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El romance con un ministro, un patrimonio millonario y un desahucio: el complicado divorcio de Gomendio
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la mujer de wert desahucia a su exmarido

El romance con un ministro, un patrimonio millonario y un desahucio: el complicado divorcio de Gomendio

Este ha sido el proceso que ha llevado a Eduardo Roldán a abandonar su domicilio conyugal, un momento del que las cámaras de 'Vanitatis' eran testigos en exclusiva

"Me he levantado esta mañana como todos los días hasta que han tocado el timbre y han venido a hacer el desahucio. Pasan y me informan de que tengo que dejar la casa, pero yo no tenía ningún tipo de notificación de ello". Con esa frase pronunciada ante las cámaras de 'Vanitatis' trataba de explicar y entender Eduardo Roldán, exmarido de Montserrat Gomendio, la que hoy es mujer del exministro José Ignacio Wert, el desahucio que lo obligaba a abandonar el domicilio que compartió con ella durante años en Prado de Somosaguas (Pozuelo de Alarcón). Eduardo se marchaba del que ha sido su hogar bajo la atenta mirada de un equipo de 'Vanitatis' formado por un cámara, un fotógrafo y dos redactores. Al otro lado, ocho personas (dos del juzgado de Pozuelo que lleva la causa, dos policías, un cerrajero y tres hombres que defienden los intereses de su exmujer) vigilaban de cerca un proceso que él calificaba de "ilegal".

"Todo el contacto que hemos tenido ella y yo ha sido a través de los abogados. No hay ningún tipo de acuerdo para llegar a arreglar las cosas. Ella es la que tiene interés, a mi juicio injustificado, en hacer uso de este piso. Se trataría de una cuestión de decencia el hablar directamente conmigo, pero no lo ha hecho", explicaba Eduardo sobre la que fue su mujer durante 23 años antes de abandonar el piso, situado en una lujosa urbanización de Pozuelo. Este es, por el momento, el último capítulo de esta guerra entre dos ex que todavía no tiene visos de llegar a su fin. "No entiendo por qué tiene empeño en que me vaya, porque ella tiene un domicilio donde vivir; no solo allí en París, sino aquí también", lamentaba Eduardo.

El principio de esta larga batalla entre Montserrat Gomendio y Eduardo Roldán comenzaba en 2012, justo después de que ella hubiese estrechado lazos con el que entonces era ministro de Cultura, José Ignacio Wert, y también su jefe. En octubre de ese año, Gomendio abandonaba el domicilio conyugal y también a su marido. Meses después llegaba la demanda de divorcio, interpuesta por ella. Casi al mismo tiempo, Montserrat se iba a vivir con José Ignacio Wert a un piso de la calle Joaquín Costa de Madrid.

Las medidas cautelares del divorcio, con fecha 20 de marzo de 2013, dictaminaron que el domicilio conyugal que Gomendio y Roldán habían compartido durante dos décadas sería disfrutado por ambos de manera alternativa en plazos de dos años. Ella no se mostró de acuerdo con dicha medida y el 12 de noviembre de 2014 recurrió ante la Audiencia Provincial de Madrid. Entre otras cosas, Gomendio solicitó que la vivienda de la discordia fuese para ella alegando que los dos hijos de la pareja, que ahora viven en Londres, iban a pasar periodos de tiempo con su madre en España. Además, también pidió una pensión para ellos. Ambas peticiones fueron desestimadas por el juzgado, que sí que mantuvo el periodo por el cual el exmatrimonio disfrutaría del piso de Pozuelo.

Una vista judicial eternamente aplazada

El ex de Gomendio rehízo su vida en el que antaño había sido su domicilio conyugal. Tenía derecho a permanecer allí hasta el 20 de marzo de 2015. Sin embargo, antes de llegar a esa fecha, Eduardo Roldán pidió una prórroga de un año para seguir viviendo allí. Su argumento para permanecer en el piso estaba claro: dado que su exmujer vivía en París gracias a un nuevo trabajo en la OCDE y cobraba un sueldo mayor que el suyo (64.175 euros frente a los 40.354 de él), además de que su patrimonio rondaría los 20 millones de euros, él pedía seguir habitando el piso, al menos, hasta 2016. Pedía, en definitiva, el uso y disfrute del domicilio conyugal hasta que cambiasen las condiciones laborales de Gomendio o hasta que se disolviesen los bienes gananciales, ya que la pareja se había casado en ese régimen hace ya 23 años. Los abogados de Gomendio se negaron y solicitaron, el 28 de abril de este año, el lanzamiento y entrega inmediata del inmueble a su cliente.

Ese fue el momento en el que Roldán presentó una oposición. El juicio que iba a dirimir si se podía alargar la estancia del ex de Gomendio en el piso se iba a celebrar en junio pero se acabó posponiendo hasta octubre. "Teníamos una primera vista fijada para el 3 de junio que, sorprendentemente, o no tanto, por petición de mi exmujer se postergó hasta el día 7 de octubre, pero el día anterior se volvió a suspender", declaraba él este viernes a 'Vanitatis'. Los aplazamientos han acabado propiciando que este viernes se ejecutase la orden de lanzamiento sin que se hayan llegado a valorar los escritos presentados por la defensa de Eduardo.

Bienes gananciales en tela de juicio

Además de la cuestión de quién habita el piso de Somosaguas, la particular guerra entre la mujer de Wert y su exmarido incluye también otro complejísimo proceso judicial: el reparto de bienes gananciales. Además del piso, la pareja también poseía una casa en el barrio londinense de Chelsea y otra en Cambridge. Ese otro juicio ha de decidir si se procede al reparto de bienes gananciales de la expareja. Actualmente, el juicio se encuentra recurrido en segunda instancia.

A lo largo del proceso incluso se han abierto investigaciones paralelas, ya que en octubre de 2013 el juez que dirimía el divorcio entre Gomendio y Roldán ordenó investigar hasta 18 empresas de la familia de ella en las que la propia Gomendio podía tener intereses económicos. El objetivo era determinar la participación de la mujer de Wert en dichas sociedades para hacer el reparto de bienes entre los excónyuges y para ello se abría un proceso de peritaje complejo. La razón: varias de las empresas que se investigan están domiciliadas en otros países, tal y como figuraba en la documentación a la que tuvo acceso en exclusiva 'Vanitatis'. Algunas de las compañías participadas por Gomendio operan en República Dominicana o Panamá, naciones catalogadas durante años como paraísos fiscales por la Hacienda española con los que en 2013 se firmaba un convenio para evitar la doble imposición. 'Vanitatis' se puso en contacto con el abogado de Gomendio para aclarar estos puntos, pero este rehusó hacer declaraciones.

Gomendio siempre ha aducido que gran parte del patrimonio, que se ha estimado en más de 14 millones de euros y el propio Eduardo calcula en 20, se labró antes del matrimonio y proviene de una cesión en vida de su adinerada familia, los Gomendio Kindelan. "Hay una primera sentencia de la división patrimonial que me es extremadamente desfavorable, por eso hemos apelado a la Audiencia", declaraba Roldán a 'Vanitatis'.

La historia de amor de Gomendio y Wert

Desde que comenzasen su relación en 2012, Montserrat Gomendio y José Ignacio Wert vivieron un amor que pasearon en un sinfín de viajes privados que se confundían con los públicos. Ella era, por aquel entonces, la número dos del ministerio que ocupaba su nueva pareja, la secretaria de Estado de Educación. Así fue cómo nació el romance. En octubre de 2013, ambos pasaron sus vacaciones de verano en la República Dominicana y se hospedaron en una de las dos viviendas que la familia Gomendio posee en la provincia de La Romana. El complejo urbanístico Casa de Campo, dotado de resort, varios campos de golf y numerosas villas privadas, es una de las lujosas propiedades que la saga Gomendio Kindelan posee allí.

Además de los viajes de carácter privado, Wert y Gomendio viajaron de forma oficial a la bodega Protos a finales de 2013, un desplazamiento que resultó polémico por alejarse de las competencias de la secretaría de Estado de Educación.

Si el noviazgo fue polémico, la boda no se quedó atrás. El matrimonio entre Montserrat Gomendio y Eduardo Wert se celebró el 11 de julio de este año en una finca, La Camarga, que supuestamente no poseía la licencia pertinente para acoger celebraciones nupciales. Sin embargo, al enlace acudió toda la cúpula del PP, incluido Mariano Rajoy. La finca se convirtió en un búnker protegido de periodistas en el que la pareja se casaba. A varios kilómetros de distancia, Eduardo Roldán seguía luchando por permanecer en un domicilio que ha tenido que abandonar este mismo viernes.

"Están congeladas todas las cuentas bancarias y todo mi patrimonio en gananciales también. He tenido incluso que pedir un préstamo para pagar una pericial para el proceso", afirmaba el ex de Gomendio poco antes de entregar las llaves y cerrar la puerta del domicilio que albergó a un matrimonio que acabó mal avenido.

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"Me he levantado esta mañana como todos los días hasta que han tocado el timbre y han venido a hacer el desahucio. Pasan y me informan de que tengo que dejar la casa, pero yo no tenía ningún tipo de notificación de ello". Con esa frase pronunciada ante las cámaras de 'Vanitatis' trataba de explicar y entender Eduardo Roldán, exmarido de Montserrat Gomendio, la que hoy es mujer del exministro José Ignacio Wert, el desahucio que lo obligaba a abandonar el domicilio que compartió con ella durante años en Prado de Somosaguas (Pozuelo de Alarcón). Eduardo se marchaba del que ha sido su hogar bajo la atenta mirada de un equipo de 'Vanitatis' formado por un cámara, un fotógrafo y dos redactores. Al otro lado, ocho personas (dos del juzgado de Pozuelo que lleva la causa, dos policías, un cerrajero y tres hombres que defienden los intereses de su exmujer) vigilaban de cerca un proceso que él calificaba de "ilegal".

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