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Las pérdidas millonarias de los Alba a cuenta de su patrimonio histórico
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Las pérdidas millonarias de los Alba a cuenta de su patrimonio histórico

Su principal empresa, Euroexplotaciones Agrarias, arroja un quebranto de 2.875.464€ por la donación de un fondo documental y obras de arte a la Fundación Casa de Alba. El duque ha donado también Dueñas a la institución

Foto: Carlos Fitz-James Stuart, duque de Alba. (EFE/Chema Moya)
Carlos Fitz-James Stuart, duque de Alba. (EFE/Chema Moya)

El número 20 de la calle Princesa es una de las direcciones más 'populares' de Madrid. Aparece en el Registro Mercantil como sede de varias empresas, la mayoría relacionadas con la explotación agrícola y ganadera o con la gestión inmobiliaria. También es la dirección del palacio de Liria, el lugar donde vive Carlos Fitz-James Stuart, duque de Alba. Y la sede oficial de la Fundación Casa de Alba, una institución cultural dedicada a la conservación, mantenimiento y difusión del patrimonio de esta familia que ha formado siempre parte de la historia de España.

Esa pluralidad de funciones resume en sí misma lo que es la Casa de Alba: una familia, una empresa y, sobre todo, una institución histórica y cultural que gestiona de forma independiente y profesionalizada la Fundación Casa de Alba. Bajo su responsabilidad está la custodia, conservación y difusión de un ingente patrimonio histórico, artístico y documental. Constituida en mayo de 1975 por Luis Martínez de Irujo y Cayetana Fitz-James Stuart, el organismo mantiene abiertos al público de forma permanente los palacios de Liria, en Madrid; Dueñas, en Sevilla, y Monterrey, en Salamanca.

Sin embargo, no siempre es fácil encontrar las líneas que separan los bienes propios de cada miembro de la familia con los que debería custodiar la fundación. Es lo que ha ocurrido con la cabeza de sus empresas agrícolas, Euroexplotaciones Agrarias, que acaba de dar a conocer sus cuentas del ejercicio 2022. Ha sido un buen año para la empresa, que aumenta su cifra de negocio un 33,7% hasta los 2.140.000 euros y ha recortado mucho su pasivo. Sin embargo, cierra con pérdidas de 2.875.000 euros. ¿Por qué?

Esta empresa gestiona más de 3.000 hectáreas de terreno en El Carpio (Córdoba) dedicadas a la producción agrícola y ganadera, además de a la explotación de energías renovables. La empresa está presidida por Carlos Fitz-James y sus hijos, Fernando y Carlos, son consejeros.

En el ejercicio 2018 lograron beneficios por valor de 4.610.851 euros, un 900% más que el año anterior. El 'pelotazo' se explica porque vendieron un terreno para lograr liquidez. En 2019 volvieron a obtener un importante beneficio. En aquella ocasión, por la entrada en juego del patrimonio con el que cuentan a título personal. La sociedad registró "4.200.500,14 euros de altas de inmovilizado material, de las cuales 3.999.921,73 euros se corresponden con un fondo documental aportado por parte de los socios como dación en pago de sus deudas con la sociedad". Tal y como pudo saber Vanitatis, se trataba de documentos históricos procedentes de la herencia de la duquesa de Alba y la transacción se llevó a cabo en el marco de la más "estricta legalidad". Se abonaron más de 150.000 euros de impuestos.

En 2022, tal y como ha podido comprobar este medio, la empresa agrícola de los Alba ha decidido donar ese fondo documental a la Fundación Casa de Alba, verdadera encargada de tutelar el patrimonio histórico propiedad de la familia. Esto ha dejado un quebranto en sus cuentas de casi tres millones de euros. "En el ejercicio 2022 se ha realizado a la Fundación Casa de Alba una donación del fondo documental y objetos de arte del Palacio de Liria pertenecientes a la sociedad por importe de 3.999.921,73 euros", escriben en su balance de cuentas. Al tratarse de una donación, es fiscalmente deducible. "A 31 de diciembre de 2022 el saldo de deducciones por donativos pendientes de aplicar asciende a 1.316.070,83 euros que corresponden a donativos realizados en el ejercicio 2022", se lee.

placeholder Fernando Fitz-James Stuart y Sofía Palazuelo presentan a su segunda hija. (EFE)
Fernando Fitz-James Stuart y Sofía Palazuelo presentan a su segunda hija. (EFE)

Fuentes de la compañía explican que están en el proceso de donar a la fundación todos los bienes y documentos históricos que heredaron los hermanos a título personal, "porque es donde tienen que estar". "Los socios de la empresa heredaron bienes, castillos, fondos documentales y demás que tienen que estar en la fundación y es lo que estamos haciendo -afirman-. Todo lo históricamente relevante que está en manos de particulares lo estamos dando a la fundación". Ya el año pasado, revelan, el duque de Alba donó a esta institución el palacio de Dueñas, en Sevilla, que heredó directamente de su madre, Cayetana.

El archivo histórico

La Casa de Alba custodia un archivo fundamental para la historia de España, resultado de un proceso de acumulación de documentos procedentes de los distintos estados nobiliarios que a lo largo del tiempo han ido incorporándose a la Casa de Alba. El archivo cuenta con documentación procedente de más de 50 casas nobiliarias.

En la actualidad, este comprende 474 cajas y unas 50.000 piezas documentales. El más antiguo de los documentos data de 1026 y el más reciente de principios del siglo XX. Su valor es muy desigual, ya que algunos "son extraordinarios pergaminos bellamente iluminados que todavía conservan sus sellos; otros de importancia excepcional para la historia de España, como el último testamento de Fernando el Católico, y finalmente un grupo de menor importancia". El archivo de la Casa de Alba está a disposición de los investigadores que necesiten consultarlo.

placeholder Una carta escrita por Cristóbal Colón en propiedad de la Casa de Alba. (EFE)
Una carta escrita por Cristóbal Colón en propiedad de la Casa de Alba. (EFE)

En ocasiones, la familia ha intentado deshacerse de parte de ese patrimonio para hacer caja y poder sufragar los gastos de conservación del resto. En 2015, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid prohibió a la Fundación Casa de Alba subastar en Londres una carta enviada en 1498 por Cristóbal Colón a su hijo Diego, valorada por Christie's en 21 millones de euros. Los Alba solicitaron autorización para exportar la misiva y especificaron que pensaban destinar todos los fondos obtenidos con su venta al mantenimiento de la colección de su fundación.

La Fundación Casa de Alba alegó que necesitaba fondos para su sostenimiento y que la carta no era un bien de interés cultural. De hecho, había sido seleccionada entre 22.000 legajos por ser la de menor relevancia histórica al no haber sido escrita desde las Indias y contener información doméstica.

La Junta de Calificación, Valoración y Exportación de Bienes del Patrimonio Histórico ya había denegado en 2013 la exportación y venta del documento, dada "la importancia del personaje y de las colecciones". Ese año, la Casa de Alba subastó una serie de muebles para "ayudar al sostenimiento del patrimonio". Un baño art nouveau que formaba parte de la decoración del palacio de Liria superó en una puja los seis millones de euros.

El número 20 de la calle Princesa es una de las direcciones más 'populares' de Madrid. Aparece en el Registro Mercantil como sede de varias empresas, la mayoría relacionadas con la explotación agrícola y ganadera o con la gestión inmobiliaria. También es la dirección del palacio de Liria, el lugar donde vive Carlos Fitz-James Stuart, duque de Alba. Y la sede oficial de la Fundación Casa de Alba, una institución cultural dedicada a la conservación, mantenimiento y difusión del patrimonio de esta familia que ha formado siempre parte de la historia de España.

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