Es noticia
Menú
El hijo de la marquesa de San Eduardo hereda título pero no joyería
  1. Noticias
se llama eduardo mAs

El hijo de la marquesa de San Eduardo hereda título pero no joyería

Su hijo mayor ha solicitado, según publicaba el BOE, el título de su madre. Eduardo Mas posee una empresa y siempre ha sido ajeno al mundo de joyas y 'glamour' de su familia

Foto: Eduardo junto a su madre y su esposa en un fotomontaje de Vanitatis
Eduardo junto a su madre y su esposa en un fotomontaje de Vanitatis

“Yo solo sé lo que es trabajar y trabajar… No sé de dónde se saca eso de que los nobles somos unos gorrones. La aristocracia tiene que trabajar y más en un momento como el que atraviesa ahora nuestro país”. Así sentenció en Vanitatis, allá por 2012 y en plena crisis, María Ignacia López de Soto, una de las joyeras con más solera de Madrid. La marquesa joyera, como muchos la llamaban coloquialmente, fallecía el pasado mes de mayo dejando por todo lo alto la reputación de la joyería San Eduardo, que había abierto en 1982. Su hijo mayor, llamado precisamente Eduardo, ha solicitado, según publicaba este martes el Boletín Oficial del Estado, el título que ostentaba su madre, aunque él poco o nada tiene que ver con el mundo de las joyas, ya que en ese aspecto es su hermano el que ahora se encarga del mítico local heredado, situado en la calle Ayala de Madrid.

TE PUEDE INTERESAR
La marquesa de San Eduardo: "Los nobles no somos unos gorrones"
Amparo de la Gama. Marbella

Discreto y ajeno a los medios o a esos titulares negro sobre blanco que sacaron en la prensa a su hermano Miguel cuando se convirtió en el director de la joyería de su madre, Eduardo ha optado por hacer menos vida social que los suyos pese a que también es amigo de gran parte de la alta sociedad capitalina.

Para muestra, un botón: cuando se casó con Ana Arauz en julio de 1990 en la iglesia de San Jerónimo el Real (enlace que, por cierto, se celebró en ese castillo de Viñuelas tan de actualidad gracias al 'sí quiero' de personajes tan opuestos a esta familia como Kiko Matamoros y Makoke), apenas apareció una pequeña crónica de las nupcias en los diarios más afines al universo nobiliario.

Una joyería legendaria

Ubicada en la calle Serrano y trasladada más tarde a Ayala, la joyería San Eduardo fue un empeño personal de la difunta marquesa, a la que todos llamaban Iñi en la intimidad. Ella, de carácter “alegre y parlanchín”, vio en el local un refugio tras su divorcio. “Era maravillosa, generosa y divertida. La mujer más generosa que he conocido en mi vida. Si estabas mal de ánimos, llegaba a mandar sándwiches o aperitivos. Solía ir con ella a los toros porque le encantaban”, recuerda a este medio Carmen Lomana, que es cliente habitual del local y una gran amiga de la familia. Cuentan los allegados a esta saga de nobles y joyeros que Edu, como se conoce al hijo de Eduardo era “su nieto favorito” y quizá por eso le inyectó esa querencia especial por el mundo de los toros.

Referentes de la alta joyería no solo en Madrid, sino internacionalmente, los Mas y López de Sa tienen entre sus clientes y amigos a gente como los Martínez- Bordiú, Kalina de Bulgaria, Margarita Vargas o Alfonso de Hohenlohe. Desde que está regentada por el hermano del futuro marqués, Miguel, esta orfebrería del 'glamour' se dedica a “rejuvenecer” las joyas de sus afamados asiduos. Medio año después de la muerte de la mujer que dio luz verde al proyecto, su hijo más discreto continuará el legado del marquesado de San Eduardo. Su brillo es más el de la sangre azul que el de los diamantes.

¿Tienes un dispositivo móvil iOS o Android? Descarga la APP de Vanitatis en tu teléfono o tablet y no te pierdas nuestros consejos sobre moda, belleza y estilo de vida. Para iOS, pincha aquí, y para Android, aquí.

“Yo solo sé lo que es trabajar y trabajar… No sé de dónde se saca eso de que los nobles somos unos gorrones. La aristocracia tiene que trabajar y más en un momento como el que atraviesa ahora nuestro país”. Así sentenció en Vanitatis, allá por 2012 y en plena crisis, María Ignacia López de Soto, una de las joyeras con más solera de Madrid. La marquesa joyera, como muchos la llamaban coloquialmente, fallecía el pasado mes de mayo dejando por todo lo alto la reputación de la joyería San Eduardo, que había abierto en 1982. Su hijo mayor, llamado precisamente Eduardo, ha solicitado, según publicaba este martes el Boletín Oficial del Estado, el título que ostentaba su madre, aunque él poco o nada tiene que ver con el mundo de las joyas, ya que en ese aspecto es su hermano el que ahora se encarga del mítico local heredado, situado en la calle Ayala de Madrid.

El redactor recomienda