"Es un orgullo que Ayuso y Montero luzcan mis prendas": Laura Corsini, diseñadora de Bimani

Es indudable que la popularidad de Laura Corsini se ha incrementado en el último año. Su marca, Bimani, se ha consolidado en la industria de la moda de nuestro país como un referente. Su boda, celebrada el pasado 30 de julio en Comillas, fue todo un acontecimiento social que reunió a nobleza y grandes figuras. Y gracias a su rol como influencer, suma (y sigue) adeptos en las redes sociales. Es más, durante este 2022, Laura ha conseguido despojarse del título de 'prima de', pausa para recordar que es prima de Belén Corsini, condesa de Osorno, y labrar su propio camino como empresaria, diseñadora e icono de estilo.

Apostamos que sabes quién es. Tiene 32 años, es la fundadora, CEO y directora creativa de Bimani, una firma que habita por igual en los roperos de Isabel Díaz Ayuso e Irene Montero, y por la que suspiran las invitadas perfectas de la jet set madrileña. Con un ADN muy definido, ahora su marca aspira a vestir a cualquier mujer, tanto para eventos como para el día a día. Comenzó en el sector hace 10 años confeccionando camisas en un tejido de crepé especial, uno que no se arruga, y a base de esfuerzo y tesón ha construido su pequeño imperio. "Surgió por una necesidad mía: buscaba y deseaba encontrar una blusa, una que de verdad me sentase bien, en una amplia gama de colores, y así nació Bimani", recuerda.

Sus básicos se venden como churros, en especial aquellas primeras blusas, y gracias a ese éxito, Laura Corsini y su equipo pueden permitirse el lujo de empezar a jugar con la moda y lanzar colecciones cápsulas tan increíbles como Sunset Boulevard. Los que, como una servidora, conocen los inicios de la firma saben que las piezas con prints cuajadas de lentejuelas que protagonizan la línea suponen un antes y un después en el recorrido de Bimani. "La nueva colección está dirigida a mujeres sofisticadas que buscan un look de invitada especial y después combinar las prendas con algo más 'casual' para cualquier día", cuenta Corsini.

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"Trabajamos con un único objetivo: llegar a todo tipo de mujeres". De ahí se entiende que políticas de ideologías totalmente contradictorias, como son Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, e Irene Montero, ministra de Igualdad, escojan sus prendas para acudir a actos públicos.

"Para mí es un orgullo. Que las dos vistan de Bimani constata que la marca no está encasillada y es para todas las mujeres", puntualiza. "Es curioso, porque esto es muy criticado y criticable. Cuando una de ellas luce uno de nuestros vestidos, me llueven los mensajes de clientas insatisfechas, tanto por Ayuso como por Montero. Al final, para la marca es un altavoz buenísimo y yo estoy encantada", confiesa la diseñadora.

Laura Corsini aspira a seguir expandiendo la firma entre nuestras famosas y un día colarse en el fondo de armario de Letizia: "La Reina es la mejor representante de la moda española. Muchas personas me preguntan cómo puede ser que todavía no haya llevado un modelo de Bimani y yo sé que lo luciría estupendamente". Apunta que Isabel Preysler es fan de sus zapatos y su deseo sería que se enfundase en uno de nuestros trajes: "Es una de esas mujeres icónicas a las que me encantaría vestir".

Meses después de su boda con el empresario Javier Ibáñez, sigue recogiendo los frutos en forma de felicitaciones y venta de looks en tiendas y shop online. Un enlace celebrado el 30 de julio en Comillas con tres atuendos de novia y la presentación de una macrocolección para invitadas con sus amigas y las mujeres de su familia como aliadas: "Vestimos a unas 80 invitadas, fue un proyecto muy bonito e ilusionante, y al mismo tiempo un auténtico jaleo. Cada una de mis amigas, hermanas o cuñadas tenía una idea de atuendo y queríamos dar rienda suelta a sus sueños, sin que las prendas perdiesen el alma de Bimani".

A partir de los ideales de las invitadas, Laura y su equipo esbozaron un boceto; después, unas cuantas muestras con la diseñadora como modelo, y finalmente, el traje definitivo sobre cada una de las protagonistas. "Hemos aprendido mucho. Tuvimos que ponernos las pilas en cuestión de meses, aunque es cierto que hoy tenemos parte del trabajo hecho: todos esos estilismos se pueden comprar en nuestras tiendas", señala.

Incluso el tercer look de novia de la propia Corsini, un conjunto de dos piezas confeccionado en un tejido de lentejuelas de color blanco formado por una blusa con lazada al cuello y un vestido recto de largo midi.

Otra de las consecuencias del boom mediático en torno a su enlace ha sido el cambio de actuación en Instagram: "A raíz de la boda, empecé a agobiarme con la gestión de las redes sociales y la dependencia que generan".

En ese momento, Laura Corsini decidió parar y recapacitar sobre su rol como influencer. Para no caer en el error de mezclar publicaciones personales con las profesionales, "abrí una cuenta con mi nombre, @Mrslauracorsini, y allí narro mi día a día de una forma más natural y espontánea", y sobre todo, sin restarle protagonismo a las novedades de Bimani.

La empresaria forma parte de un sector, el de la moda, que mira con optimismo y preocupación al mismo tiempo: "Los diseñadores españoles de toda la vida, los que yo considero como maestros, por fin están haciendo ruido para demostrar el valor que esconden sus piezas y tenemos que ayudarles".

Para Laura, la industria de la moda en nuestro país va por buen camino a excepción de la problemática en los talleres. "Cada vez son menos los talleres artesanales que se mantienen en España y es una pena. Entre todos deberíamos reactivar el sector, dar formación, montar talleres y fomentar la artesanía", sentencia Corsini.