Concha Velasco: "Yo no digo mentiras, exagero la verdad"
La incombustible actriz, que cumple 81 años este 25 de noviembre, arrasa en el teatro Reina Victoria de Madrid con la obra 'La habitación de María', escrita por su hijo, Manuel M. Velasco
Ir a ver a Concha Velasco al teatro es una liturgia. Nada más levantarse el telón del teatro Reina Victoria de Madrid y verla sentada frente a un escritorio, el público se puso a aplaudir. Lo mismo que al finalizar la función, en ese momento en pie en medio de 'bravos'. Una reacción esperable ante esta emotiva e inquietante obra escrita por su hijo, Manuel M. Velasco, y dirigida por José Carlos Plaza, un creador clave en su carrera en las tablas. La actriz vallisoletana, espléndida como acostumbra y con un personaje lleno de matices y registros, agradece el reconocimiento y se dirige al patio de butacas, agradecida y emocionada, como cantaría su gran amiga Lina Morgan, para establecer un espontáneo diálogo con su público antes de regresar a su casa de Madrid, desde nos atendía telefónicamente el día anterior.
Hablamos con la protagonista de emblemáticas películas como 'Pim, pam, pum... ¡fuego!' o 'Más allá del jardín' o series como 'Teresa de Jesús' o 'Yo, una mujer' cuando faltan cuatro días para que cumpla 81 años. Uno menos de los que cumple en la función Isabel Chacón, su personaje, una escritora agorafóbica que ha ganado el Planeta y que, al igual que ella, no va a poder festejarlo, aunque por motivos muy distintos: "Les he dicho a mis compañeros que no lo voy a celebrar porque hay que hacerlo con mascarilla. Lo dejaremos para cuando pase esto. En el teatro es una tontería que Cimarro -el productor de la función- se gaste el dinero en una tarta si no vamos a poder soplar, una pena. La única que no lleva soy yo y solo durante la representación. Me ponen la mascarilla hasta para saludar al público, hay que seguir las recomendaciones sanitarias. Aún no sabemos si vamos a poder celebrar ni la Navidad, aunque yo ya he puesto mi árbol, mi nacimiento... Es una tradición y lo hago todos los años. Vete a saber si luego podrán venir mis hijos, por la limitación de personas, pero no me quejo".
Concha es de esas entrevistadas que agradecemos mucho los periodistas, porque casi no hace falta ni preguntar, de ahí que en el texto que están leyendo apreciarán que hay pocos signos de interrogación. Así que cuando le decimos que es la artista que mejores titulares da en España, asiente: "Pues sí, tienes razón", y a lo largo y ancho de nuestra conversación va fabricando unos cuantos que son sentencias que podrían haber sido frases de su inolvidable Carmen Orozco de la serie 'Herederos'. Juzguen ustedes mismos...
PREGUNTA: Tu hijo Manuel me decía recientemente que no es nada difícil trabajar contigo.
RESPUESTA: No, porque soy muy disciplinada. Si quisiera, podría dirigir, con las series, las películas y las obras que llevo..., pero no quiero porque lo que me gusta es interpretar. Lo que me gusta es que me dirijan bien. Es fácil trabajar con alguien que sepa más que yo, pero si es alguien que sabe menos, no creas que es tan fácil, porque tengo muy mal genio.
P: Eres una de las actrices que más ha trabajado en España y no paras...
R: Yo creo que la que más... Como currículum profesional soy la actriz más variada, por lo menos. No la mejor porque nadie es mejor ni peor, pero hago musical, drama, tragedia... Soy la más variada.
P: En efecto, porque has hecho desde clásicos hasta el cine más popular de nuestro país y taquillero de todos los tiempos junto a Manolo Escobar.
R: Con él hice cinco películas maravillosas, la pena es que no siguiéramos trabajando juntos. Yo decía que podíamos habernos convertido en Spencer Tracy y Katharine Hepburn, y me respondían que qué barbaridad, pero con el tiempo me he dado cuenta de que perfectamente lo podíamos comparar. Ya sabes que vivimos en un país en el que hay que pasar un poco de puntillas y desapercibido. Quizás he llamado mucho la atención y no quiero hacerlo más, ahora que tengo 81 años. Vete tú a saber lo que nos espera a todos, con estos confinamientos...
P: ¿Lo pasaste mal?
R: Fatal, porque soy muy besucona, de abrazos... Lo de llegar al teatro y entrar en el camerino con mascarilla... Yo, que lo pongo precioso con fotos, con lo que se publica de mí y nadie puede entrar. Me encuentro un poco triste, como todo el mundo. A mí me ha pasado lo que a todas las señoras mayores, que te quedas en casa, que se preocupan por si te pasa algo... Mis hijos me protegen una barbaridad y no he podido ver a mi nieto, que ha cumplido 12 años y no he podido celebrarlo con él. Va al Liceo Francés, que es un colegio estupendo. Los míos fueron a San Patricio, porque yo soy religiosa como todo el mundo sabe. Habla español, inglés, francés, italiano y alemán, porque su abuelo materno es alemán.
P: Te ha salido un portento...
R: No es que sea un portento, es que va a un muy buen colegio y tiene unos padres que le educan muy bien. Mis hijos también están muy bien educados. Manuel es el número uno de su promoción, con ocho matrículas de honor, y mi Paquito, que es el padre de Samuel, se dedica a lo mismo, pero hizo su carrera en Inglaterra. Se dedica a los vídeos musicales, edita, monta, dirige..., pero en España ser hijo de un famoso está mal visto. Siempre se les echan encima y es injusto. Los dos valen mucho. Aquí en esta casa hemos vivido de 'El funeral' durante mucho tiempo, una comedia intrascendente y divertida que dio un dineral.
P: Tus hijos han sido siempre muy discretos y no se han prestado a según qué cosas por dinero, han elegido otros caminos.
R: Cada uno hace lo que puede y no hay que meterse con nadie por eso. No es que yo me haya vuelto buenísima, que no lo soy. El ser mayor te permite que veas las cosas con la distancia que te da la experiencia. Si yo puedo cobrar e ir a un sitio donde me traten bien, lo hago. Voy a romper una lanza por Jorge Javier, es un genio y en lo suyo es lo mejor. No es nada fácil lo que hace. La otra noche, le mandé un mensaje para felicitarle y me contestó enseguida, en una pausa de publicidad. A veces he ido a programas y he cobrado, porque me gusta vivir bien. No me meto con nadie porque si puedo, también lo hago. Eso sí, exijo que no saquen a mis hijos, a mi nieto y a Marsó, y queda recogido en una cláusula. Todos vamos cobrando a los sitios cuando lo necesitamos. He hecho programas maravillosos de este tipo.
P: Hasta el año pasado estuviste compaginando los rodajes de 'Las chicas del cable', el teatro y 'Cine de barrio'. ¿Cómo te da el día tanto de sí?
R: 'Cine de barrio' sí me ha dado pena dejarlo. Estaba con 40 de fiebre en la cama y vino Antonio Durán, que es quien me lleva las cosas de teatro, y Susana Uribarri las demás, y le dije que no podía hacerlo porque no podía suspender cada tres días la función. Llamé directamente a Toñi Prieto -directora de programas de entretenimiento de TVE-, pero luego me he arrepentido. Quizás me precipité, pero las cosas hay que dejarlas en su momento y Alaska es estupenda. Me decían que eligiera a alguien para que me sustituyera, aunque no desvelé que tenía una actriz maravillosa pensada. Cuando me dijeron que Alaska, respondí que me parecía estupenda porque no tiene nada que ver con una presentadora al uso ni con nadie que haya presentado este programa, pero ella es una persona muy culta, muy inteligente, preparada y buena persona. Hay que valorar mucho esta cualidad. Prefiero a una persona buena aunque sea algo menos inteligente que una listísima que luego te da una puñalada por la espalda.
P: Has dado algunos titulares maravillosos en tus entrevistas y hay uno que siempre me ha fascinado: "No me gustan los señores de mi edad porque son muy mayores".
R: Es verdad... Fíjate lo que ha sido el pobre Sean Connery. Ni chicos jóvenes tampoco. Todo el mundo sabe que yo tuve una relación con un señor mayor, que era muy culto, muy inteligente y todo lo que tú quieras, pero llega un momento que hay cosas que no pueden ser. Lo que es antinatural pasa factura, aunque la gente diga que no. De repente, dicen: "Mira, esta señora mayor con ese joven, porque le limpia el culete". No, no, no. El culete me lo limpio yo sola y si no, vienen mis hijos. Ya tienes otro titular... -cuenta divertida.
Lo único que siento es lo de la pandemia, que no me permite llevar la vida de antes. El otro día vi a Pablo Motos con la misma rotura de brazo que tengo yo. Me rompí un hombro y son muy difíciles de colocar, por lo que no puedo salir sola a la calle, por si me caigo, pero es solo por ese motivo. Estoy encantada de la vida y soy muy consciente de los 81 años que tengo. Por eso no opino de nada, que opinen otros, si yo ya he opinado, no es que haya cambiado de chaqueta. Es que creo que no me toca a mí, que se comprometan otros, que yo ya me comprometí en otro momento. No le doy la espalda a nada, pero hay una edad para todo -concluye.
P: Uno de tus autores fetiche, Antonio Gala, decía una vez que sus dos palabras favoritas eran 'no' y 'yo'. ¿Qué te parece?
R: Pues eso... Ha escrito seis funciones escritas pedidas por mí. Es maravilloso. No sé cómo está, porque a las personas mayoras famosas se las rodea tanto que yo no puedo hablar con él. Me pasó lo mismo con Lina Morgan, a quien quería muchísimo, pero en los últimos días de su vida la tenía 'secuestrada' este señor al que luego le dejó todo, que ella sabrá por qué lo haría. Me contó gente de teatro, que no sé si será verdad, que cuando le preguntaron qué había que hacer con las cosas que ella tenía almacenadas en un sótano, regalos de la gente, dijo: 'Pues quemarlo'.
Hago lo mismo que hacía Lina. Tengo tres trasteros con todo lo que me han regalado los fans. No tiro nada, los tengo en dos trasteros de Gil Stauffer y otro de mi antiguo piso de Las Torres de la avenida de San Luis. Que yo no digo mentiras, yo exagero la verdad. Ahí tienes otro titular... Los trasteros los tengo después de mi último cambio de casa para pagar a Hacienda. Y ya estoy al día. De hecho, ahora te piden un certificado para trabajar y no podría hacerlo si no lo tuviera. Me vine a esta casa que me consiguió Manuel. Es preciosa y pequeñita. Ir a Las Torres me cuesta ir porque es la primera que tuve en mi vida. Aunque tampoco pasa nada, no es tan dramático. Me gusta mi vida normal, en mi casa, que fuera soy una estrella. No hay que confundir eso. No soy normal para nada, porque, como como decía Alberto Closas, si fuera normal, no me dedicaría a esta profesión. Una vez que salgo por la puerta de casa, yo soy Concha Velasco.
Ir a ver a Concha Velasco al teatro es una liturgia. Nada más levantarse el telón del teatro Reina Victoria de Madrid y verla sentada frente a un escritorio, el público se puso a aplaudir. Lo mismo que al finalizar la función, en ese momento en pie en medio de 'bravos'. Una reacción esperable ante esta emotiva e inquietante obra escrita por su hijo, Manuel M. Velasco, y dirigida por José Carlos Plaza, un creador clave en su carrera en las tablas. La actriz vallisoletana, espléndida como acostumbra y con un personaje lleno de matices y registros, agradece el reconocimiento y se dirige al patio de butacas, agradecida y emocionada, como cantaría su gran amiga Lina Morgan, para establecer un espontáneo diálogo con su público antes de regresar a su casa de Madrid, desde nos atendía telefónicamente el día anterior.