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Carlos Alsina, en la intimidad: familia numerosa, vida de pueblo y una empresa
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Carlos Alsina, en la intimidad: familia numerosa, vida de pueblo y una empresa

El periodista, cuyo programa ha vivido una enorme subida en el último EGM, es uno de los referentes de las ondas y un gran desconocido fuera de ellas

Foto: Carlos Alsina. (Atresmedia)
Carlos Alsina. (Atresmedia)

La magia de la radio. Esas voces se instalan en tu salón, en tu coche, en los auriculares mientras vas en el Metro, y se convierten con toda naturalidad en un aliado de la vida, en una mesa camilla del día a día, brindan compañía, informan, charlan, y uno se va imaginando las vidas del que habla, por aquel detalle que contó una vez, aquella broma que le hicieron, hasta hacerse un retrato más o menos exacto de los protagonistas de esa sobremesa eterna que son las tertulias.

Uno de los grandes referentes de hoy en día en el mundo de las ondas es el periodista madrileño Carlos Alsina, que es protagonista del último estudio del EGM por el crecimiento de su matinal 'Más de uno', que llega hasta los 1.351.000 oyentes, 44.000 más que en la segunda oleada de 2021. Pero su caso es paradójico, aunque conduce un programa que le tiene en directo durante más de seis horas entre lunes y viernes, es un gran desconocido. No se permite grandes confidencias íntimas, presume de que no se le vea el plumero ideológico y hasta de que no se sepan apenas datos de su vida privada.

Alsina es el mediano de una familia numerosa de cinco hermanos, "todos con ideologías diferentes", donde hay empresarios, peluqueras, y en general una representación de la plural sociedad española en miniatura. "Somos cinco hermanos y nos llevamos un año cada uno. Imagina la banda. Padre, madre, hermanos y la abuela que vivía con nosotros. La vida era muy divertida. En mi casa éramos muy de literas y de muebles cama", contó en 'El Mundo'.

Foto: Carlos Alsina. (Atresmedia)

Carlos estudió Periodismo en la Universidad Complutense porque era el medio más seguro para llegar a hacer radio, que era lo que le gustaba desde que era pequeño. Ese Carlitos niño se recuerda a sí mismo grabándose en cintas de cassette "presentando canciones o fingiendo informativos". "Siendo muy enano ya estaba en la senda. Imitación también grababa y se me daba bastante bien. Sobre todo, las de los profesores". Uno de estos tutores, un psicólogo, les hizo un test en el colegio de cara a orientarles profesionalmente. A Carlos le salieron los resultados perdidos de periodismo. Pero el tutor no quería, "tú tienes que ser juez", le dijo. Qué ojo.

En 'Late Motiv' recordó su "lamentable" estreno en la radio. Tenía 20 años y era el 1 de noviembre. "Mi primera misión de alto riesgo fue hacer un reportaje en el cementerio de la Almudena, hablando con las floristas y con las personas que habían ido a ver a sus difuntos, claro. Hice un trabajo magnífico, saqué todo tipo de recortes de sonidos, tenía para una pieza de cinco minutos". Lo tuvo que montar en 50 segundos, y a los 30 le cortaron porque se quedó sin tiempo.

Los compañeros del periodista describen su pasión casi enfermiza por la profesión y por la actualidad. Una dedicación que, lamenta, a veces no le deja tiempo para otras cosas, como montar en bici, viajar (pandemia aparte) o estar con su familia. Uno de los 'caprichos' que sí se permite cada año es escribir y locutar el cuento de Navidad con el que cada año celebra las fiestas Onda Cero.

Foto: El periodista Carlos Alsina.

Durante años vivió en un pequeño apartamento del centro de Madrid, pero con el tiempo decidió trasladarse a un pueblo de las afueras de Madrid donde también vive parte de su familia. El pueblo, al que con humor llamaron en una ocasión en su programa Quinto Pino del Alcornoque, le brinda privacidad y contacto con la naturaleza. "De niños siempre tuvimos perro. Luego, al venirme al casi campo, a una casa con un espacio exterior más allá de la pura vivienda, los volví a tener", explicó en 'Como el perro y el gato'.

placeholder Luis del Olmo, Carlos Alsina, Pepa Bueno, Carlos Herrera e Iñaki Gabilondo, en los Premios Ondas. (EFE)
Luis del Olmo, Carlos Alsina, Pepa Bueno, Carlos Herrera e Iñaki Gabilondo, en los Premios Ondas. (EFE)

El primero en llegar fue Yako, un malamute de Alaska que hoy tiene casi 15 años, "está sordo y le cuesta mucho moverse". Un año después, para que Yako no pasara tanto tiempo solo, le regalaron a Yeka, una samoyedo "que estaba como una cabra" y que falleció en agosto del año pasado. Los perros tuvieron seis cachorros, y Alsina, ahí donde le ven, asistió en el interminable parto. "A partir de ahí se creó entre nosotros una relación muy cercana, también estuve a su lado cuando murió", cuenta.

Cualquiera que haya escuchado su programa más de diez minutos se habrá percatado de la fina ironía estilo 'british' con la que conduce Alsina sus directos. Ese sentido del humor se aprecia también en el nombre de su única empresa, Enhorabuena por su Programa SL, la frase que probablemente más le hayan repetido los oyentes a lo largo de su carrera. La sociedad, cuyo objeto social es la difusión de programas radiofónicos, logró unos beneficios después de impuestos en 2019 de 16.600 euros.

Foto: El periodista Carlos Alsina junta al presidente Mariano Rajoy durante una entrevista. (EFE)

En el balance de cuentas que la entidad facilita al Registro Mercantil se detalla el salario anual de Alsina como presentador y director del programa 'Más de uno' en 2019, "un total de 600.000 euros". Parte de ese dinero lo tiene invertido en el mercado financiero.

Como todo buen periodista, desprecia el cuore: "No sigo la prensa del corazón, espero que se lo crea. Me interesa poco, ¿debería?". Si nos lo permitiera, le venderíamos sin duda como un buen partido. Nadie habla mal de Carlos Alsina, le elogian por su comicidad, su cultura, su memoria prodigiosa, sus dotes periodísticas, su inteligencia. El problema es que él ya encontró un amor para toda la vida: Onda Cero. En 2018 renovó los votos con Atresmedia y firmó un contrato de larga duración con la cadena a la que se incorporó en 1990. ¿Hasta que la muerte les separe?

La magia de la radio. Esas voces se instalan en tu salón, en tu coche, en los auriculares mientras vas en el Metro, y se convierten con toda naturalidad en un aliado de la vida, en una mesa camilla del día a día, brindan compañía, informan, charlan, y uno se va imaginando las vidas del que habla, por aquel detalle que contó una vez, aquella broma que le hicieron, hasta hacerse un retrato más o menos exacto de los protagonistas de esa sobremesa eterna que son las tertulias.

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