Alexia Putellas, de vacaciones en Ibiza con amigas en su primer verano soltera tras su ruptura con Olga Ríos

Sonia y Selena cantaban en su mítico ‘Yo quiero bailar’ que “cuando llega el calor, los chicos se enamoran”. ¿El motivo? La brisa y el sol. En cambio, más allá de la lírica de esta letra que reside en la cabeza de los españoles desde el año 2001, son muchos los datos que demuestran que precisamente a medida que aumentan las temperaturas, baja el número de parejas. Según datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), en verano, especialmente en agosto y septiembre, se producen entre el 30 y el 40% de las separaciones de todo el año. Un ejemplo de ello es la ruptura de Alexia Putellas y Olga Ríos.

La futbolista y la representante de celebridades como Violeta Mangriñán son dos de los rostros conocidos que decidieron poner fin a su romance a las puertas del verano, viviendo así ahora por separado su primer verano como solteras en tres años. Para el recuerdo quedan las románticas fotografías de ambas besándose sobre las claras arenas bañadas por las cristalinas aguas de las playas de Ibiza. Ahora, cada una disfruta del calor por separado.

Este desamor saltaba a los titulares a través de los ya míticos TikToks del periodista Javi de Hoyos y luego era confirmado por medios como ‘La Vanguardia’ a través también de personas cercanas a la expareja. La ruptura se había producido poco antes de hacerse pública a mediados del pasado mes de julio. Los rumores habían comenzado porque Alexia Putellas había dejado de seguir en Instagram a Olga Ríos, lo que hoy en día se conoce ya como la ruptura 2.0.

Según las informaciones, no había motivos polémicos en torno a esta separación, ni deslealtades ni terceras personas. Todo apuntaba a que la razón no había sido otra que la distancia: la relaciones públicas vive en Madrid, mientras que la futbolista y jugadora de Fútbol Club Barcelona vive en la ciudad condal por razones obvias. Distancia que intentaron salvar durante tres años hasta que, al parecer, se les hizo un mundo.

Ahora, la doble ganadora del Balón de Oro se ha refugiado en sus amigas, con las que pasa sus vacaciones en Ibiza a bordo de un barco. En las fotografías la vemos con varias amigas, con las que charla, se divierte y ríe, disfrutando de unas vacaciones diferentes esta vez, pero no significa necesariamente que sean peores o mejores que otros años.

Alexia también ha aprovechado para disfrutar de las cristalinas aguas del mar Mediterráneo practicando deporte sobre una tabla de paddle surf, descubriendo así recovecos de los acantilados de las islas que de otra forma se hace imposible descubrir.

Unas vacaciones en la isla que son la continuación de otras mucho más lejos, al otro lado del charco, en México. Tal y como ella misma ha compartido, el mes de agosto comenzó con un viaje express en el que no se desaprovechó ni un minuto. Allí disfrutó de la gastronomía tan típica del país y visitó lugares tan míticos como la casa de Frida Kahlo y Diego Rivera.

Por su parte, Olga Ríos hace también lo propio de esta época a no mucha distancia. La representante, con un perfil mediático más bajo, lo hace alejada de los objetivos de los paparazzis, pero compartiendo sus pasos a través de las redes sociales. Según un post publicado hace unos días, a comienzos del mes de agosto, Palma de Mallorca fue el destino que eligió para desconectar en un verano un tanto complicado.

“Qué importante es coger aire, y qué poca atención le presto”, escribía, descubriendo que esta vez las vacaciones las había pasado con su madre, su refugio en estos momentos, y con la que ha aprendido a disfrutar de las pequeñas cosas: “Hemos sido turistas. A veces rendirse a ser simplemente eso, turista, me parece una asignatura obligatoria. Debería aprender a hacerlo también al concepto tiempo”.

En este texto, que parece un canalizador de sus emociones, Olga Ríos también comparte unos pensamientos en forma de palabras que parecen decir mucho: “La Luna de estos días no me gusta nada. A mí las cosas a medias -ni llena ni nueva- se me hace bola. Siempre fui radical. De extremos. Los grises y los puentes me hacen sentir a medias. Aunque una cosa diré: sentir calma por dentro hace que cada vez tolere más que la verdad quepa en más de una dirección”.