30 años sin Tino Casal: la mujer y el percance que marcaron la vida de un icono musical

"Yo estaba sentado detrás y Tino en el asiento del copiloto. Después del choque vi un telón de humo negro y pregunté: ‘Tino, ¿cómo estás?’. No contestó, pero creo que todavía estaba vivo". Así recordaba para 'El País' el pintor Antonio Villa-Toro, compañero de Tino Casal, el momento exacto en el que el cantante tenía un accidente en el mismo coche. Un fatal siniestro que le costó la vida a Casal con apenas 41 años y lo acabó convirtiendo en leyenda. La causa del accidente, que acaeció el 22 de septiembre de 1991, fue el exceso de velocidad, ya que el coche chocó contra una farola de la M-500, situada a 400 metros del puente de los Franceses. El artista fue la única víctima mortal del accidente porque no llevaba puesto el cinturón de seguridad.

El cantante de 'Eloise' estaba situado en la cima, en la plenitud de su éxito, como un genio del pop y el estilo 'new romantic' de los 80... a la española. Sus peculiares looks y su estilo extravagante formaron parte indisociable de ese éxito. Más allá de su relato profesional, su vida personal estuvo envuelta en el misterio. Nunca se supo, por ejemplo, por qué se había retirado durante un espacio de tres años en el que no ofreció conciertos. Tampoco se habló de las personas que ocuparon su corazón.

Recordaba un reportaje de Antonio Diéguez publicado hace unos años en 'La Otra Crónica' que en su funeral no estuvo presente la que fue su única novia oficial, Pepa Ojanguren. Con la diseñadora estuvo desde 1970 hasta 1983, cuando el éxito de 'Embrujada' acabó por fulminar la relación al tiempo que él se convertía en un habitual de la escena musical de los 80. Ojanguren fue una parte fundamental del éxito de Casal, que siempre destacó por los estilismos que rodeaban a sus espectaculares actuaciones. Contaba el reportaje de Diéguez que la hoy figurinista no quiere hablar de él y todavía siente dolor cuando recuerda la figura del cantante. Por eso, localizarla parece misión imposible. Incluso para los autores de libros tan documentados como 'Más allá del embrujo', que repasó la obra y la vida del cantautor con todo lujo de detalles y contó con un epílogo del añorado Joaquín Luqui.

Más allá de la que fue su pareja, existe otro aspecto determinante en la vida personal de Casal. En el verano de 1985, Tino sufrió un esguince tras la celebración de un concierto en Pachá Valencia. Aunque en principio aquello parecía una pequeña lesión sin importancia, finalmente acabó convirtiéndose en una necrosis. El cantante quería evitar las cinco operaciones que le practicaron en la clínica Asepeyo. Hospitalizaciones continuadas llevaron a muchos medios y a parte de su público a especular sobre las razones de su frágil salud. Se dijo, de manera bastante injustificada, que Tino Casal se había contagiado de VIH.

Su regreso a los escenarios fue triunfante y despejó cualquier duda sobre lo que le ocurría. Los rumores sobre la enfermedad se argumentaban con razones absurdas por parte de gentes que relacionaban a todo bicho viviente de la Movida con un universo de excesos. Casal era amigo de Fabio McNamara y, pese a ser algo mayor, estuvo inmerso en ese universo en ebullición que tenía lugar en Madrid durante aquellos días.

Nacido en Asturias en 1950, Tino Casal fue bastante más que una mascarada (valorada, por cierto, por los popes de la moda). Cantante, compositor, productor de música en la que pocos creían, diseñador de moda, pintor o escultor, sus facetas eran tantas que quizá por eso no se valoraron lo suficiente. Amigo y conocido de gente tan dispar como Javier Gurruchaga, Víctor Manuel, Paco Clavel o Alaska, Casal ha pasado a la historia de la música como un personaje inclasificable cuya prematura muerte sigue escociendo a todos aquellos que le conocieron.