Tamara Falcó ya habla de Iñigo Onieva como su "exnovio" en su primera aparición pública

Este martes, Tamara Falcó tenía apalabrado un acto publicitario en el Teatro Real. Se trataba de amadrinar el octavo aniversario de Kronos Homes, una empresa de promoción de viviendas de lujo, precisamente la responsable del famoso ático de la marquesa de Griñón. No estaría sola, la iba a acompañar Eugenia Silva y varios de los arquitectos que aparecen en el documental que se iba a visionar. El compromiso estaba cerrado, pero ante los últimos acontecimientos en los que se ha visto involucrado Iñigo Onieva (vídeo mediante) se anunció el lunes por la mañana que Tamara no acudiría. No se encontraba en condiciones para asistir a fiestas, aunque fueran de índole laboral.

La sorpresa llegó por la tarde cuando hubo contraorden y desde la agencia de comunicación confirmaban la presencia de Tamara Falcó. Y no solo eso, sino que hablaría con los periodistas que acudieran a la presentación.

Y así ha sido. La marquesa de Griñón ha dado la cara mientras su exnovio continúa desaparecido del mapa. La marquesa aparecía vestida con un esmoquin con camisa de Sandro, zapatos de Jimmy Choo y joyas de Tous, y entre relajada, serena y algo triste se enfrentaba a las preguntas de la prensa.

¿Cómo estás?

Aún estoy en shock. En cuanto salió el segundo vídeo, ya sabía que no era verdad lo que me contaba. Entiendo el amor de otra manera. Todo pasa por algo. Soy muy creyente.

¿Ha sido duro?

Para estar con una persona que no comparte mis valores, mejor que haya sido así. Mejor que sea ahora y no más adelante. Entiendo el amor de una manera distinta y quiero que me traten con respeto. Decidí apostar por mi exnovio, aposté por él y lo llevé hasta que realmente vi que era verdad.

Mucha gente lo sabía.

Quiero pedir perdón porque no creía lo que aparecía en la prensa. Si no hubiera sido por vosotros, no me habría enterado de nada. No he visto todos los programas. La confianza es la base de la pareja. No imaginaba que estuviera abusando de mi confianza.

¿El amor es ciego?

El Iñigo con el que yo me he prometido no tiene nada que ver con ese Iñigo. Él se dedicaba a la noche, viajaba mucho, pero yo siempre he creído que en una relación tiene que darse libertad, y que la base está en la confianza. Y yo no tenía problemas con eso, pero con unos límites, yo no sabía que abusaba de la confianza.

¿Los amigos no te decían nada?

Es que no puedes acusar a nadie de algo tan grave. Yo estaba enamorada.

¿Y qué vas a hacer?

El matrimonio es un compromiso para siempre. Al final estoy contenta, confío en Dios, esto solo puede ser para bien.

¿Hay alguna posibilidad de que vuelvas con Iñigo?

No, es imposible.

No has cancelado tu presencia en este acto.

Pues no, para mí el trabajo es superimportante. Un pilar fundamental. Y pensé: "Si me está yendo mal en lo emocional, no voy a dejar que me afecte".

¿Qué es lo que más te ha dolido?

La mentira.

¿En qué momento dijiste 'se acabó'?

El viernes por la noche empezó a decir: "Puede que sea verdad…". Ahí dije que si esto es verdad, aquí se acaba todo.

¿Qué te ha dicho tu madre?

Mi madre es mi apoyo... Creo que filtró los vídeos (risas).

Cronología de una ruptura

La vida de Tamara Falcó e Iñigo Onieva se ha convertido en la historia sentimental de estos primeros días de otoño. Hace una semana tenían intención de casarse y pusieron fecha. El 17 de junio de 2023 celebrarían su boda religiosa en la iglesia de Santa Bárbara, muy cerca de donde han compartido casa durante algo más de un año. Iñigo vivía entre su casa familiar de La Moraleja y el piso del barrio de Salamanca. Era un acuerdo. Entre otras cosas por el horario nocturno del que iba a convertirse en yerno de Isabel Preysler. El convite, en el palacete de la finca El Rincón, un homenaje al marqués de Griñón.

La agenda previa se cerró con la foto en Instagram del anillo de compromiso. Así estaba planeado los previos al gran día, pero el sábado por la noche todo se vino abajo cuando Iñigo, al llegar a casa tras haber acudido juntos a una boda, le dijo la verdad. Las imágenes que aparecían en los programas de televisión no eran de 2019 sino de 2022. Y pasó lo que tenía que pasar, Tamara se hundió, le dijo que no quería saber nada más de él, quitó la imagen de la felicidad de sus redes sociales y se marchó a casa de su madre con sus dos perros. Todo lo demás lo dejó en el piso alquilado que había servido para esa primera alternancia de convivencia. No se supo nada de ninguno de los dos, salvo las informaciones que desde los círculos directos de ambos iban llegando a los periodistas. Todos ellos eran concluyentes y coincidentes. Incluso los comentarios que llegaban de la parte del protagonista de la infidelidad.

“Tamara está destrozada”; “no se puede creer lo que le está pasando”; “si se lo hubiera dicho desde el principio habría sido diferente”, “Iñigo no come, ni duerme, ni quiere hablar con nadie”; “está muy arrepentido”... Estas serían algunas de las frases que repiten como un mantra los que tienen acceso directo e indirecto a la expareja. Y aún hay más, parte de la familia Onieva (primos, tíos...) está muy afectada y pide a las amistades que apoyen al joven. Aducen que es un buen chico pero muy inmaduro.

Desde que se marchó a casa de Isabel Preysler, a Tamara no se la ha vuelto a ver. A Iñigo tampoco y aseguran a Vanitatis que estaría ya protegido en casa de su madre. Habría abandonado la casa el mismo domingo de madrugada tras su confesión.

Después del acto de esta noche de martes, Tamara ha sido la única que ha dado la cara públicamente después del ‘famoso beso’ del festival Burning Man. De Iñigo aún no tenemos noticias. Seguiremos esperando.