE)
Nuria Espert. (EFE)

Cuando hace apenas un mes, en una entrevista en 'ABC', le pidieron a Nuria Espert que hiciera un balance de lo que había vivido, la palabra 'teatro', como no podía ser de otra manera, fue capital en la respuesta: "Veo mi vida teatral como una gira permanente. Cuando pienso en el pasado, no aparecen los estrenos, aparecen las giras con los distintos espectáculos. Y en esas giras, mis hijas han padecido que sus padres estaban fuera".

En esa misma entrevista, la emblemática actriz, que cumple 85 años este 11 de junio, explicaba cómo había logrado conciliar una vida errante por su sus intensísimas giras nacionales e internacionales con la maternidad. "La primera que me ayudaba era mi madre, porque nos llevábamos 20 años: si yo tenía 20, ella tenía 40. En resumen: mi madre, un marido que aprecia el sacrificio que estás haciendo y que trata de cubrirlo arriba y abajo con las niñas, y yo y las giras. Y después, también saber que estás creando un estatus para la familia. Ni Armando ni yo teníamos ni cinco céntimos. Había que trabajar mucho".

Dos hijas brillantes

En otra entrevista posterior en 'El Periódico' se deshacía en agradecimientos a su madre, que se había separado de su padre cuando ella era muy joven, aunque siguieron viviendo bajo el mismo techo porque no tenían recursos económicos para emprender caminos en solitario (él falleció prematuramente a los 50 años víctima de una enfermedad pulmonar y ella mucho después, a los 80): "Gracias a ella pude trabajar a la semana de haber parido a la primera hija, y a los 15 días de alumbrar a la segunda", afirmaba en alusión a Alicia Moreno (fue delegada del Área de las Artes del Ayuntamiento de Madrid desde 2003 hasta 2011 y consejera de Cultura en la Comunidad entre 1999 y 2003, y es gerente del Teatro de La Abadía desde 2017 y madre de la actriz Bárbara Lluch) y Nuria Moreno, actriz y bailarina que trabajó durante casi dos décadas al lado del mítico mimo y coreógrafo Lindsay Kemp, que falleció en el verano de 2018.

placeholder Nuria Espert, una de nuestras estrellas más universales. (EFE)
Nuria Espert, una de nuestras estrellas más universales. (EFE)

Espert se casó muy joven, con 20 años recién cumplidos, con Armando Moreno, un artista multidisciplinar, que había intervenido en un buen ramillete de películas, era guionista y poeta, pero que decidió ceder todo el protagonismo a su mujer al centrar todas sus energías en la carrera de una de las máximas estrellas del teatro a nivel mundial. No lo tuvo facil, ya que venía de una familia muy humilde, su padre era carpintero y su madre trabajaba en los telares. Y a pese a tener una formación muy limitada, eran unos apasionados del teatro, por lo que se entusiasmaron cuando les propusieron que hiciera una prueba en el teatro Romea de Barcelona cuando tenía solo trece años.

El gran amor de su vida

Como la propia actriz ha contado en numerosas ocasiones, salió de casa de sus progenitores para casarse y su marido fue crucial para que lograra sus sueños, como admitía en la misma entrevista: "Armando fue el que cogió a una actriz de 20 años y a los 24 le había formado una compañía teatral. Tuvimos suerte, porque la suerte también ha jugado un buen papel en nuestras vidas. Tuvimos éxito de público enseguida. Y empezó una lucha que continuó hasta la muerte de Armando en el año 1994".

Una historia de amor que solo truncó la muerte, a la que la actriz hizo frente con la actitud que ha encarado su trabajo, al que ha demostrado también una lealtad inmensa. Ese 30 de octubre de 1994, Nuria se encontraba representando la función ‘El cerco de Leningrado’, de Sanchis Sinisterra: "Al día siguiente ya estaba en el escenario. El teatro era el único sitio en el que se podía respirar. Estábamos en el María Guerrero. Al terminar la función del domingo, que es más temprano, fui al hospital. Él me esperó. Y se fue (se emociona). El día siguiente era lunes, y no había función. El martes salí al escenario. Mi hija quería cancelar la gira. Yo le dije que cuantas más funciones, mejor", contaba en 'La Vanguardia'.

placeholder En el teatro Campoamor de Oviedo, lanza un beso a la reina Sofía, tras recibir su Premio Princesa de Asturias. (EFE)
En el teatro Campoamor de Oviedo, lanza un beso a la reina Sofía, tras recibir su Premio Princesa de Asturias. (EFE)

Fue un golpe terrible y, como años antes en plena racha de éxitos había sufrido una depresión cuyo origen nunca logró dilucidar, se puso en manos profesionales para evaluar la naturaleza de su dolor: "Sentí una tristeza tremenda, incluso corrí al psiquiatra temerosa de que se repitiera el bache de unos años antes, declaraba en 'El Periódico': "Me arreglaron las pastillas. Salí de aquello al cabo de un año y nunca supe por qué me rompí. La psiquiatra me dijo que mejor no abrir el cajón", manifestaba al rememorar ese episodio previo, que afortunadamente no se volvió a repetir.

Este mes de enero, Espert volvía al teatro donde todo empezó con 'Romancero gitano', de Federico García Lorca, su autor fetiche, y al reencontrarse con el público del Romea también recordaba sus viviencias con una de sus mejores amigas, Julieta Serrano, con quien desde muy joven compartió también la pasión por la literatura (el hermano de la intérprete de 'Dolor y gloria' les prestaba sus primeros libros, que devoraban): "Hablaba con ella ayer y le decía que lo primero que haría al llegar al Romea sería buscar el camerino del segundo piso en el que estábamos juntas. Éramos dos niñas y fuimos muy felices, aprendimos teatro desde allí. Este teatro me convirtió en una actriz”.

placeholder Con Lluís Pasqual, que la dirige en 'Romancero gitano'. (EFE)
Con Lluís Pasqual, que la dirige en 'Romancero gitano'. (EFE)

Son muchos los reconocimientos que ha recibido a lo largo de su prolífica carrera, pero quizás uno de los de mayor repercusión mediática en nuestro país fue el Premio Princesa de Asturias de las Artes, que le llevó a su hija Alicia a escribir un emocionante artículo en 'El Mundo' en el que rememoraba cómo se demostraba la pasión por el teatro en su hogar: "Lo viví toda mi vida, desde pequeña en casa, con mis padres; viéndola estudiar día y noche, viéndolos pelearse contra viento y marea, con la censura, con tantas dificultades... y viéndolos disfrutar tanto".

Admiración por la reina Sofía

Espert, cuya emblemática 'Yerma' que estrenó en 1971 la llevó a recorrer el mundo y brilló también como directora de óperas como 'Rigoletto', 'La Traviata' o 'Carmen', o una irrepetible 'La casa de Bernarda Alba' protagonizada por Glenda Jackson, respondía en las entrevistas derivadas de su premio a las inevitables preguntas sobre cómo era su relación con la familia real y si era monárquica. "No, pero respeto mucho al rey Juan Carlos y, sobre todo, a la reina Sofía. Siento por ella un enorme respeto y algo que se parece mucho a una amistad que no existe: le tengo gran afecto, tiene una cabeza magnífica", manifestaba en el suplemento 'XLSemanal', y contaba cómo era su relación con el ahora Felipe VI.

"(Le conozco) desde pequeño y le tengo una gran simpatía por detalles personales. Recuerdo una ocasión en la que se cruzó conmigo justo cuando me disponía a marcharme a un ensayo, antes de que se acabara el banquete. Me preguntó si ya me iba y si había traído coche para acompañarme hasta él, y cuando le dije que iba a pedir un taxi, me acompañó a la salida y lo pidió para mí", relataba la actriz, quien en otra entrevista con 'El Mundo' se mostraba, quizás, algo más evasiva, aunque contaba una significativa anécdota sobre los Reyes actuales: "Cuando eran novios fueron a ver 'La Celestina' al Español. Al acabar, bajó la compañía para saludarles y estuvimos charlando en una escalera. Por ese día de la escalera, me caen muy bien".

placeholder Con su hija, Alicia Moreno, en los Premios Princesa de Asturias. (EFE)
Con su hija, Alicia Moreno, en los Premios Princesa de Asturias. (EFE)

Mujer "de aire y fuego", que fue como la definió su gran amigo Terenci Moix y que fue el título que escogió para sus memorias, que vieron la luz en 2002, Nuria Espert tiene a sus 85 años una inmensa energía y en cuanto se den las condiciones para ello volverá a un lugar en el que siempre es feliz, el teatro, que, como ha admitido, para ella ha sido un elemento sanador.

Cuando hace apenas un mes, en una entrevista en 'ABC', le pidieron a Nuria Espert que hiciera un balance de lo que había vivido, la palabra 'teatro', como no podía ser de otra manera, fue capital en la respuesta: "Veo mi vida teatral como una gira permanente. Cuando pienso en el pasado, no aparecen los estrenos, aparecen las giras con los distintos espectáculos. Y en esas giras, mis hijas han padecido que sus padres estaban fuera".

Rey Felipe VI