El éxito en Perú de Fernando Palazuelo, el consuegro del duque de Alba
El arquitecto abandonó sus negocios en España para irse al país andino con su nueva familia. Allí posee más de veinte edificios en el centro histórico de Lima, que ha rehabilitado
La boda de Sofía Palazuelo y Fernando Fitz-James en octubre de 2018 fue, sin duda, el enlace del año. No solo porque a la cita acudió toda la alta aristocracia española, sino también porque la novia no podía encajar mejor en el papel de futura duquesa de Alba. Un traje a medida para una joven que hasta la fecha no se había saltado una línea del guion, ni lo ha hecho desde que es duquesa consorte de Huéscar. La llegada al mundo de la pequeña Rosario hace unos meses completaba el cuento de hadas de esta pareja.
A la boda no acudió el padre de la novia, con el que Sofía no mantiene relación desde hace años. Fernando Palazuelo es un conocido arquitecto y promotor inmobiliario en Perú, y también tiene negocios en Detroit. En España ha sido noticia más por su parentesco con la duquesa de Huéscar, por el enfrentamiento judicial con su exmujer y las deudas con Hacienda de una de sus empresas.
Palazuelo y su primera esposa, Sofía Barroso, consuegros del duque de Alba, montaron Arte Express en los años 80, una empresa a medio camino entre la galería de arte y la inmobiliaria. Durante un tiempo se dedicaron a comprar edificios baratos que rehabilitaban y luego vendían, la mayor parte en Palma de Mallorca (donde se estableció la familia) y Barcelona.
El negocio iba bien, los Palazuelo se dedicaron a coleccionar arte y disfrutaban de un alto nivel económico hasta que empezó la crisis económica y algunos problemas legales. A principios de 2000 le denunciaron por presionar a varias personas para que abandonaran uno de los edificios históricos que quería rehabilitar, una causa por la que le condenaron finalmente en 2006.
Dos familias, dos países
Para entonces, Fernando Palazuelo ya había viajado a Perú por primera vez, según ha contado en varias entrevistas en la prensa peruana. Olió que había una oportunidad de negocio y en 2008, mientras las cosas se ponían feas en España y declaraba aquí el concurso de acreedores por los estragos de la crisis económica, se mudaba definitivamente a Lima. En España dejaba a su esposa, sus hijos y algunas deudas que pretendía solucionar. En un reportaje publicado en 'Infolibre' sobre el promotor se explica que no solo fue la oportunidad de negocio la que le llevó a Perú.
"El inicio de sus proyectos en Lima vino acompañado por una nueva vida en lo personal, que mantuvo inicialmente oculta a su anterior familia y sus conocidos en Palma de Mallorca. Así, dejó atrás a su mujer y sus cuatro hijos en España y tuvo dos más con una nueva esposa. Recientemente, su primer matrimonio acabó en divorcio".
En Perú se reinventó en el gran rehabilitador del centro histórico de Lima, donde posee más de 20 edificios. Exportó allí el mismo modus operandi que venía utilizando en España: compra edificios históricos en estado de ruina, los rehabilita y los pone en circulación, aunque ahora prefiere alquilarlos como oficinas a venderlos. "Nuestro primer proyecto fue alrededor de la Bolsa de Valores, con cinco edificios, luego vino la plaza San Martín, con otros cinco edificios, y finalmente, la confluencia de las avenidas Nicolás de Piérola, Tacna y Wilson, con nueve edificios más".
"En total, entre rehabilitados y en proyecto, tenemos veintitrés edificios. Hemos comprado recientemente un edificio en la plaza Dos de Mayo, donde estamos comenzando los trabajos de rehabilitación, otro en la plaza Francia y uno más en la esquina de Huancavelica con Cailloma", explicaba en una entrevista en noviembre de 2017.
Expansión por Estados Unidos
Pero Perú se le ha quedado pequeño y ha iniciado su expansión por los Estados Unidos. En 2014 compró un terreno en el este de Detroit por 405.000 dólares en una subasta de bienes embargados. Su intención es convertir el ruinoso edificio en un complejo moderno de apartamentos, tiendas y galerías de arte. En ese y en el resto de sus negocios le acompañaron hasta no hace mucho sus hijos mayores, Jaime y Fernando.
Ahora el promotor inmobiliario apenas pisa el país que le vio nacer, donde ya no tiene negocios. La última vez que hay constancia de una visita suya fue en el verano de 2017, cuando tuvo que ir a declarar a la Audiencia Provincial de Palma tras ser acusado por sus antiguos socios de estafa en relación con la venta de pisos. El fiscal solicitó su absolución por este asunto.
La boda de Sofía Palazuelo y Fernando Fitz-James en octubre de 2018 fue, sin duda, el enlace del año. No solo porque a la cita acudió toda la alta aristocracia española, sino también porque la novia no podía encajar mejor en el papel de futura duquesa de Alba. Un traje a medida para una joven que hasta la fecha no se había saltado una línea del guion, ni lo ha hecho desde que es duquesa consorte de Huéscar. La llegada al mundo de la pequeña Rosario hace unos meses completaba el cuento de hadas de esta pareja.