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El vestido de novia de Irene: estilo vintage, mangas abullonadas y cola XL de tul
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El vestido de novia de Irene: estilo vintage, mangas abullonadas y cola XL de tul

Esta malagueña presumió de estilo y de lookazo el día de su boda. Un vestido de novia increíble aderezado con una ristra de complementos singulares. Descúbrelo

Foto: El vestido de novia de Irene. (Instagram/@aortizphoto)
El vestido de novia de Irene. (Instagram/@aortizphoto)

A diario buceo por Instagram en busca y captura de nuevos estilismos nupciales que, después, protagonicen las páginas de Vanitatis. Es difícil, el desfile es abrumador. Por únicos, por rompedores, por transgresores, todos logran conquistarme y, consecuencia directa, colarse en nuestro listado de novias reales. El vestido de Irene es de esos que descubrí por casualidad y que, desde el encontronazo, no pude quitarme de la cabeza.

Es sofisticado, elegante y completamente diferente al resto de trajes de novia que circulan en las redes sociales. Justo la idea de partida que tenía esta andaluza cuando comenzó a imaginar cómo sería su look nupcial. "Quería un vestido que no fuera parecido a ningún otro que pudiera haber visto", explica Irene. Obvio, lo logró.

placeholder El vestido de novia de Irene. (Instagram/@aortizphoto)
El vestido de novia de Irene. (Instagram/@aortizphoto)

Pausa para fechar y localizar su boda. Irene y Javier se conocieron doce años antes. Él, gallego, y ella, como hemos avanzado, malagueña, estudiaron la carrera de Odontología en Madrid. Ahí, en la capital, sus caminos se cruzaron y quedaron unidos para siempre. "La petición de mano fue el 5 de diciembre de 2021 en Nueva York, uno de los días más felices de mi vida", confiesa la novia. El 29 de octubre de 2022 se dieron el 'sí, quiero'.

El enclave, Málaga, la ciudad natal de Irene y el lugar donde, paralelamente a la organización de su enlace, estaban montando una clínica dental: "El mismo mes de la boda abrimos nuestra propia clínica en Fuengirola, la gente nos decía que estábamos locos en hacer todo a la vez, pero la ilusión por ambos proyectos era tan grande que no nos importó".

placeholder El vestido de novia de Irene. (Instagram/@aortizphoto)
El vestido de novia de Irene. (Instagram/@aortizphoto)

La iglesia de San Juan Bautista, ubicada en el casco antiguo de Málaga, acogió a los 240 invitados de Irene y Javier venidos de todos los rincones del país. Antes de ese momento, la odontóloga decidió recluirse con sus padres y hermanas en un hotel cercano para disfrutar en familia de la mañana de su boda y vestirse junto a las mujeres más importantes de su vida. Para esos instantes previos entre risas, maquillaje y peluquería, Irene se enfundó en el traje de novia de su madre. "Nunca olvidaré la emoción de mi madre al verme con él".

Tocaba salir camino del templo y el padrino entró en escena. "Recuerdo la mirada de mi padre cuando apareció en la habitación y me descubrió vestida de novia. Ya en la puerta de la iglesia, al bajarnos del coche, la gente que estaba en las inmediaciones empezaron a aplaudirnos y ahí fue cuando me di cuenta de que me esperaba el paseíllo más corto y largo de mi vida. Iba con una sonrisa de oreja a oreja porque estaba feliz de poder casarme con el hombre de mi vida", narra. Un momento único con un lookazo de impresión.

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El vestido de novia de Irene. (Instagram/@aortizphoto)

La artífice de su vestido es Paloma, fundadora y directora creativa de Reguillo Studio, una marca nupcial emergente que está dando mucho que hablar. Es una joven diseñadora que, curiosamente, ha encontrado en las divas de los años 50, las alfombras rojas de la época dorada y la estética vintage la inspiración necesaria para dotar de una identidad clara y definida a sus trajes de novia. Como ejemplo, el vestido de Irene.

"Una mañana me saltó en Instagram un diseño de Paloma que me llamó la atención. Acababa de sacar su primera colección, me puse en contacto con ella por correo electrónico y en su respuesta noté algo diferente. Quizás la frescura e ilusión de su propio proyecto me hicieron verme reflejada con respecto a la clínica. Hicimos la primera prueba online y conectamos mucho. Me preparó tres bocetos y uno de ellos me enamoró. Aluciné que con solo una entrevista Paloma pudo entender lo que me apetecía", comienza a relatar la odontóloga sobre el proceso de creación de su atuendo nupcial.

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El vestido de novia de Irene. (Instagram/@aortizphoto)

"Paloma me preguntó que si me atrevía con una cola de tul larga y le dije que sí, que adelante y empezamos con ello", cuenta. Un precioso camino con trenes de ida y vuelta entre Málaga y Madrid que Irene exprimió al máximo: "En la primera prueba de patrón, ya me quedaba perfecto el cuerpo y no era ni con la tela final. Seleccionamos el tejido y comenzaron a confeccionar el vestido. Según avanzaba, me gustaba más y más".

De aires retro, como si fuese de otra década, el vestido de novia de Irene resultó ser un diamante. Tejido satinado, cuello a la caja, mangas abullonadas hasta el codo rematadas con botones joya, detalle de banda plisada lateral con cierre de lazo, corte en la cintura, falda recta con el bajo en silueta 'A', abertura trasera y, como colofón, una impresionante cola formada por capas y capas de tejido de tul.

placeholder Los complementos de novia de Irene. (Instagram/@aortizphoto)
Los complementos de novia de Irene. (Instagram/@aortizphoto)

Una prenda que, por sí sola, sería estrella de la estampa nupcial de la malagueña y a la que sumó una serie de accesorios que elevaron el conjunto. Unos guantes de ópera fabricados en el mismo tejido que Irene lució solo para la ceremonia religiosa. Unos pendientes de diamantes, parte del joyero de su abuela, que "tenían ese guiño antiguo que me encantaba", declara. Su anillo de pedida, una sortija de la joyería Suárez que Javier le regaló el día de su compromiso matrimonial.

Sorpresa en el calzado. Del blanco impoluto del traje al contraste con el elegante y clásico negro de sus destalonados de Chanel: "No quería comprar unos zapatos blancos porque luego no me los iba a poner y decidí llevarlos negros que además otorgaban una imagen especial al look". En concreto, la odontóloga escogió el modelo Slingback de la maison francesa revestido en piel de cabra y seda, todo en negro, y a la venta por 960 euros.

placeholder El vestido de novia de Irene. (Instagram/@aortizphoto)
El vestido de novia de Irene. (Instagram/@aortizphoto)

Su ramo de rosas blancas de tallo largo atado con un lazo blanco de Susana Sánchez, misma artista a cargo de la decoración floral en el banquete, y el velo que brotaba de su moño bajo completaron el outfit de novia.

Convertidos en marido y mujer, y en compañía de sus familiares y amigos, Irene y Javier se trasladaron hasta el Palacio del Limonar, una finca privada ubicada dentro de un lujoso barrio residencial de Málaga y a unos escasos 15 minutos de la iglesia. Allí disfrutaron del cóctel de bienvenida y de una comida servida por Quilicua Catering. "Fue un día cargado de detalles, con muchas flores y la celebración de una gran fiesta entre nuestros seres queridos, una boda como tantas veces habíamos imaginado". Y como en los mejores enlaces, con el vestido de la novia como protagonista.

A diario buceo por Instagram en busca y captura de nuevos estilismos nupciales que, después, protagonicen las páginas de Vanitatis. Es difícil, el desfile es abrumador. Por únicos, por rompedores, por transgresores, todos logran conquistarme y, consecuencia directa, colarse en nuestro listado de novias reales. El vestido de Irene es de esos que descubrí por casualidad y que, desde el encontronazo, no pude quitarme de la cabeza.

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