Rodolfo Sancho llega a España y rompe su silencio con una sola palabra

Esta pasada semana, Daniel Sancho recibió por fin la visita de su padre, Rodolfo Sancho, en la cárcel de Tailandia.

Han sido días muy intensos tanto a nivel emocional como burocrático, tras los que Rodolfo Sancho, aunque tranquilo, se mostraba serio y cansado en la mañana del domingo 10 de septiembre a su llegada a Madrid, en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, tras coger un avión en Bangkok.

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María Serralta

El padre de Daniel Sancho, acusado de asesinar y descuartizar a un cirujano colombiano. Llegó acompañado de su abogado, Marcos García Montes, y al cruzar la zona de los controles, multitud de periodistas se acercaron a ellos para realizar preguntas y grabar o fotografiar a Rodolfo.

Antes de coger el vuelo en Tailandia que le ha traído de vuelta a España, el actor aseguró ante los periodistas que estaba “gratamente sorprendido” por cómo él y su hijo habían sido tratados. "Daniel está muy bien cuidado por gente tremendamente amable, que es lo que me he dado cuenta que son en este país”.

En cuanto a las visitas que ha realizado a la cárcel en estos días, el hijo de Sancho Gracia se mostró agradecido y dijo que “en principio parecía que iban a ser unos horarios muy férreos y que cuando se acabaran me iban a echar. Para nada. Me han dejado estar mucho más tiempo con Daniel del que estaba previsto y estipulado”. El motivo es que, en el caso de las visitas de abogados, el tiempo con el recluso se puede alargar hasta donde los responsables de la prisión consideren. Sancho agradecía que en su caso hubieran sido tan flexibles. "He tenido muchísima flexibilidad en ese sentido y no he estado nada vigilado. Entendieron que son conversaciones íntimas entre padre e hijo y han sido totalmente respetuosos”.

Sobre los miembros de la policía tailandesa, aseguró que habían sido “muy serviciales". Al referirse al trabajo que habían realizado para facilitarles documentos e información importantes para la defensa de Daniel, afirmó que había sido "una burocracia tremendamente funcional, rápida y sin ningún problema".

Ya en Madrid, Rodolfo Sancho no se mostraba tan hablador. Todo lo contrario. Ante las preguntas de los periodistas, guardó un silencio total que solo quiso romper en una ocasión. Al ser preguntado si con sus palabras amables hacia la policía tailandesa y hacia Tailandia estaba tratando de “blanquear” la imagen de las cárceles del país, ya que hay quien cree que podría ser una estrategia para contentar a las autoridades y beneficiar así, de alguna forma, a su hijo, Sancho solo contestó con un rotundo “no”.