El ramo de novia ideal para cada boda según la estación del año

El vestido de novia es el que se lleva todas las miradas, pero es evidente que no hay look nupcial completo sin un buen ramo de flores. Estas se convierten en protagonistas de este tipo de eventos, pues aunque existen muchas alternativas, llenarlo todo de flores es la manera más sencilla de conseguir un espacio elegante, bonito y festivo. Nos ayudan a definir nuestra paleta de colores, ayudándonos a seguir las tendencias, le dan un aspecto más fresco y natural a todo y, además, aportan un aroma único.

Escoger el ramo adecuado para cada novia no siempre es tarea fácil, hay muchos factores a tener en cuenta, como los gustos personales de cada novia o la estética que se quiera lograr, al fin y al cabo no se preparan los mismos bouquets para una boda de aire minimalista que para una de estilo bohemio. No conviene perder de vista las flores de temporada, cada época del año es más propicia para unas determinadas variedades y, si lo que buscamos es un ramo bello y sostenible, esto es algo que conviene tener en cuenta. Por eso hay uno perfecto para cada estación.

Primavera, la época de las flores

Una boda de primavera cuenta con muchos factores a su favor, como un escenario maravilloso que regala la naturaleza, así como unas temperaturas suaves y agradables. Muchas flores se encuentran en su mejor momento, por lo que no es difícil encontrar alguna que sea del agrado de los novios, un poco más complicado será escoger solo las que más les gusten para crear esa decoración que convierta la zona en un lugar mágico.

Las novias más clásicas siempre pueden apostar por las rosas, una flor asociada con el amor y que además presenta una gran variedad de colores, por lo que esto nunca será un problema a la hora de crear un ramo personalizado. Sin embargo, hay otras opciones que pueden seducir a los protagonistas del evento, como los narcisos, de colores blancos y amarillos, los tulipanes, una hermosa flor con la que se consiguen preciosos y coloridos ramos, o los jacintos, que aportan un detalle diferente para las novias más especiales.

El sol y el mar definen el verano

Los colores de verano suelen ser de carácter frío, a nadie le sorprende que el azul sea uno de los más habituales, sin embargo, a la hora de construir los ramos de flores esto no es lo más importante, lo es que las flores puedan resistir las altas temperaturas sin marchitarse.

Las peonías son unas de las favoritas para los ramos de verano, gracias a sus intrincados patrones de pétalos y su gran belleza. Las bodas más románticas seguro que prefieren apostar por las calas, que son muy resistentes, pero las más rústicas encontrarán en las margaritas sus mejores aliadas. Las novias más originales pueden decantarse por los girasoles, cuyo característico amarillo supone el contrapunto ideal para los azules del verano.

La calidez de los ocres en otoño

No hay duda de que las bodas de otoño estarán marcadas por la luz tan característica de esta estación, los dorados, rojizos y ocres la potenciarán. Las flores en esta época del año no son tan abundantes como en la primavera, aunque siempre es temporada de rosas, por lo que no es raro añadirlas.

Más propios del otoño son los crisantemos, flores grandes que visten cualquier ramo, al que se le pude añadir un toque silvestre gracias a las gerberas. Cualquier ramo otoñal que se precie contará con la presencia de las dalias, elegantes y estilosas, y también es un buen momento para darles una oportunidad a las hortensias.

Blanco, frío y luminoso para el invierno

Una boda de invierno tiene un encanto especial y los colores blancos suelen ser los que más predominan. No es raro encontrar tulipanes también en estos, pues es una flor muy resistente, también parece un buen momento para incluir las orquídeas.

Gran variedad de colores tienen los ranúnculos, que están fabulosos en invierno, así como las gardenias, cuyas preciosas y delicadas flores blancas serán ideales para un ramo de novia invernal. Quienes estén preparando una boda navideña no pueden olvidarse del muérdago, tanto si lo quieren incluir en el ramo como si lo colocan en un rincón determinado de la celebración.

Las flores se convierten en las mejores aliadas a la hora de decorar una boda, escogiendo las adecuadas podemos lograr lo que deseamos, haciendo que el estilo del evento sea más concreto. Un ramillete de flores silvestres dejará claro que es una fiesta desenfadada, así como un buen bouquet de rosas grita a los cuatro vientos que el romance es lo primero para la pareja enamorada.

Dejarse aconsejar por los profesionales del sector puede ser esencial para saber cómo podemos conseguir lo que queremos, pero también dejar que sea nuestro corazón quien nos guíe a la hora de escoger.