¿Boda en la playa? Sigue estos consejos para acertar con tu vestido de novia

A la hora de organizar una boda hay muchos detalles que tenemos que pensar, todo tiene que encajar para crear un evento cargado de emoción, pero también de estilo. Uno de los más importantes es escoger el vestido de novia perfecto y para ello debemos tener en consideración numerosos factores. El primero de ellos es, evidentemente, a la novia, sus gustos, estilo y deseos, pero este no es el único factor a tener en cuenta.

Por ejemplo, si tenemos claro que queremos una boda en la playa, aunque podremos escoger cualquier vestido, hay algunas características que conviene tener presentes si queremos que el vestido ganador sea el más apropiado, entendiendo este término como aquel que nos haga sentir guapas, cómodas y seguras. Aunque todos son bellos, no todos los vestidos de novia resultan igual de confortables para una boda en la playa.

Antes de seleccionar el vestido con el que recorrer el pasillo que nos lleve al altar, conviene tener claros algunos detalles que pueden ser claves para ayudarnos a encontrar el más adecuado. Uno de ellos es la época en la que planeamos celebrar la boda, porque no es igual una boda de invierno que una boda de verano, sobre todo cuando estamos planeando celebrarla al aire libre.

Tampoco es igual organizar una boda de mañana o celebrarla al caer la tarde. Todos somos conscientes que al celebrar una boda junto al mar estaremos en un ambiente húmedo, por lo que si escogemos las horas más soleadas, necesitamos que nuestro vestido sea ligero, transpirable y no nos dé demasiado calor, evitando capas excesivas o mangas largas, pero también estilos más recargados o adornos extra.

Sí podremos optar por este tipo de opciones -siempre y cuando sea nuestro gusto- si la boda se celebra a última hora de la tarde, no solo porque las temperaturas suelen ser más suaves y eso nos permite llevar un poco de manga sin que esta resulte molesta, también porque con la luz del sol que nos regalan las últimas horas del día, los abalorios y adornos de este tipo lucirán más bellos, lo que nos invita a apostar por vestidos un poco más recargados, aunque sin excesos.

No podemos olvidar que las bodas en la playa siempre las asociamos con vestidos ligeros, son eventos un poco menos formales donde todos los invitados se muestran un poco más relajados, disfrutando de la brisa, el sol y la naturaleza. Por eso las telas escogidas para los vestidos de novia de playa suelen ser fresquitas y vaporosas, como chifón, la gasa o la seda, pero también se suele escoger detalles en encaje, guipur o chantillí.

Eso sí, no conviene que el vestido sea excesivamente ligero porque junto al mar es muy habitual el aire y la brisa, lo que puede jugarnos una mala pasada, es mejor que tenga poco volumen. El largo del vestido es otro de los puntos a tener en cuenta, porque si planeamos que toda la boda sea sobre la arena, no conviene que el vestido sea demasiado largo, esto hará que nos sintamos más incómodas. Si tras la ceremonia cambiaremos de lugar para la fiesta, podrás escoger cualquier largo.

Algo parecido sucede con los zapatos que escojas, porque lo cierto es que los de tacón alto no son la mejor opción para caminar por la arena. Una buena idea puede ser escoger unos zapatos planos o unas sandalias joya e incluso hay novias que escogen caminar hacia el altar descalzas. Después siempre puedes cambiarte y ponerte los zapatos de tus sueños. Ahora que ya sabes qué tener en cuenta a la hora de escoger tu vestido, solo queda ponerse manos a la obra, ¿te animas con una boda en la playa?