Rodolfo Sancho reflexiona ante los medios sobre sus primeras palabras en su nueva visita a la cárcel para ver a su hijo, Daniel

Tras más de un mes sin ver a su hijo Daniel, Rodolfo Sancho se reunía con él en la prisión de Koh Samui, en Tailandia, este pasado miércoles. A su salida de prisión decía unas palabras que dejaban sorprendidos a muchos, pues lejos de mostrarse compungido por la situación, aseguraba: “Para esa parte de la prensa que cree que estoy tirado por los suelos llorando, ese no soy yo”.

Unas declaraciones a las que añadía, firme y serio: “Hay dos formas de tomarse las cosas cuando vienen en la vida, como una desgracia o como un reto, creo que con eso he dicho suficiente. No van a conseguir lágrimas de mí”.

Un día después, el actor ha querido matizar sus palabras ante los medios presentes en Tailandia, admitiendo que los duros momentos vividos en su primer encuentro con su hijo en la cárcel le hicieron dar una imagen equivocada.

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“Ayer salí de un momento complicado ahí dentro”, comenzaba diciendo con un semblante mucho más sereno y conciliador. “Quizá la imagen que di fue muy dura, quizá prepotente, no lo sé”, proseguía, para recordar que “siempre he tenido yo una sonrisa para la prensa en realidad”.

Aunque había dicho que no iba a dar más declaraciones, sí aseguraba este jueves: “Quiero que se entienda que esto es un mecanismo que yo uso para sentirme firme, para sentirme fuerte y para ayudar a mi hijo”. Emplaza a los medios cada vez que lo necesitemos “a Carmen Balfagón y Ramón Chippirrás, que son mis portavoces”, sus abogados del despacho criminológico jurídico Balfagón-Chippirrás, encargados del primer comunicado de los padres de Daniel Sancho.

Repite haciendo hincapié: “Ayer salí de un momento duro y complicado y en ningún momento he querido parecer prepotente ni frío ni duro ni nada así, simplemente es un lugar donde yo me sitúo”. Y explica, entrando en detalles que indican cierto arrepentimiento tras haberse visto: “Yo me conozco muy bien a mí mismo y sé que me pongo ahí para sentirme fuerte”, decía quitándose las gafas de sol y sonriendo a los periodistas, que recogían sus palabras con agradecimiento.