Novias con velo corto: reglas de estilo, cómo llevarlo y claves para acertar

Es uno de esos complementos nupciales tan clásico como moderno que lleva instalado en el vestidor de la novia desde tiempos ancestrales y que, gracias a sus continuas actualizaciones, permanece inalterado como imprescindible. Al menos para esas mujeres que dicen sí al velo para su boda. Dentro de su categoría de accesorio, existen diversidad de modificaciones y variaciones para adaptarlo al gusto y la personalidad de la novia.

De los largos que quedan arrastrando por encima de la cola, las mantillas tradicionales que se lucen con orgullo como reliquia familiar, pasando por modelos bordados, repletos de encaje o con incrustaciones de pedrería, hasta los nuevos y más tendencia, los velos cortos. Sobre cómo llevarlo, cuáles son sus reglas de estilo y las claves para acertar portándolo en la cabeza, vamos a hablarte en profundidad.

Con unos parámetros de diseño muy definidos y característicos, apunta, los velos cortos (también llamados 'blusher') suelen tener una longitud que queda a cierta altura en los hombros y la cintura, y nunca, sobrepasan ese margen, una estructura voluminosa y una confección basada en tejidos con cuerpo como el tul, apostar por un ejemplar así es sinónimo de apostar por un detalle que marcará la diferencia en el look nupcial.

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"Es conveniente saber que lo más importante de un velo es que vela la cabeza, pero no la espalda, y que la posición real de un velo es encima de la coronilla", detalla Ana García Gayoso en su libro 'Manual para organizar una boda perfecta'. Ahí es donde, precisamente, se colocan los velos cortos. "Para que flote, no se puede horquillar directamente sobre la cabeza. Todos los velos deben ir cosidos en una horma", añade la experta.

En este punto es cuando, diademas, pasadores, broches y otros accesorios para el pelo entran en juego como complemento imprescindible del propio velo. ¿Los mejores aliados de los velos cortos? Horquillas con púas que, una vez colocadas, quedan ocultas, o diademas voluminosas.

Por lo general, dado su estilo marcado y su diseño particular, el velo corto se lleva siempre cubriendo el rostro y se retira una vez transcurrida la ceremonia. Aunque elegante y clásico, en la práctica inyecta ese toque de modernidad y frescura que buscan muchas novias para el día de su boda.

No suelen incluir pedrería, bordados u otros adornos, y su silueta e imagen tiende a la sencillez, que no a la simpleza. Debido a esta razón, prácticamente casan con cualquier estilo de look nupcial o modelo de vestido, aunque las líneas depuradas son la mejor baza para no cometer errores de estilo garrafales. Siempre que su portadora tenga claro que su deseo es lucir un velo corto, podrá hacerlo con acierto.

En cuanto al peinado, las novias que hemos fichado en las redes sociales y que nos sirven como guía y fuente de inspiración, apuestan por su melena suelta. Más larga o corta, pero al aire y con un moldeado lo más natural posible. ¿La única concesión? Un semirecogido alto y en la cumbre del mismo, el velo corto colocado ahí, en la coronilla de la cabeza.

"A mí me gustan las novias que mantienen el velo durante el almuerzo o la cena y la apertura del baile, ya que estéticamente es una maravilla la estructura de una cabeza velada con el velo cayendo sobre los hombros junto con el traje", señala Ana García Gayoso. Este consejo cobra mayor fuerza con los velos cortos. A diferencia de los kilométricos, su longitud no impide que la novia se mueva, desplace y baile con libertad.

En cualquiera de los casos, la decisión de llevar o no velo, es tan personal como el estilo de cada mujer. La tendencia, los velos cortos, está ahí para ayudarte a componer ese look nupcial de tus sueños.