La novia que se casó con un vestido vaporoso de inspiración medieval para su boda campestre en la sierra de Madrid

A Lucía y a Álvaro les unió su profesión. "Los dos somos arquitectos. Nos conocimos trabajando juntos en un estudio de arquitectura en Madrid y nos hicimos muy amigos. Cuando él se fue porque encontró otra oportunidad mejor, seguimos en contacto, pero no fue hasta el verano de 2019 que empezamos a hacer muchos planes juntos. Desde ese verano ya no nos separamos, compartimos profesión, muchos gustos y aficiones y fue muy especial enamorarnos desde la amistad".

Amigos antes que pareja, al tiempo que el noviazgo avanzaba y se consolidaba, llegó la petición de mano. "Fue en septiembre de 2023, durante un viaje a Vietnam, cuando llevábamos cuatro años de relación. Me regaló un precioso anillo de esmeralda, mi piedra favorita, en una noche bajo las estrellas navegando por la bahía de Ha-Long".

Cuando anunciaron su compromiso matrimonial, Álvaro y Lucía fijaron la fecha de su boda. "Se celebró el 27 de septiembre de 2024. Tanto la ceremonia civil como la celebración fueron en la finca El Gasco, en Torrelodones, Madrid". Conocida por ser la finca de 'La casa de papel', como seguro sabrás, en esta casa señorial se rodó la primera temporada de la exitosa serie de Netflix. Una finca ubicada en la sierra madrileña que sirvió de escenario para el enlace campestre de esta pareja de arquitectos.

Ellos organizaron su día sin la figura de un wedding planner. "Sí que tuvimos una gran ayuda el día de la boda: Rocío de la finca El Gasco. Nosotros nos encargamos de todos los detalles, incluida la papelería de la boda, que diseñamos nosotros y le dio un toque muy personal".

Convocados sus 170 invitados, Lucía dedicó todo su tiempo y esfuerzo en encontrar la diseñadora ideal para su vestido de novia. "Siempre me había imaginado como una novia muy romántica, con flores en el pelo y un vestido delicado y fluido que se deslizara sobre un jardín. Una reinterpretación actual que pudieran haber llevado las hermanas Bennet de 'Orgullo y prejuicio', natural y muy bucólico".

La respuesta a todo lo que había imaginado estaba en el atelier de Raquel López, una diseñadora de Guadalajara que daría vida al traje nupcial soñado por la arquitecta.

"Acudí al taller de Raquel López tras seguirle la pista en Instagram a un vestido suyo de una tela maravillosa con muchísimo movimiento". Ubicado en la calle Wenceslao Argumosa, 4, (Guadalajara), a 40 minutos del centro de Madrid, allí acudiría la novia para cada prueba. "En la primera visita, tardamos muy poco en dar con el vestido. Ella es muy cercana y enseguida congeniamos", cuenta.

"Tenía claro que quería la bambula de seda por la que había llegado a su taller para la falda, muy suelta y con mucho movimiento. Le añadimos el detalle del volante en el bajo, que quedaba muy romántico", detalla Lucía.

"Para el cuerpo del vestido quería algo muy ceñido, de cintura alta y escote 'off shoulders'. Raquel tenía una preciosa seda bordada con hilos de plata de la que me enamoré al instante. Decidimos hacer un cuerpo drapeado con unas mangas largas, muy sueltas y exageradas, rematadas en unos preciosos puños bordados. Raquel añadió los pequeños volantes desflecados sobre el escote y los hombros que le dieron un toque muy especial", explica la arquitecta.

¿El resultado? Un vestido de novia vaporoso y romántico de inspiración medieval que fue mucho mejor de lo que Lucía había ideado. "Fue impresionante. Las dos telas juntas encajaban a la perfección y la confección era impecable", sentencia.

Faltaba seleccionar los complementos y en el caso de las joyas, Lucía tenía claro cuáles llevaría el día de su boda. "Antes de tener el vestido, sabía que iba a llevar un conjunto de pendientes y anillo de aguamarina que fueron de mi abuela, me hacía mucha ilusión".

En cuanto al calzado, dos pares. "Para los zapatos elegí el modelo Tirsa de Flordeasoka que personalicé en terciopelo marfil. Preciosos y muy cómodos. En la fiesta los cambié por unas divertidas botas doradas de Mint & Rose que combiné con un choker de cristales diminutos de Sach Atelier que parecía hecho para mi vestido".

Por último, el ramo. "Quería algo muy natural y sencillo, que congeniara perfectamente con el vestido y el entorno, algo no demasiado elaborado. Las chicas de Un patio con flores lo entendieron a la primera. El ramo era largo, con bastante verde y lo coronaban preciosas rosas Austin en diferentes tonos, como si lo hubiera recogido yo misma".

Un look nupcial redondo que no hubiera cobrado vida sin la ayuda de una persona. "En este viaje me ha ayudado mi amiga Leti, ella es estilista, me conoce a la perfección y tiene un gusto increíble".

El día de la boda, Lucía se arregló en la finca. "Me maquilló y me peinó mi amiga Alba Nieto, que tiene unas manos y un gusto increíbles. Siempre recurro a ella en ocasiones especiales porque me conoce perfectamente. No pudo rematar mejor el look que con esas ondas de sirena y un semirecogido decorado con flores. Para el maquillaje, optamos por tonos rosas y naturales".

La arquitecta nos cuenta los detalles del look del novio. "Iba impecable en un traje a medida de Mansolutlety en azul marino con chaleco en cashmere que combinó con unos elegantes zapatos de Berwick y una corbata en seda de Old Jeffrey".

Lucía recuerda que, "la boda fue mucho más especial de lo que habíamos imaginado. Poder juntar a tantos amigos y familia en un entorno tan bonito, escuchar sus discursos cargados de emoción y ser conscientes del cariño que se respiraba ese día fue increíble".

"La ceremonia civil la ofició mi hermano, la hizo muy personal y emotiva y no hubo ninguno de nuestros invitados al que no se le escapara una lágrima", confiesa.

Tal y como constata el reportaje fotográfico de la pareja, "la finca El Gasco es un sitio precioso, no es un salón de bodas, concepto del que huíamos completamente, es una casona antigua con muchísimo encanto y diferentes espacios y jardines. Como sacada de una novela de época que le daba sentido a todas las ideas que nos imaginábamos. Toda la decoración y los detalles que estaban en nuestra cabeza encajaron a la perfección en la finca: las flores muy silvestres y naturales que combinaban perfectamente con el entorno y parecía que habían crecido en los jardines, la iluminación nocturna que bañaba la cena en un cielo de planetas infinitos, las mesas con detalles muy románticos y personales, el grupo de cuerda que amenizó ceremonia y coctel con nuestros temas favoritos, el seating plan impreso en tela y colgado en la fachada de la casona con un pequeño jardín a sus pies...".

Como obsequio a sus invitados, "realizamos una donación a Unicef que les entregamos en forma de tarjeta con la frase: 'Contigo no me brillan los ojos, me brilla la vida'", explica la novia al hablar de su regalo solidario.

Dos sorpresas más. "Contamos con el 'live art' de Holyhoneydolls que dibujó unos preciosos figurines de nuestros invitados, y creamos un 'flower bar' con toda la decoración floral de la boda y nuestra familia y amigos estaban encantados de poder llevársela".

"El catering corrió a cargo de Brunoise. Tanto el cóctel como la cena estaban deliciosos y la atención del staff fue impecable". ¿Cuál fue el menú? Ravioli de burrata, tomate seco y pesto verde, parmesana y tartar de tomate; sorbete de mojito; solomillo de ternera con pimientos de piquillo, pastel de patata y jugo de carne, y por último, milhojas de mascarpone con frutos rojos.

Tras el primer baile como marido y mujer al ritmo de 'Your song' de Elton John, sonó 'September' de Earth, Wind and Fire, "el tema favorito de mi padre que bailamos juntos y fue una sorpresa muy divertida".

Como fin de fiesta, sus amigas Rosa y Adriana acabaron pinchando. "Conocidas en el mundo del clubbing y de grandes festivales de música como Two Ex., no podíamos acabar un día tan especial de otra forma que no fuera bailando con una de sus sesiones junto a toda la gente que queremos".

Tras la experiencia vivida, Lucía lanza unos consejos para futuras novias. "Que el día de la boda deleguen en los proveedores, disfruten de su pareja y se dejen llevar por la emoción que todo pasa muy rápido. Que no duden en recurrir a su familia y amigos durante el proceso que es muy divertido y especial. Que sean ellas mismas en la elección de los detalles y el vestido y no se dejen llevar por las tendencias con las que nos bombardeamos en redes".