Muere Concha Velasco a los 84 años, en Madrid: reacciones a su muerte y última hora de la capilla ardiente en La Latina, en directo

Porque esa, entre otras, ha sido una de las herramientas que más ha sabido trabajar Concha en la vida: fuerza, energía, vitalidad y ganas de disfrutar de la vida hasta el último momento. Prueba de ello es que ha estado sobre las tablas de un teatro casi hasta el último momento: se despidió en septiembre de 2021 con ‘La habitación de María’, un monólogo escrito por su hijo con el que decía adiós a una vida entera dedicada a la interpretación.

"Se levantó el telón y empezó la función, que hizo maravillosamente bien", recordaba Manuel al día siguiente para Vanitatis. “De la mitad de la obra en adelante se dio cuenta de que era su última función y, como es un monólogo, la obra tiene el ritmo que ella le quiera dar. La última frase de la obra es 'todo consiste en empeñarse en vivir o empeñarse en morir. Se debe, se puede, a los 20, a los 50, a los 80. Hoy por primera vez en mi vida estoy lista'. Así termina la función. Imagínate esa frase cómo la pronunció, separando cada palabra".

Aunque sus hijos han sido las principales vías de información sobre el estado de salud de la actriz, su sobrina, a también intérprete Manuela Velasco, contaba hacía un tiempo que su tía se encontraba animada y “recibiendo muchas visitas”. De hecho, según la protagonista de ‘Rec’ pasaba tanta gente a verla por la residencia donde había estado instalada Concha a las afueras de Madrid que "su habitación es como el camarote de los hermanos Marx", explicaba entre bromas. Como prueba también de su buen estado de ánimo, aseguraba entonces que su tía "no para de reír y de contar anécdotas".

Llevaba un tiempo ingresada en una residencia de ancianos y, aunque en su momento la decisión levantó cierro revuelo informativo, su hijo Manuel, que ha sido portavoz oficial de la actriz durante este tiempo, explicaba que era lo mejor para ella: “Es una persona dependiente y no pasa nada por reconocerlo. Mi madre necesita ayuda 24 horas al día, para cualquier tarea. Mi madre no puede hacer sola ninguna tarea. Eso es un grado de dependencia que no voy a decirlo porque eso pertenece a su intimidad”, explicaba a Vanitatis.

"A los medios de comunicación, con enorme gratitud y pesar: lamentamos informar de que nuestra madre, Concha Velasco, ha fallecido hoy sábado 2 a las 02:00 en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, habiendo recibido los Santos Sacramentos, a consecuencia de una complicación en su enfermedad.

No tenemos más que palabras de agradecimiento para el personal del hospital, y el de las residencias Santa Matilde y Orpea Punta Galea que tan bien han cuidado de ella en estos difíciles tiempos. Somos unos afortunados por haber gozado de la mejor madre del mundo y por recibir el cariño de tantos españoles que la quieren y la admiran. Gracias a todos.

Una tarde de primavera de 2022, en Madrid. La actriz Manuela Velasco lleva semanas interpretando en el Teatro Español a Dorotea (La Bella Dorotea, Miguel Mihura, 1963), una mujer a la que dejan plantada en el altar el día de su boda y que decide no quitarse el vestido de novia hasta encontrar al amor de su vida. No le importan las críticas ofensivas de la sociedad machista que la juzga. Ella solo piensa en lograr su objetivo. Un papel realmente único para la propia Manuela. Décadas antes, su tía, la gran Concha Velasco, lo había interpretado con un aplauso unánime de la crítica.

Puede decirse que las Galerías Velvet cerraron con un fichaje de lujo. En su última temporada, Concha se incorporaba a la ficción de Ramón Campos como la inquieta y dicharachera Petra Alcalde, la hermana de Doña Aurorita (Cristina de Inza) y el primer amor de Emilio (José Sacristán) que regresó a nuestro país después de haberse casado un actor y haber emigrado a Argentina años antes. En Velvet, la actriz coincidió con su sobrina, Manuela Velasco.

También de la mano de la cadena de Atresmedia y de la productora Bambú, la intérprete se sumó al reparto de Bajo sospecha en su segunda temporada, junto a actrices como Luisa Martín, Olivia Molina o María Botto. Velasco era Adela Valcárcel, la gerente del Hospital Policínico de la serie, una mujer hecha a sí misma y que ejercía un férreo control sobre los médicos y demás personal del centro sanitario para mantenerse en su puesto.

En los últimos años, la actriz había sufrido de un linfoma, un tumor que afecta al sistema linfático, una red de tejidos y órganos que se encargan de producir y almacenar los glóbulos blancos que protegen al organismo. Esta enfermedad le causó la intervención hospitalaria hasta en cuatro ocasiones.

Desde entonces, la artista sufrió artrosis, lo que le provocó problemas de movilidad mientras continuaba peleando contra el tumor. Debido a los problemas de salud, con 81 años se retiró definitivamente de los escenarios con una última presentación en el Teatro Bretón de los Herreros de La Rioja.

Un año más tarde, en 2022, su hijo Manuel anunció ante los medios de comunicación que su madre se encontraba ingresada en una residencia para que estuviera atendida durante todo el día.

En Gran hotel, serie de época ambientada en la España de principios del siglo XX, Concha Velasco interpretó a Ángela Salinas de Cernuda, la reservada y estricta gobernanta del establecimiento, una mujer que escondía un secreto y un pasado muy sorprendente. En declaraciones a Antena 3, la actriz resaltó que se tratase de un personaje "corto, pero intenso" que le permitía "hacer un trabajo muy bonito": "Los personajes largos y sin chicha no convienen". Aun así, el pequeño papel le reportó grandes alegrías, como un Premio Iris a mejor actriz de serie en 2011 y un premio Ondas a mejor intérprete femenina en 2012.

"En mi casa, cuando mi madre calificaba a alguien diciendo: "Esa sí que es una artista", teníamos claro que estaba hablando de alguien fuera de serie. Así llamaba siempre a Concha Velasco: artista", ha señalado el actor Jordi Évole en sus redes sociales.

Dentro del ámbito político, Manuela Bergerot ha enviado un gran gesto de cariño a la familia y amigos de Velasco: “Fue un rayo de luz en un tiempo gris y un ejemplo de ciudadana comprometida en democracia. Su obra nos deja un testimonio privilegiado de la historia de nuestro país”.

La líder de Sumar y vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, también ha lamentado el fallecimiento de la actriz: “Nos deja una parte muy importante de la historia de nuestro cine, de nuestra televisión y, en definitiva, de nuestras vidas. Concha Velasco, una mujer brillante que siempre hizo mejor nuestro país”.

La capilla ardiente de la artista se instalará este sábado en el teatro La Latina de Madrid a partir de las 13:30 horas.

La artista vallisoletana le cogería el gusto a las producciones de disputas familiares y a los papeles fríos y de carácter. Esta vez como protagonista, en Herederos Concha fue Carmen Orozco, la matriarca de un clan relacionado con el mundo del toro que descubre que su marido le está siendo infiel con una persona muy cercana a ella, y que luchará por mantener los negocios y el cuantioso patrimonio a pesar de este y otros contratiempos.

Concha Velasco volvió en 2001 a Televisión Española para ponerse al frente de Tiempo al tiempo. Este programa de tinte nostálgico se adelantó al ¡Qué tiempo tan feliz! de María Teresa Campos, y es que ambos formatos seguían una premisa similar. Este nació como un espacio de entrevistas en el que se daba cabida a personas y acontecimientos en el recuerdo. Sin embargo, el perfil de los invitados fue cambiando y acabó abrazando la prensa rosa.

Fueron estos cambios los que hicieron que el programa acabase en 2002. Según la versión oficial, "su formato no era el adecuado para una televisión pública". Parece que la incorporación de Marujita Díaz y Carmen Ordoñez no fue bien vista por la corporación, dado que el espacio televisivo cada vez era más rosa. Sin embargo, años después, Cocha Velasco afirmó que abandonó el programa porque la Duquesa de Alba, que era su amiga, dejó de hablarle por cómo habían tratado su imagen en el programa. Cuando Tiempo al tiempo acabó, ambas retomaron su amistad.

El último trabajo de Concha Velasco como presentadora fue al frente de Cine de barrio en TVE. Durante casi una década la artista capitaneó este longevo formato, en el que daba paso a las películas, hacía entrevistas, e incluso lanzaba algún dardo sutil a quien declinaba su invitación al programa. En 2012 sorprendió a muchos con lo que dijo en la emisión de Soltera y madre en la vida.

"La película que van a ver ustedes está protagonizada por Lina Morgan, que una vez más no ha podido estar esta tarde en Cine de Barrio. Querida Lina, como eres, espero que vayas a verme cuando estrene en La Latina. Aunque ya no sea tu teatro, tienes ahí un palco fijo. Eh, ¿guapa?", espetó la presentadora, lanzando un dardo a su compañera Lina Morgan. En 2020, cuando estaba a punto de cumplir los 81 años, Concha Velasco abandonó Cine de barrio y Alaska tomó el relevo. Fue la propia artista la que decidió dejar el formato.

En 1992 dio el saltó a Telecinco y empezó a presentar el concurso familiar Queridos padres. Velasco conducía de lunes a viernes este programa, primero en la programación de tarde y después en la sobremesa. En este formato participaban tres familias, compuestas por los padres y dos de sus hijos. Los concursantes debían contestar por separado a las mismas presuntas y la familia que tuviese un mayor número de coincidencias se garantizaba la permanencia en el programa.

Ese mismo verano, Concha Velasco presentó Desde Palma, queridos padres, junto a Jesús Vázquez. Este formato fue un híbrido entre el programa veraniego de variedades, Desde Palma con amor y Queridos padres. Actuaciones musicales con humor, concursos o desfiles de modelos eran algunas de las cosas que se podían ver en este espacio televisivo.

Fue en este programa donde la cantante vivió un gran susto con un cocodrilo llamado Willy. "Pues no hace nada", decía la cantante mientras tocaba al reptil que permanecía impasible en el plató. Sin embargo, de un momento para otro, Willy reaccionó y su boca fue para la artista, haciendo que esta comenzase a gritar despavorida. Concha Velasco protagonizó uno de los momentos más terroríficos que se ha vivido en televisión.

Durante esta etapa a Velasco no le faltó trabajo en Telecinco. La artista también presentó Querida Concha, un referente de la televisión de los 90. A él acudieron las figuras más importantes del panorama nacional e internacional. Al igual que en Viva el espectáculo, Concha Velasco volvió a ponerse al frente de este formato, cantando, bailando, actuando y entrevistando. La cantante charló con las estrellas más importantes del celuloide, como Diego Maradona, Lola Flores, el Doctor Zhivago o Rocío Jurado. "La televisión puede hacer milagros", decía la artista, mientras veíamos las maravillas que ella sola era capaz de hacer.

Televisión Española confió nuevamente en Concha Velasco y la puso al frente de Viva el espectáculo entre 1990 y 1991. Este era un programa de variedades con periodicidad semanal presentado por la cantante, que contaba con actuaciones musicales, de humor e incluso espectáculos circenses. Este espacio supuso el regreso de la artista a la pequeña pantalla, ya que, después de los especiales de fin de año, la actriz decidió centrarse en el teatro.

Viva el espectáculo se emitía los viernes por la noche e intentaba acercar a la toda la familia a la pequeña pantalla. Era como un pequeño cabaret apto para todos los públicos. Por el programa pasaron artistas de todo tipo. Incluso llegaron a hipnotizar a la mismísima Velasco. También destacaron las actuaciones de importantes cantantes nacionales e internacionales como Miguel Bosé, Ana Belén, Olivia Newton John o Cher.

Una de las primeras intervenciones de Concha Velasco como presentadora de televisión fue en esa época en la que las galas que daban la bienvenida al año se hacían en riguroso directo. La artista multidisciplinar presentó Viva el 85 en Televisión Española. Tal fue el éxito de su labor, que Velasco volvió a capitanear las ediciones del 1986 y 1987. Con su eterna sonrisa, la eterna chica yeyé inauguró los comienzos del año de la cadena pública con algún que otro sobresalto, como cuando Mayra Gómez Kemp se cayó, cantando junto a Bibiana Fernández, Paco Valladares, Raúl Sénder y la propia Velasco el tema Mujeres al poder.

"El champán, en dosis comedidas, nos conviene a todos" o "Soy una mujer optimista, creo que se me ve en la cara", eran algunas de las grandes frases (y reflexiones) que la cantante soltaba en directo durante estos programas especiales. En estos Viva podía hacer cualquier cosa: actuaba, cantaba, bailaba, presentaba… Ella sola era capaz de llenar el escenario con su talento y brutal personalidad.

La calculadora Aurora Acosta aportó un plus a Motivos personales, serie de misterios y asesinatos que protagonizaron Lydia Bosch y Marta Calvó. En el proyecto de Ida y Vuelta Producciones, Concha se puso en la piel de una mujer vengativa y perversa, que pelearía con uñas y dientes por no perder el control de la empresa familiar, los Laboratorios Acosta. Sin lugar a dudas, los televidentes de la cadena de Fuencarral se engancharon de lleno a esta ficción: los 27 capítulos marcaron de media un 26% de share y reunieron a 4.402.000 espectadores.

La actriz Concha Velasco ha fallecido este sábado, 2 de diciembre, en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid a los 84 años. El estado de salud de la actriz era bastante delicado y desde hacía un tiempo permanecía ingresada en una residencia.

"Lamentamos informar de que nuestra madre, Concha Velasco, ha fallecido hoy, sábado 2, a las 02:00 en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, habiendo recibido los Santos Sacramentos, informaba el comunicado. "No tenemos más que palabras de agradecimiento para el personal del hospital, y el de las residencias Santa Matilde y Orpea Punta Galea que tan bien han cuidado de ella en estos difíciles tiempos".

En Compañeros, Concha dio vida a Charo, una enérgica profesora de Literatura que solo apareció en la primera temporada de una ficción que puso sobre la mesa, con gran maestría, temas que afectaban directamente a los adolescentes de la época. Casada con el director del Azcona y madre de tres hijos (Ana, Arancha y Miguel), tras una reestructuración de las tramas por los tímidos índices de audiencia, el personaje de Velasco desapareció en la segunda tanda de episodios. En un guiño a su trayectoria artística, en el colegio era apodada La profe yeyé.

El de Santa Teresa de Jesús en la adaptación que hizo TVE de la vida de la monja fue el primer papel principal de Concha Velasco en televisión. En una entrevista para La Vanguardia en 2015, la actriz confesó que le seguía "impresionando el mensaje" de la religiosa: "La he estudiado tanto, la conozco tanto, que no me importa si es santa o no [...] Era una estrella. Ella también dijo: 'Mamá, quiero ser monja', que es como decir eso de 'Mamá, quiero ser artista'". En esta serie, compartió elenco con Paco Rabal, María Massip y Héctor Alterio, entre otros pesos pesados de la actuación.

Con José Luis García Berlanga rodó París Tombuctú (1999), compartiendo pantalla con Michel Piccoli, grande del cine europeo, una película que supuso también el ocaso de esa dramedia que tan bien supo hacer el director valenciano y que analiza tan clínicamente la idiosincrasia de la España predemocrática. Muy alejada del nivel de imperdibles como Plácido (1961) o El verdugo (1963), la última película de Berlanga demostró una vez más la rebeldía de Velasco, que se atrevió a enseñar los pechos en pantalla habiendo cumplido la sesentena. La chica yeyé se había pasado al rock 'n' roll a los sesenta.

Sus últimos trabajos en el cine (Malasaña 32) y en la televisión (Las chicas del cable) se estrenaron poco más de dos años antes de su muerte. Del teatro se bajó en septiembre de 2021. Casi setenta años de carrera incombustible, heterodoxa y polifacética. Nunca ganó el Goya, más allá del cabezón honorífico que le concedieron en 2013, pero ¿quién necesita un Goya cuando se tiene la corona yeyé?

Tenía quince años cuando consiguió su primer papel en el cine, en La reina mora, un papel minúsculo y sin acreditar, de bailaora. Poco a poco fue escalando en papeles menos que secundarios, como en La fierecilla domada, donde la gran estrella era Carmen Sevilla, la última supuerviviente de su aquella generación de actrices que abrieron la posibilidad de un país más libre, alegre y policromo. Su primer papel secundario fue en Muchachas en vacaciones (1958), pero fue con su película siguiente, ese mismo año con la que empezó a ser La Velasco: con su Paloma de Las chicas de la cruz roja empezó a cimentar su imagen de chica alegre y pizpireta, a la vez que sexy. La vecinita de al lado, que llaman los americanos. También fue su primer trabajo junto a Tony Leblanc —coincidirían en seis ocasiones—. Hoy, la película dirigida por Rafael J. Salvia y escrita por el gran Pedro Masó se ha convertido en un clásico de la comedia española.

Las chicas de la cruz roja fue un éxito absoluto en su momento, una ruptura con el cine de posguerra y un primer atisbo de unas nuevas fórmulas de comedia romántica que seguía siendo blanca y acrítica, pero que empezaban a mostrar cierta rebeldía; la censura avisó de la "peligrosidad" de algunas de sus escenas. Aunque el amor romántico de la película sigue basado en la celotipia y la posesión, empieza a plantear la posibilidad de un Madrid joven, cosmopolita y vibrante.

Ahora, con su muerte a los 84 años de edad, se suma al adiós a otros nombres muy importantes para el espectáculo, como Arturo Fernández, Asunción Balaguer o Lorenzo Valverde en los últimos años. Una despedida para la que queremos recordarla con su eterna sonrisa, y también con su carácter, a través de 60 anécdotas y datos que quizás no sabías sobre ella.

Su última aparición pública también conectó con el mundo del teatro, pero en esta ocasión como espectadora. Fue el pasado mes de marzo, demostrando una gran vitalidad para ver sobre el escenario a Jorge Javier Vázquez protagonizar su 'Desmontando a Séneca'.

La retirada de los espectáculos llegaba para Concha en 2021, tras interpretar una última función de 'La habitación de María', escrita por su hijo Manuel, en el teatro Bretón de Logroño. "Estoy fundamentalmente triste porque me ha dado mucha pena, pero contenta porque esto es lo que queríamos en Logroño, en el teatro Bretón donde ya habéis visto cómo me quiere la gente. Hoy estoy especialmente triste, hacer este texto tan bonito y pensar que es la última vez que lo hacía. Estoy más dolorida que otros días, pero bueno, contenta porque ya habéis visto cómo me quieren", aseguraba entonces la emocionada intérprete.

Unos años después publicaba sus memorias, 'El éxito se paga', donde contaba con lujo de detalles los pasajes más felices de su vida, pero también los amargos, en muchas ocasiones relacionados con sus parejas. "Siempre he ido a enamorarme de quien no debía", escribe en las páginas del libro.

Sus grandes amores fueron Luis Sáez de Heredia, casado y junto al que pasó once años de su vida, el actor Juan Diego y el productor Paco Marsó, el padre de sus hijos. "Paco es parte profunda e importante de mi vida y lo único que de verdad lamento es que él no me quisiera o no me supiera querer", se puede leer en otro fragmento de su biografía sobre aquella tortuosa relación, sobre la cual dijo en una entrevista con 'XL Semanal' que había sido "la cornuda de España".

El equipo de fútbol del Real Madrid ha compartido un comunicado en el que detallan su aprecio por la actriz, así como su gusto por el deporte: "Concha Velasco, que ha fallecido a los 84 años de edad, siempre mostró su orgullo por ser madridista. Descanse en paz".

Concha Velasco recibió más de cuarenta premios por su labor como actriz, destacando el Goya de Honor a toda su carrera.

La actriz compartió escenas, y muchas veces matrimonios ficticios, con todos los grandes actores de la época: desde Manolo Escobar hasta Alfredo Landa, José Luis López Vázquez, Antonio Ozores o José Sacristán. Sobre este último, gran amigo suyo, decía en 2021 en el programa Palo y astilla de La Sexta que, pese a sus diferentes opiniones políticas, ella no concebía su vida sin él: "Lo único que no hemos sido ha sido amantes, pero nos queremos tanto...".

Manuel Velasco, el hijo de la reconocida actriz Concha Velasco, expresó su agradecimiento a las muestras de afecto frente a la capilla ardiente en el Teatro La Latina. En declaraciones a los medios, Velasco destacó lo "afortunados" que han sido por tener a la "mejor madre del mundo" y agradeció a los españoles que la quieren y admiran.

Entre lágrimas, Manuel compartió que su madre falleció rodeada de sus hijos, sosteniendo sus manos. "El miércoles estaba fenomenal, estaba muy bien, y ayer viernes se puso muy malita", reveló. Agradeció la oportunidad de celebrar junto a ella su 84º cumpleaños esta semana.

Con la voz quebrada, el hijo mayor de Concha Velasco agradeció las muestras de cariño en redes sociales y en apariciones públicas de personalidades de diversos ámbitos. "Os agradecemos todo el cariño que nos tenéis a toda la familia, os lo agradecemos de corazón", expresó. Al referirse a cómo le gustaría que se recordara a su madre, Manuel enfatizó: "Con todo el cariño que le tienen, que nos tienen a todos. Sobre todo era una fantástica persona, era un ser humano excepcional".

Manuel Velasco confirmó que los restos mortales de su madre descansarán en su Valladolid natal, junto a otros grandes de la cultura española, como Miguel Delibes y José Zorrilla. Cabe destacar que la información se obtuvo de Europa Press.

A lo largo de su carrera, Concha Velasco llegó a arruinarse por aventurarse a producir espectáculos musicales y tuvo problemas con Hacienda.

La actriz compartió escenas, y muchas veces matrimonios ficticios, con todos los grandes actores de la época: desde Manolo Escobar hasta Alfredo Landa, José Luis López Vázquez, Antonio Ozores o José Sacristán. Sobre este último, gran amigo suyo, decía en 2021 en el programa Palo y astilla de La Sexta que, pese a sus diferentes opiniones políticas, ella no concebía su vida sin él: "Lo único que no hemos sido ha sido amantes, pero nos queremos tanto...".

Su carrera en el cine comenzó muy pronto. Con solo quince años apareció por primera vez en la gran pantalla en La reina mora, a la que seguirían papeles en películas como Muchachas de vacaciones o Las chicas De la Cruz Roja, que rodó junto a Tony Leblanc y supuso su consagración profesional.

En 1965 rodó Historias de la televisión donde, por exigencias del guion, la entonces conocida como Conchita Velasco interpretó un tema compuesto por Augusto Algueró y titulado La chica yé-yé, un apodo que llevaría ya para siempre y que fue el inicio de grandes éxitos también en su faceta como cantante, en la que llegó a grabar numerosos discos.

Antes de que España se rindiera a sus pies, esta hija de una maestra republicana y de un comandante de caballería pasó su infancia en Marruecos y a su regreso a la península comenzó sus estudios de ballet y danza española. Aunque ganó una beca para formarse como bailarina en Lodres, la situación económica familiar no le permitió ir al extranjero y comenzó a trabajar en el cuerpo de baile de la Ópera de La Coruña y después en la célebre compañía de Manolo Caracol como bailaora flamenca, antes de debutar como vicetiple en la revista de Celia Gámez.

• Yo me bajo en la próxima, y usted (1981)
• Mamá, quiero ser artista (1986)
• Hello Dolly! (2001)
• Reina Juana (2016)
• La habitación de María (2021)

Tampoco rechazó trabajos puntuales en producciones de éxito como Hospital central (2011), como sí hizo, a principios de la década de los noventa, con Farmacia de guardia. Antonio Mercero pensó en Velasco para interpretar a Lourdes, personaje que luego sería para Concha Cuetos. "Fue un error", reconoció en el plató de Sábado Deluxe en 2018.

Con algunas obras ya a sus espaldas, Velasco hizo su gran debut televisivo en el histórico Estudio 1, programa que llevaba el teatro a la pequeña pantalla en una recién nacida Televisión Española. Más tarde, se le pudo ver en ficciones como Teresa de Jesús (1983), Yo, una mujer (1996), Mamá quiere ser artista (1997), Compañeros (1998), Motivos personales (2005) o Velvet (2016).

En la vida real también demostró que podía con todo y que nada la podía frenar: la actriz nunca tuvo reparos para hablar de algunos asuntos espinosos de su vida privada como la verdadera identidad del padre de su hijo Manuel, la hospitalización de su hijo Paco en 2019, o aquellos siete años fatídicos de su vida, en los que llegó a perder su casa en en la avenida de San Luis, y que relató en 2012 coincidiendo con la presentación de su obra ‘Yo lo que quiero es bailar': "Me fui a vivir a un hotel de la M-30 donde estuve seis meses fumándome las cajetillas de tabaco de cuatro en cuatro y bebiendo vino blanco y seco. Afortunadamente, llegó mi hijo Manuel con Antonio Durán, que se hizo cargo de mi carrera e hizo que yo me hiciese cargo de mi vida".

Hoy el telón ha caído definitivamente para una mujer que fue una auténtica superviviente dentro y fuera del escenario: dentro porque supo seducir a varias generaciones (incluidas las últimas con su participación en series como 'Las chicas del cable' de Netflix o 'Élite', cantera actual de jóvenes actores, donde se incluyó en la banda sonora la canción 'Con poco se puede ser feliz', un cover que la actriz vallisoletana hacía de 'Il suffit d'un rien pour être heureux', de Alice Dona.

Porque esa, entre otras, ha sido una de las herramientas que más ha sabido trabajar Concha en la vida: fuerza, energía, vitalidad y ganas de disfrutar de la vida hasta el último momento. Prueba de ello es que ha estado sobre las tablas de un teatro casi hasta el último momento: se despidió en septiembre de 2021 con ‘La habitación de María’, un monólogo escrito por su hijo con el que decía adiós a una vida entera dedicada a la interpretación.

"Se levantó el telón y empezó la función, que hizo maravillosamente bien", recordaba Manuel al día siguiente para Vanitatis. “De la mitad de la obra en adelante se dio cuenta de que era su última función y, como es un monólogo, la obra tiene el ritmo que ella le quiera dar. La última frase de la obra es 'todo consiste en empeñarse en vivir o empeñarse en morir. Se debe, se puede, a los 20, a los 50, a los 80. Hoy por primera vez en mi vida estoy lista'. Así termina la función. Imagínate esa frase cómo la pronunció, separando cada palabra".

Aunque sus hijos han sido las principales vías de información sobre el estado de salud de la actriz, su sobrina, a también intérprete Manuela Velasco, contaba hacía un tiempo que su tía se encontraba animada y “recibiendo muchas visitas”. De hecho, según la protagonista de ‘Rec’ pasaba tanta gente a verla por la residencia donde había estado instalada Concha a las afueras de Madrid que "su habitación es como el camarote de los hermanos Marx", explicaba entre bromas. Como prueba también de su buen estado de ánimo, aseguraba entonces que su tía "no para de reír y de contar anécdotas".

Llevaba un tiempo ingresada en una residencia de ancianos y, aunque en su momento la decisión levantó cierro revuelo informativo, su hijo Manuel, que ha sido portavoz oficial de la actriz durante este tiempo, explicaba que era lo mejor para ella: “Es una persona dependiente y no pasa nada por reconocerlo. Mi madre necesita ayuda 24 horas al día, para cualquier tarea. Mi madre no puede hacer sola ninguna tarea. Eso es un grado de dependencia que no voy a decirlo porque eso pertenece a su intimidad”, explicaba a Vanitatis.

"A los medios de comunicación, con enorme gratitud y pesar: lamentamos informar de que nuestra madre, Concha Velasco, ha fallecido hoy sábado 2 a las 02:00 en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, habiendo recibido los Santos Sacramentos, a consecuencia de una complicación en su enfermedad.

No tenemos más que palabras de agradecimiento para el personal del hospital, y el de las residencias Santa Matilde y Orpea Punta Galea que tan bien han cuidado de ella en estos difíciles tiempos. Somos unos afortunados por haber gozado de la mejor madre del mundo y por recibir el cariño de tantos españoles que la quieren y la admiran. Gracias a todos.

Una tarde de primavera de 2022, en Madrid. La actriz Manuela Velasco lleva semanas interpretando en el Teatro Español a Dorotea (La Bella Dorotea, Miguel Mihura, 1963), una mujer a la que dejan plantada en el altar el día de su boda y que decide no quitarse el vestido de novia hasta encontrar al amor de su vida. No le importan las críticas ofensivas de la sociedad machista que la juzga. Ella solo piensa en lograr su objetivo. Un papel realmente único para la propia Manuela. Décadas antes, su tía, la gran Concha Velasco, lo había interpretado con un aplauso unánime de la crítica.

Puede decirse que las Galerías Velvet cerraron con un fichaje de lujo. En su última temporada, Concha se incorporaba a la ficción de Ramón Campos como la inquieta y dicharachera Petra Alcalde, la hermana de Doña Aurorita (Cristina de Inza) y el primer amor de Emilio (José Sacristán) que regresó a nuestro país después de haberse casado un actor y haber emigrado a Argentina años antes. En Velvet, la actriz coincidió con su sobrina, Manuela Velasco.

También de la mano de la cadena de Atresmedia y de la productora Bambú, la intérprete se sumó al reparto de Bajo sospecha en su segunda temporada, junto a actrices como Luisa Martín, Olivia Molina o María Botto. Velasco era Adela Valcárcel, la gerente del Hospital Policínico de la serie, una mujer hecha a sí misma y que ejercía un férreo control sobre los médicos y demás personal del centro sanitario para mantenerse en su puesto.

En los últimos años, la actriz había sufrido de un linfoma, un tumor que afecta al sistema linfático, una red de tejidos y órganos que se encargan de producir y almacenar los glóbulos blancos que protegen al organismo. Esta enfermedad le causó la intervención hospitalaria hasta en cuatro ocasiones.

Desde entonces, la artista sufrió artrosis, lo que le provocó problemas de movilidad mientras continuaba peleando contra el tumor. Debido a los problemas de salud, con 81 años se retiró definitivamente de los escenarios con una última presentación en el Teatro Bretón de los Herreros de La Rioja.

Un año más tarde, en 2022, su hijo Manuel anunció ante los medios de comunicación que su madre se encontraba ingresada en una residencia para que estuviera atendida durante todo el día.

En Gran hotel, serie de época ambientada en la España de principios del siglo XX, Concha Velasco interpretó a Ángela Salinas de Cernuda, la reservada y estricta gobernanta del establecimiento, una mujer que escondía un secreto y un pasado muy sorprendente. En declaraciones a Antena 3, la actriz resaltó que se tratase de un personaje "corto, pero intenso" que le permitía "hacer un trabajo muy bonito": "Los personajes largos y sin chicha no convienen". Aun así, el pequeño papel le reportó grandes alegrías, como un Premio Iris a mejor actriz de serie en 2011 y un premio Ondas a mejor intérprete femenina en 2012.

"En mi casa, cuando mi madre calificaba a alguien diciendo: "Esa sí que es una artista", teníamos claro que estaba hablando de alguien fuera de serie. Así llamaba siempre a Concha Velasco: artista", ha señalado el actor Jordi Évole en sus redes sociales.

Dentro del ámbito político, Manuela Bergerot ha enviado un gran gesto de cariño a la familia y amigos de Velasco: “Fue un rayo de luz en un tiempo gris y un ejemplo de ciudadana comprometida en democracia. Su obra nos deja un testimonio privilegiado de la historia de nuestro país”.

La líder de Sumar y vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, también ha lamentado el fallecimiento de la actriz: “Nos deja una parte muy importante de la historia de nuestro cine, de nuestra televisión y, en definitiva, de nuestras vidas. Concha Velasco, una mujer brillante que siempre hizo mejor nuestro país”.

Las redes sociales se han llenado de mensajes de despedida y han sido varias personas las que han mostrado su tristeza por la pérdida de la ‘chica ye-ye’. La Academia de Cine ha sido uno de los primeros perfiles que han transmitido su reacción a través de X.

La capilla ardiente de la artista se instalará este sábado en el teatro La Latina de Madrid a partir de las 13:30 horas.

La artista vallisoletana le cogería el gusto a las producciones de disputas familiares y a los papeles fríos y de carácter. Esta vez como protagonista, en Herederos Concha fue Carmen Orozco, la matriarca de un clan relacionado con el mundo del toro que descubre que su marido le está siendo infiel con una persona muy cercana a ella, y que luchará por mantener los negocios y el cuantioso patrimonio a pesar de este y otros contratiempos.

Concha Velasco volvió en 2001 a Televisión Española para ponerse al frente de Tiempo al tiempo. Este programa de tinte nostálgico se adelantó al ¡Qué tiempo tan feliz! de María Teresa Campos, y es que ambos formatos seguían una premisa similar. Este nació como un espacio de entrevistas en el que se daba cabida a personas y acontecimientos en el recuerdo. Sin embargo, el perfil de los invitados fue cambiando y acabó abrazando la prensa rosa.

Fueron estos cambios los que hicieron que el programa acabase en 2002. Según la versión oficial, "su formato no era el adecuado para una televisión pública". Parece que la incorporación de Marujita Díaz y Carmen Ordoñez no fue bien vista por la corporación, dado que el espacio televisivo cada vez era más rosa. Sin embargo, años después, Cocha Velasco afirmó que abandonó el programa porque la Duquesa de Alba, que era su amiga, dejó de hablarle por cómo habían tratado su imagen en el programa. Cuando Tiempo al tiempo acabó, ambas retomaron su amistad.

El último trabajo de Concha Velasco como presentadora fue al frente de Cine de barrio en TVE. Durante casi una década la artista capitaneó este longevo formato, en el que daba paso a las películas, hacía entrevistas, e incluso lanzaba algún dardo sutil a quien declinaba su invitación al programa. En 2012 sorprendió a muchos con lo que dijo en la emisión de Soltera y madre en la vida.

"La película que van a ver ustedes está protagonizada por Lina Morgan, que una vez más no ha podido estar esta tarde en Cine de Barrio. Querida Lina, como eres, espero que vayas a verme cuando estrene en La Latina. Aunque ya no sea tu teatro, tienes ahí un palco fijo. Eh, ¿guapa?", espetó la presentadora, lanzando un dardo a su compañera Lina Morgan. En 2020, cuando estaba a punto de cumplir los 81 años, Concha Velasco abandonó Cine de barrio y Alaska tomó el relevo. Fue la propia artista la que decidió dejar el formato.

En 1992 dio el saltó a Telecinco y empezó a presentar el concurso familiar Queridos padres. Velasco conducía de lunes a viernes este programa, primero en la programación de tarde y después en la sobremesa. En este formato participaban tres familias, compuestas por los padres y dos de sus hijos. Los concursantes debían contestar por separado a las mismas presuntas y la familia que tuviese un mayor número de coincidencias se garantizaba la permanencia en el programa.

Ese mismo verano, Concha Velasco presentó Desde Palma, queridos padres, junto a Jesús Vázquez. Este formato fue un híbrido entre el programa veraniego de variedades, Desde Palma con amor y Queridos padres. Actuaciones musicales con humor, concursos o desfiles de modelos eran algunas de las cosas que se podían ver en este espacio televisivo.

Fue en este programa donde la cantante vivió un gran susto con un cocodrilo llamado Willy. "Pues no hace nada", decía la cantante mientras tocaba al reptil que permanecía impasible en el plató. Sin embargo, de un momento para otro, Willy reaccionó y su boca fue para la artista, haciendo que esta comenzase a gritar despavorida. Concha Velasco protagonizó uno de los momentos más terroríficos que se ha vivido en televisión.

Durante esta etapa a Velasco no le faltó trabajo en Telecinco. La artista también presentó Querida Concha, un referente de la televisión de los 90. A él acudieron las figuras más importantes del panorama nacional e internacional. Al igual que en Viva el espectáculo, Concha Velasco volvió a ponerse al frente de este formato, cantando, bailando, actuando y entrevistando. La cantante charló con las estrellas más importantes del celuloide, como Diego Maradona, Lola Flores, el Doctor Zhivago o Rocío Jurado. "La televisión puede hacer milagros", decía la artista, mientras veíamos las maravillas que ella sola era capaz de hacer.

Televisión Española confió nuevamente en Concha Velasco y la puso al frente de Viva el espectáculo entre 1990 y 1991. Este era un programa de variedades con periodicidad semanal presentado por la cantante, que contaba con actuaciones musicales, de humor e incluso espectáculos circenses. Este espacio supuso el regreso de la artista a la pequeña pantalla, ya que, después de los especiales de fin de año, la actriz decidió centrarse en el teatro.

Viva el espectáculo se emitía los viernes por la noche e intentaba acercar a la toda la familia a la pequeña pantalla. Era como un pequeño cabaret apto para todos los públicos. Por el programa pasaron artistas de todo tipo. Incluso llegaron a hipnotizar a la mismísima Velasco. También destacaron las actuaciones de importantes cantantes nacionales e internacionales como Miguel Bosé, Ana Belén, Olivia Newton John o Cher.

Una de las primeras intervenciones de Concha Velasco como presentadora de televisión fue en esa época en la que las galas que daban la bienvenida al año se hacían en riguroso directo. La artista multidisciplinar presentó Viva el 85 en Televisión Española. Tal fue el éxito de su labor, que Velasco volvió a capitanear las ediciones del 1986 y 1987. Con su eterna sonrisa, la eterna chica yeyé inauguró los comienzos del año de la cadena pública con algún que otro sobresalto, como cuando Mayra Gómez Kemp se cayó, cantando junto a Bibiana Fernández, Paco Valladares, Raúl Sénder y la propia Velasco el tema Mujeres al poder.

"El champán, en dosis comedidas, nos conviene a todos" o "Soy una mujer optimista, creo que se me ve en la cara", eran algunas de las grandes frases (y reflexiones) que la cantante soltaba en directo durante estos programas especiales. En estos Viva podía hacer cualquier cosa: actuaba, cantaba, bailaba, presentaba… Ella sola era capaz de llenar el escenario con su talento y brutal personalidad.

La calculadora Aurora Acosta aportó un plus a Motivos personales, serie de misterios y asesinatos que protagonizaron Lydia Bosch y Marta Calvó. En el proyecto de Ida y Vuelta Producciones, Concha se puso en la piel de una mujer vengativa y perversa, que pelearía con uñas y dientes por no perder el control de la empresa familiar, los Laboratorios Acosta. Sin lugar a dudas, los televidentes de la cadena de Fuencarral se engancharon de lleno a esta ficción: los 27 capítulos marcaron de media un 26% de share y reunieron a 4.402.000 espectadores.

La actriz Concha Velasco ha fallecido este sábado, 2 de diciembre, en el Hospital Puerta de Hierro de Madrid a los 84 años. El estado de salud de la actriz era bastante delicado y desde hacía un tiempo permanecía ingresada en una residencia.

"Lamentamos informar de que nuestra madre, Concha Velasco, ha fallecido hoy, sábado 2, a las 02:00 en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, habiendo recibido los Santos Sacramentos, informaba el comunicado. "No tenemos más que palabras de agradecimiento para el personal del hospital, y el de las residencias Santa Matilde y Orpea Punta Galea que tan bien han cuidado de ella en estos difíciles tiempos".

En Compañeros, Concha dio vida a Charo, una enérgica profesora de Literatura que solo apareció en la primera temporada de una ficción que puso sobre la mesa, con gran maestría, temas que afectaban directamente a los adolescentes de la época. Casada con el director del Azcona y madre de tres hijos (Ana, Arancha y Miguel), tras una reestructuración de las tramas por los tímidos índices de audiencia, el personaje de Velasco desapareció en la segunda tanda de episodios. En un guiño a su trayectoria artística, en el colegio era apodada La profe yeyé.

El de Santa Teresa de Jesús en la adaptación que hizo TVE de la vida de la monja fue el primer papel principal de Concha Velasco en televisión. En una entrevista para La Vanguardia en 2015, la actriz confesó que le seguía "impresionando el mensaje" de la religiosa: "La he estudiado tanto, la conozco tanto, que no me importa si es santa o no [...] Era una estrella. Ella también dijo: 'Mamá, quiero ser monja', que es como decir eso de 'Mamá, quiero ser artista'". En esta serie, compartió elenco con Paco Rabal, María Massip y Héctor Alterio, entre otros pesos pesados de la actuación.

Con José Luis García Berlanga rodó París Tombuctú (1999), compartiendo pantalla con Michel Piccoli, grande del cine europeo, una película que supuso también el ocaso de esa dramedia que tan bien supo hacer el director valenciano y que analiza tan clínicamente la idiosincrasia de la España predemocrática. Muy alejada del nivel de imperdibles como Plácido (1961) o El verdugo (1963), la última película de Berlanga demostró una vez más la rebeldía de Velasco, que se atrevió a enseñar los pechos en pantalla habiendo cumplido la sesentena. La chica yeyé se había pasado al rock 'n' roll a los sesenta.

Sus últimos trabajos en el cine (Malasaña 32) y en la televisión (Las chicas del cable) se estrenaron poco más de dos años antes de su muerte. Del teatro se bajó en septiembre de 2021. Casi setenta años de carrera incombustible, heterodoxa y polifacética. Nunca ganó el Goya, más allá del cabezón honorífico que le concedieron en 2013, pero ¿quién necesita un Goya cuando se tiene la corona yeyé?

Esa modernidad hacia la que iba apuntando Concha Velasco cristalizó en el papel con el que siempre se la identificará. El de Katy de Historias de la televisión (1965), para la que se puso a las órdenes de José Luis Sáenz de Heredia, director adscrito al régimen —fue el responsable de llevar al cine Raza, el guion escrito por Franco—. Además de volver a coincidir con Leblanc y de compartir pantalla con José Luis López Vázquez, Velasco interpreta para la película la canción La chica yeyé, compuesta por Augusto Algueró y el músico y letrista Antonio Guijarro. La canción no dejó de sonar en los años siguientes y, todavía hoy, es una de las canciones pop más importantes de la música española.

Tenía quince años cuando consiguió su primer papel en el cine, en La reina mora, un papel minúsculo y sin acreditar, de bailaora. Poco a poco fue escalando en papeles menos que secundarios, como en La fierecilla domada, donde la gran estrella era Carmen Sevilla, la última supuerviviente de su aquella generación de actrices que abrieron la posibilidad de un país más libre, alegre y policromo. Su primer papel secundario fue en Muchachas en vacaciones (1958), pero fue con su película siguiente, ese mismo año con la que empezó a ser La Velasco: con su Paloma de Las chicas de la cruz roja empezó a cimentar su imagen de chica alegre y pizpireta, a la vez que sexy. La vecinita de al lado, que llaman los americanos. También fue su primer trabajo junto a Tony Leblanc —coincidirían en seis ocasiones—. Hoy, la película dirigida por Rafael J. Salvia y escrita por el gran Pedro Masó se ha convertido en un clásico de la comedia española.

Las chicas de la cruz roja fue un éxito absoluto en su momento, una ruptura con el cine de posguerra y un primer atisbo de unas nuevas fórmulas de comedia romántica que seguía siendo blanca y acrítica, pero que empezaban a mostrar cierta rebeldía; la censura avisó de la "peligrosidad" de algunas de sus escenas. Aunque el amor romántico de la película sigue basado en la celotipia y la posesión, empieza a plantear la posibilidad de un Madrid joven, cosmopolita y vibrante.

Ahora, con su muerte a los 84 años de edad, se suma al adiós a otros nombres muy importantes para el espectáculo, como Arturo Fernández, Asunción Balaguer o Lorenzo Valverde en los últimos años. Una despedida para la que queremos recordarla con su eterna sonrisa, y también con su carácter, a través de 60 anécdotas y datos que quizás no sabías sobre ella.

Su última aparición pública también conectó con el mundo del teatro, pero en esta ocasión como espectadora. Fue el pasado mes de marzo, demostrando una gran vitalidad para ver sobre el escenario a Jorge Javier Vázquez protagonizar su 'Desmontando a Séneca'.

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La retirada de los espectáculos llegaba para Concha en 2021, tras interpretar una última función de 'La habitación de María', escrita por su hijo Manuel, en el teatro Bretón de Logroño. "Estoy fundamentalmente triste porque me ha dado mucha pena, pero contenta porque esto es lo que queríamos en Logroño, en el teatro Bretón donde ya habéis visto cómo me quiere la gente. Hoy estoy especialmente triste, hacer este texto tan bonito y pensar que es la última vez que lo hacía. Estoy más dolorida que otros días, pero bueno, contenta porque ya habéis visto cómo me quieren", aseguraba entonces la emocionada intérprete.

Unos años después publicaba sus memorias, 'El éxito se paga', donde contaba con lujo de detalles los pasajes más felices de su vida, pero también los amargos, en muchas ocasiones relacionados con sus parejas. "Siempre he ido a enamorarme de quien no debía", escribe en las páginas del libro.

Sus grandes amores fueron Luis Sáez de Heredia, casado y junto al que pasó once años de su vida, el actor Juan Diego y el productor Paco Marsó, el padre de sus hijos. "Paco es parte profunda e importante de mi vida y lo único que de verdad lamento es que él no me quisiera o no me supiera querer", se puede leer en otro fragmento de su biografía sobre aquella tortuosa relación, sobre la cual dijo en una entrevista con 'XL Semanal' que había sido "la cornuda de España".

Concha Velasco recibió más de cuarenta premios por su labor como actriz, destacando el Goya de Honor a toda su carrera que r

A lo largo de su carrera, Concha Velasco llegó a arruinarse por aventurarse a producir espectáculos musicales y tuvo problemas con Hacienda.

La actriz compartió escenas, y muchas veces matrimonios ficticios, con todos los grandes actores de la época: desde Manolo Escobar hasta Alfredo Landa, José Luis López Vázquez, Antonio Ozores o José Sacristán. Sobre este último, gran amigo suyo, decía en 2021 en el programa Palo y astilla de La Sexta que, pese a sus diferentes opiniones políticas, ella no concebía su vida sin él: "Lo único que no hemos sido ha sido amantes, pero nos queremos tanto...".

Su carrera en el cine comenzó muy pronto. Con solo quince años apareció por primera vez en la gran pantalla en La reina mora, a la que seguirían papeles en películas como Muchachas de vacaciones o Las chicas De la Cruz Roja, que rodó junto a Tony Leblanc y supuso su consagración profesional.

En 1965 rodó Historias de la televisión donde, por exigencias del guion, la entonces conocida como Conchita Velasco interpretó un tema compuesto por Augusto Algueró y titulado La chica yé-yé, un apodo que llevaría ya para siempre y que fue el inicio de grandes éxitos también en su faceta como cantante, en la que llegó a grabar numerosos discos.

Antes de que España se rindiera a sus pies, esta hija de una maestra republicana y de un comandante de caballería pasó su infancia en Marruecos y a su regreso a la península comenzó sus estudios de ballet y danza española. Aunque ganó una beca para formarse como bailarina en Lodres, la situación económica familiar no le permitió ir al extranjero y comenzó a trabajar en el cuerpo de baile de la Ópera de La Coruña y después en la célebre compañía de Manolo Caracol como bailaora flamenca, antes de debutar como vicetiple en la revista de Celia Gámez.

• Yo me bajo en la próxima, y usted (1981)
• Mamá, quiero ser artista (1986)
• Hello Dolly! (2001)
• Reina Juana (2016)
• La habitación de María (2021)

Tampoco rechazó trabajos puntuales en producciones de éxito como Hospital central (2011), como sí hizo, a principios de la década de los noventa, con Farmacia de guardia. Antonio Mercero pensó en Velasco para interpretar a Lourdes, personaje que luego sería para Concha Cuetos. "Fue un error", reconoció en el plató de Sábado Deluxe en 2018.

Con algunas obras ya a sus espaldas, Velasco hizo su gran debut televisivo en el histórico Estudio 1, programa que llevaba el teatro a la pequeña pantalla en una recién nacida Televisión Española. Más tarde, se le pudo ver en ficciones como Teresa de Jesús (1983), Yo, una mujer (1996), Mamá quiere ser artista (1997), Compañeros (1998), Motivos personales (2005) o Velvet (2016).

En la vida real también demostró que podía con todo y que nada la podía frenar: la actriz nunca tuvo reparos para hablar de algunos asuntos espinosos de su vida privada como la verdadera identidad del padre de su hijo Manuel, la hospitalización de su hijo Paco en 2019, o aquellos siete años fatídicos de su vida, en los que llegó a perder su casa en en la avenida de San Luis, y que relató en 2012 coincidiendo con la presentación de su obra ‘Yo lo que quiero es bailar': "Me fui a vivir a un hotel de la M-30 donde estuve seis meses fumándome las cajetillas de tabaco de cuatro en cuatro y bebiendo vino blanco y seco. Afortunadamente, llegó mi hijo Manuel con Antonio Durán, que se hizo cargo de mi carrera e hizo que yo me hiciese cargo de mi vida".

Hoy el telón ha caído definitivamente para una mujer que fue una auténtica superviviente dentro y fuera del escenario: dentro porque supo seducir a varias generaciones (incluidas las últimas con su participación en series como 'Las chicas del cable' de Netflix o 'Élite', cantera actual de jóvenes actores, donde se incluyó en la banda sonora la canción 'Con poco se puede ser feliz', un cover que la actriz vallisoletana hacía de 'Il suffit d'un rien pour être heureux', de Alice Dona.

Porque esa, entre otras, ha sido una de las herramientas que más ha sabido trabajar Concha en la vida: fuerza, energía, vitalidad y ganas de disfrutar de la vida hasta el último momento. Prueba de ello es que ha estado sobre las tablas de un teatro casi hasta el último momento: se despidió en septiembre de 2021 con ‘La habitación de María’, un monólogo escrito por su hijo con el que decía adiós a una vida entera dedicada a la interpretación.

"Se levantó el telón y empezó la función, que hizo maravillosamente bien", recordaba Manuel al día siguiente para Vanitatis. “De la mitad de la obra en adelante se dio cuenta de que era su última función y, como es un monólogo, la obra tiene el ritmo que ella le quiera dar. La última frase de la obra es 'todo consiste en empeñarse en vivir o empeñarse en morir. Se debe, se puede, a los 20, a los 50, a los 80. Hoy por primera vez en mi vida estoy lista'. Así termina la función. Imagínate esa frase cómo la pronunció, separando cada palabra".

Aunque sus hijos han sido las principales vías de información sobre el estado de salud de la actriz, su sobrina, a también intérprete Manuela Velasco, contaba hacía un tiempo que su tía se encontraba animada y “recibiendo muchas visitas”. De hecho, según la protagonista de ‘Rec’ pasaba tanta gente a verla por la residencia donde había estado instalada Concha a las afueras de Madrid que "su habitación es como el camarote de los hermanos Marx", explicaba entre bromas. Como prueba también de su buen estado de ánimo, aseguraba entonces que su tía "no para de reír y de contar anécdotas".

Llevaba un tiempo ingresada en una residencia de ancianos y, aunque en su momento la decisión levantó cierro revuelo informativo, su hijo Manuel, que ha sido portavoz oficial de la actriz durante este tiempo, explicaba que era lo mejor para ella: “Es una persona dependiente y no pasa nada por reconocerlo. Mi madre necesita ayuda 24 horas al día, para cualquier tarea. Mi madre no puede hacer sola ninguna tarea. Eso es un grado de dependencia que no voy a decirlo porque eso pertenece a su intimidad”, explicaba a Vanitatis.

"A los medios de comunicación, con enorme gratitud y pesar: lamentamos informar de que nuestra madre, Concha Velasco, ha fallecido hoy sábado 2 a las 02:00 en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, habiendo recibido los Santos Sacramentos, a consecuencia de una complicación en su enfermedad.

No tenemos más que palabras de agradecimiento para el personal del hospital, y el de las residencias Santa Matilde y Orpea Punta Galea que tan bien han cuidado de ella en estos difíciles tiempos. Somos unos afortunados por haber gozado de la mejor madre del mundo y por recibir el cariño de tantos españoles que la quieren y la admiran. Gracias a todos.

Velasco nos deja después de haber pasado casi toda la vida sobre las tablas o delante de las cámaras, haciendo teatro, cine o televisión. Fue chica ye-yé y chica de la Cruz Roja, fue Santa Teresa de Jesús y presentadora de Cine de Barrio, se paseó por el barrio más gay de Madrid en ‘Chuecatown’ y se atrevió a ir ‘Más allá del jardín’.