La madre de Sofía Palazuelo testifica en un nuevo juicio de su exmarido en Palma

Fernando Palazuelo Baldasúa es un empresario español que hizo fortuna en Perú rehabilitando antiguos edificios en el centro de Lima. Exportó allí el mismo modus operandi que venía utilizando en España: compraba edificios históricos en estado de ruina, los rehabilitaba y los ponía en circulación. "Nuestro primer proyecto fue alrededor de la Bolsa de Valores, con cinco edificios, luego vino la plaza San Martín, con otros cinco edificios, y finalmente, la confluencia de las avenidas Nicolás de Piérola, Tacna y Wilson, con nueve edificios más", explicaba él mismo en una entrevista en 2017. "En total, entre rehabilitados y en proyecto, tenemos veintitrés".

Fernando es también el padre de Sofía Palazuelo, duquesa de Huéscar, y el exmarido de Sofía Barroso, con la que mantiene un contencioso legal que llegó recientemente a la Audiencia Nacional. El tribunal lo absolvió en enero de un presunto delito de apropiación indebida del que le acusaba Barroso, que cifraba el desfalco en 50 millones de euros. Ahora, un mes y medio después de aquel fallo, el empresario ha tenido que volver a pisar banquillo. Esta semana ha estado en Palma para responder por un delito fiscal por el que la Fiscalía le pide seis años de prisión.

Según el diario 'Última Hora', el empresario tiene que responder por presuntamente omitir el pago a Hacienda de 1,6 millones de euros dentro de una operación inmobiliaria en la que transmitió un edificio histórico al Ayuntamiento de Palma a cambio de una finca municipal que luego vendió por parcelas. El Ministerio Público acusa al consuegro del duque de Alba de omitir sus obligaciones con la Agencia Tributaria.

El caso

En mayo de 2005, el Ayuntamiento ofreció a Palazuelo recuperar las Torres del Temple, una antigua fortaleza militar que había adquirido previamente por casi 800.000 euros para construir viviendas de lujo. Lo hicieron mediante el sistema de permuta. El consistorio le dio parte de un gran solar en la calle Aragón de 7.000 metros cuadrados, de los que 4.000 pasaron a ser propiedad del empresario. A cambio, él entregó las Torres del Temple al Ayuntamiento de Palma completamente restauradas.

En 2007, Palazuelo vendió ese terreno por tres millones de euros, y ahora se trata de establecer si la contabilidad de ambas operaciones se hizo correctamente. Para ello, Fernando Palazuelo ha presentado como testigos al arquitecto que le llevó todas las rehabilitaciones que hizo en Palma y también a su exmujer, Sofía Barroso, con la que trabajaba entonces mano a mano. Ambos mantienen un enfrentamiento legal tanto en España como en Perú de aquellos años en los que trabajaron juntos.

Según el relato de la prensa local, Barroso explicó al tribunal que Fernando Palazuelo no ha sido nunca "de llevar papeles". "Que yo sepa, Fernando no sabe cómo usar un ordenador", reproduce 'Última Hora'. La defensa buscaba demostrar a través de los testigos que Palazuelo no estaba en el día a día de la empresa, aunque Barroso, que en aquellos años administraba con él sus negocios, sí señaló que era Fernando quien controlaba los principales movimientos de la empresa. También uno de sus principales empleados, el arquitecto que se encargaba de sus proyectos de rehabilitación en Palma, expuso que Fernando Palazuelo era quien "planeaba cada una de las operaciones y se dedicaba a su comercialización".

Aquella operación ya pasó por los juzgados en 2010, cuando el empresario fue condenado por coaccionar a dos de los residentes de las Torres del Temple para forzar su marcha. Se consideró probado que retiró las cubiertas para intentar forzar la marcha de una residente y del propietario de una papelería localizada en los bajos, además de lanzar agua a la vivienda de esa inquilina para provocar que se marchara por las humedades.

No es el único problema judicial al que se enfrenta Palazuelo, que tiene frentes abiertos en Perú, España y Detroit. El empresario fue juzgado en el año 2017 en Palma por estafa, acusado por dos de sus antiguos socios. Fue absuelto. El pasado mes de enero, como decíamos al comienzo de esta crónica, la Audiencia Nacional lo absolvió también por un delito de presunta apropiación indebida continuada, un fallo que se puede recurrir.

Palazuelo y su primera esposa, Sofía Barroso, consuegros del duque de Alba, montaron Arte Express en los años 80, una empresa a medio camino entre la galería de arte y la inmobiliaria. Durante un tiempo se dedicaron a comprar edificios baratos que rehabilitaban y luego vendían, la mayor parte en Palma de Mallorca y Barcelona. La familia se rompió posteriormente y él se trasladó a Perú, donde se reinventó como el gran rehabilitador del centro de Lima, aunque también ha protagonizado alguna noticia relacionada con polémicos desalojos.