Las flores más usadas, la mejor inspiración para tu boda

Las flores son clave en la organización de una boda, porque nos ayudan a crear el ambiente elegante y romántico que se espera de este tipo de celebraciones. Por eso forman parte de la lista de imprescindibles que no conviene dejar al azar, que empleamos para crear una conexión entre el lugar del enlace y el de la celebración e incluso con los novios, por el ramo de flores que suele llevar ella en la mano o la flor en la solapa que suele colocarse él.

Una vez escogido el vestido de novia que más nos favorece y se ajusta a nuestra silueta, que tiene el estilo que queremos, con el diseño que más nos gusta y que será la estrella de la velada, tras haber decidido que no hay mejor lugar para celebrar el enlace que esa finca en Extremadura o un impresionante pazo en Galicia, toca pensar en el resto de los detalles y, entre ellos, escoger las flores adecuadas es uno de los más importantes.

Si quieres apostar sobre seguro, lo mejor es hacerlo por los clásicos, y para ello nada mejor que las rosas, flores que simbolizan el amor y que son las más habituales en las bodas. Ideales para ramos, para adornos florales y para centros de mesa, siempre quedan bonitas y siempre son un acierto. Las hay de tantos colores que pueden servirte para vestir una ceremonia clásica, escogiendo los tonos más tradicionales en blanco o rosa, un poco más atrevida, con los amarillos, rojos o azules.

También clásicas, pero un poco menos usadas son las peonías, aunque poco a poco han ido ganando popularidad hasta convertirse en una de tendencias del momento. Si estás interesada en conocer el lenguaje de las flores, las peonías simbolizan las acciones que asumen riesgos para obtener grandes recompensas, y expresan abundancia, prosperidad, riqueza y buena suerte según la tradición oriental.

Seguro que alguna vez has visto esas flores blancas, pequeñitas y delicadas que, a pesar de su aspecto están cargadas de personalidad y fuerza, estas son las paniculatas, y son unas de las claras favoritas en cualquier boda, no por nada se las llama también “velo de novia”. Ideales para los ramilletes con un toque más silvestre, esta es una flor muy discreta, pero también muy fresca, por lo que es complemento perfecto para cualquier ramo o arreglo.

Delicados, pero tan bonitos que merece la pena el esfuerzo, son los tulipanes. Expuestos a altas temperaturas, se abren, por lo que habrá que tener cuidado con ellos o evitarlos en las bodas de verano, pero quedan preciosos en los ramos, ya sea en solitario o acompañados de otras flores o de hojas verdes. Cada color tiene un significado diferente, pero todos ellos son símbolo del amor sincero, la pasión y el romanticismo, nada mejor para una boda.

Una de las flores más versátiles que existen son las margaritas, tanto como apoyo como convertidas en protagonistas de la decoración, pero si quieres que tus flores tengan un poco más de color y sean más llamativas, tal vez prefieras apostar por las gerberas, simbolizan la belleza y la inocencia y se relacionan con la pureza del primer amor. Son ideales para dar color al ambiente y gracias a las bodas vintage y rústicas son cada vez más demandadas, por su aspecto silvestre y desenfadado.

No existe ninguna norma que especifique si una flor es más adecuada para una boda que otras, pero siempre las que simbolizan el amor puro y duradero suelen ser las más utilizadas. Por supuesto, no hace falta que renuncies a tus flores preferidas solo porque no estén en esta lista, puedes conseguir resultados igualmente bellos con otros modelos, como hortensias, lavandas, orquídeas e incluso girasoles.