La boda de Lara en Asturias y su vestido de novia: un dos piezas con chaqueta bordada y unos tacones de la marca española que arrasa
Al son de las gaitas y con el 'Asturias Patria Querida' como banda sonora del 'sí, quiero', Lara e Ignacio celebraron un precioso enlace en Gijón
Es difícil, que no imposible, que los caminos de una asturiana y un malagueño se crucen. Separados por casi 1000 kilómetros de distancia, Lara e Ignacio se conocieron durante sus años universitarios y desde ese momento, no volvieron a separarse más. "Coincidimos en la misma residencia de estudiantes el primer año de carrera". Catorce años después, entonaron el 'sí, quiero' en Gijón, Asturias.
"La pedida de mano fue por sorpresa en un viaje a París, el 22 de enero de 2022. Acompañábamos a mis padres a una feria para comprar productos para las librerías y allí me lo pidió, justo enfrente de la Torre Eiffel", recuerda Lara.
Aunque la pareja decidió irse a vivir a Málaga, la ciudad natal del novio, para celebrar sus nupcias, viajaron hasta Gijón. La enfermera y el farmacéutico, que están al frente de una farmacia en la capital de la Costa del Sol, no dudaron que su boda sería en Asturias.
Tampoco titubearon con la fecha: 23 de junio de 2023, la noche de San Juan. "Nos casamos un 23. Para nosotros es un número muy importante, ya que empezamos a salir un 23 y todas las cosas nos ocurren un 23". La ceremonia religiosa en la parroquia Mayor de San Pedro Apóstol en Gijón y después, la celebración en el Palacio de la Riega, todo, con vistas al mar.
Para organizar su enlace, Lara e Ignacio contaron con la ayuda de Patricia Gárate, la wedding planner detrás Peonías Eventos. "Además, tuvimos la gran suerte de que Patricia estuviera ese día con nosotros. Para nosotros contar con una wedding planner resultó ser una de las mejores decisiones en torno al gran día, ya que no tuvimos que preocuparnos por nada y te da mucha tranquilidad. Patri es encantadora y congeniamos a la perfección desde el primer día que nos conocimos en sus oficinas de Madrid".
"Imaginamos nuestra boda tal y como fue, una fiesta increíble con los más íntimos. Teníamos miedo de no ser nosotros por ser muy vergonzosos, pero no sabemos como, ese día, te olvidas de todo y disfrutas como el que más".
Con la boda en marcha, Lara dedicó todo su tiempo y esfuerzo a su vestido de novia. "No tenía ninguna idea y me planté en el taller de From Lista With Love con una única premisa: quería un look que despertase el efecto WOW".
Macarena Gavira y Javier Zumárraga son el tándem que diseña y ejecuta los vestidos de novia a medida de From Lista With Love en su taller ubicado en el barrio de Aravaca en Madrid. Con el lema 'arquitectura en movimiento' como filosofía, la pareja de diseñadores construyó para la enfermera un vestido de novia que, como ella soñaba, dejó con la boca abierta a todos sus invitados.
"Mi diseño es de From Lista With Love. No tenía nada claro el vestido, simplemente les dije, quiero que cuando me vean piensen WOW y llevar una tela especial. Empezamos a hablar y sabía que quería la espalda abierta y el pecho tapado, y en un instante teníamos el vestido de mis sueños", cuenta la novia.
Un look de dos piezas conformado por una chaqueta joya bordada con pedrería y un vestido nupcial minimalista que, según nos detalla Macarena Gavira, se inspiró en la moda del pasado. "Para el traje de novia de Lara, From Lista With Love buscó inspiración en los looks más icónicos de Jacqueline Kennedy de los años 60 y también en los trajes creados por Givenchy para Audrey Hepburn en la misma época", señala.
La diseñadora nos cuenta, en detalle, como fue el conjunto nupcial que Lara lució en su enlace con Ignacio. "Lara llevaba un traje de dos piezas con falda recta en crepe y chaqueta de chantilly bordada con pedrería en forma de dibujos geométricos. Llevaba además una cola postiza que se quitaba pasada la ceremonia". A juego con esa cola de tul desmontable, un velo que brotó de su moño bajo.
Sin querer robarle protagonismo al traje, la asturiana seleccionó los complementos con mimo y cuidado. Empezando por los zapatos: unas sandalias de Flordeasoka, la marca española que calza a todas las novias.
Forradas en terciopelo de color azul brillante, Lara se decantó por el par Margot, unas sandalias con detalle de óvalo en la pala, tacón dorado en bloque de 9 centímetros y pulsera con cierre de hebilla lateral. ¿Su precio? 285 euros.
"Nuestras alianzas eran de Suarez, así como mis pendientes y mi anillo de pedida. Quería joyas sencillas que pudiera ponerme en el día a día y como el vestido ya destacaba bastante, no quería ir muy cargada de accesorios. Sobre las alianzas puntualizar que las diseñamos nosotros junto a Giovanna, Senior designer de Suarez y les pusimos diamantes en el interior", explica Lara.
El ramo de novia, cierra el outfit nupcial de la asturiana. "El ramo era en cascada, en tonos verdes y blancos. Lo mismo que con las joyas, quería algo sencillo, porque quería que el vestido fuera el único protagonista".
Por su parte, el novio, Ignacio, llevó un chaqué clásico de Bund Company, zapatos de Lottusse, reloj de Rolex y gemelos de Montblanc.
El día de la boda, Barbareando se encargó del peinado, un moño bajo trenzado, y Lorena Carbajal, del maquillaje, natural y luminoso. "Vivimos los preparativos en el hotel Môderne de Gijón. Contratamos un coche clásico, concretamente un Cadillac con Alcucar, siempre me había hecho ilusión llegar a la iglesia en un coche especial como si yo ese día fuese una princesa. A la ceremonia religiosa me acompañó mi padre, que recuerdo una anécdota de ese día muy graciosa; cuando todo el mundo se había ido para la iglesia y solo quedábamos mi padre y yo, de repente me di cuenta al verme en el espejo que no me habían puesto el velo, y tuvo que ser mi padre el que me lo pusiera", rememora.
Una vez que la novia y su padrino pusieron un pie en las inmediaciones de la parroquia, dio comienzo la ceremonia. "Las flores en la iglesia y en la finca fueron de El Invernadero. Como era la noche de San Juan, tenía claro que quería velitas en las mesas y en el jardín y que las flores tuvieran un toque buganvilla y rosa que me encanta y me parece muy alegre".
La banda sonora dentro del templo, un cuarteto y una soprano, la puso Tesitura. "A la salida de la ceremonia pusimos las gaitas de Villa de Xixón tocando el 'Asturias Patria Querida'. Como buena asturiana que soy, tenían que estar sí o sí en la boda".
Convertidos en marido y mujer, Lara e Ignacio, acompañados de sus invitados, se trasladaron hasta el Palacio de la Riega. "Para la decoración de la boda, teníamos claro que queríamos decorar el techo con pequeñas luces, ya que entramos al banquete con la canción 'A Sky full of stars', de Coldplay. Entonces, El Invernadero, nos llenó el techo con cestos con plantas y luces. Global Rent se encargó de iluminarnos el balcón y la terraza con el manto de luces que para mí era imprescindible, como te digo, me apetecía que fuera especial por la noche que era".
"A las invitadas les regalamos unas pashminas italianas personalizadas con sus iniciales bordadas, y a los invitados, les regalamos unas Moscovitas. Además, pusimos alpargatas y también unas bolsitas de tela personalizadas que ponían 'Que todas las noches sean noches de boda y que todas las lunas sean lunas de miel' con un 23 dentro, nuestro número de la suerte", detalla la novia.
Durante el cóctel, Día de Jazz amenizó la tarde. "Nuestro DJ fue David Motilva y con su empresa de eventos Siapro se encargó de la iluminación tanto de la zona de baile como la de la cena".
Una vez concluido el banquete con un menú de catering Manzano, "Ma petite patisserie desplegó una mesa dulce con una pared de donuts, cupcakes y como no, vasitos de arroz con leche, para que los invitados probasen la gastronomía asturiana".
"Recuerdo el primer baile con mucha nostalgia. Lo abrí con mi padre, con la canción de 'My girl' de The Temptations y a continuación bailé con mi marido la canción 'I can't take my eyes off you', la versión de Frank Sinatra".
"Como consejo a futuras novias les diría que, aunque suene a tópico, disfruten mucho de ese día porque las horas pasan volando. Cuando te das cuenta está acabando el día que tantos meses estuviste preparando. Aparte, les diría que no escuchen a nadie ni se comparen con otras, que hagan y pongan en su boda lo que les apetezca realmente. Y como último consejo, si pueden contraten una wedding planner para ese día, que lo hagan, porque hacen que no tengas que pensar nada más que en ti y en disfrutar", concluye Lara.
Es difícil, que no imposible, que los caminos de una asturiana y un malagueño se crucen. Separados por casi 1000 kilómetros de distancia, Lara e Ignacio se conocieron durante sus años universitarios y desde ese momento, no volvieron a separarse más. "Coincidimos en la misma residencia de estudiantes el primer año de carrera". Catorce años después, entonaron el 'sí, quiero' en Gijón, Asturias.
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