La boda de Elena en un palacio de Asturias y su vestido de novia desmontable

El amor siempre triunfa. Este podría ser el título de una película y el lema de vida de Elena y Matías, los novios protagonistas del día. Ella, de 32 años y natural de Asturias, y él, nacido al otro lado del charco, en Perú, de 33, tuvieron que sortear varios obstáculos hasta llegar al día de su boda. "Intentamos casarnos en 2022, pero la vida, con su inquebrantable guion, nos presentó otra dificultad", explica Elena. Otra, porque tras la petición de mano vivieron el primer escollo.

Pero antes, descubramos cuándo y dónde se conocieron. "Nuestro primer encuentro tuvo lugar en el verano de 2015 en Madrid. Yo, una asturiana recién graduada y residente temporal en la ciudad, crucé caminos con Matías, un peruano-bilbaíno con casa en la capital. Fue un encuentro de pura casualidad. Empezamos a charlar y lo que comenzó como una simple conversación virtual con el boom de Tinder, floreció hasta convertirse en una amistad única", cuenta Elena.

Una amistad virtual que desembocó en una primera cita física. "Fue el 15 de octubre de ese año cuando decidimos vernos por primera vez, optando por una cita sencilla pero encantadora: compartir una deliciosa pizza en un bar de Malasaña".

Los años fueron pasando, su noviazgo fue afianzándose y a finales de 2020, Matías se atrevió a pedir su mano. "La propuesta de matrimonio llegó tras un mes de pistas, juegos y sorpresas con amigos y familia. Fue como una auténtica gincana. Se dio el 31 de diciembre de 2020, en Tierra del Agua, un rincón especial en las montañas asturianas bajo un manto de nieve y atrapados por aludes, que nos hizo quedarnos más tiempo de lo previsto", detalla la novia.

Con su compromiso matrimonial público, comenzaron los desafíos. "Después de aquella pedida única, la vida nos retó: la madre de Matías tuvo una recaída en su enfermedad. Superar juntos este obstáculo fortaleció nuestra conexión. Intentamos casarnos en 2022, pero la vida nos presentó otra dificultad. Esta vez fue mi madre quien se tuvo que enfrentar una dura batalla, sumiéndonos a ambos en una montaña rusa de emociones, ya que a la vez mi salud se vio resentida. Y así, con el corazón lleno de aprendizajes y superaciones, llegó finalmente el esperado 2023, nuestro año", narra la asturiana.

La periodista y el educador social fijaron su boda para el 15 de julio de 2023 en el Palacio de Meres, ubicado en Asturias. La ceremonia religiosa, en la capilla de Santa Ana, que forma parte de dicho palacio, y la celebración ahí mismo.

Con un objetivo fundamental, "teníamos muy claro que después de los años que habíamos pasado, lo único que queríamos era disfrutar con nuestra familia y amigos", la pareja comenzó a organizar y armar su enlace.

Empezando por encontrar modisto para su vestido de novia. Resultó no ser solo uno, Elena confió en el exitoso tándem de From Lista With Love formado por Macarena Gaviera y Javier Zumárraga. "Cuando hablé por primera vez con Macarena y Javier, les expresé mi deseo de algo sencillo y elegante, pero con un toque único. Les dije que estaba dispuesta a dejarme llevar por la creatividad. Lo que inicialmente comenzó como una simple idea terminó convirtiéndose en mi vestido de ensueño".

Reconocibles sus diseños por unas señas de identidad muy claras entre las que destacan el minimalismo, la pureza de sus patrones, la atemporalidad, la elegancia y sí, la arquitectura en movimiento, la pareja de diseñadores mantuvo ese ADN en un traje que resultó ser 100% Elena. "La expresión 'arquitectura en movimiento' representa muy bien nuestra filosofía de trabajo. Aplicamos nuestros conocimientos y oficio de otras disciplinas al diseño de los trajes de novia y a su ejecución. Buscamos interpretar a la novia y construir y dar forma a la idea", contaron en una entrevista para Vanitatis.

Con la asturiana, el proceso se vivió prueba a prueba entre viajes de Asturias a Madrid. "La creación de mi vestido de novia fue una travesía llena de encanto y emoción. Viajar a Madrid con mi madre y mi hermana se convirtió en una experiencia única donde cada prueba del vestido se transformó en un capítulo de ilusiones. Entre risas y conversaciones profundas, cada detalle cobraba vida, convirtiendo el proceso en algo más que la confección de un vestido, fue la construcción de un sueño", confiesa la novia.

Poco a poco, Macarena y Javier idearon y fabricaron un vestido de novia desmontable para Elena, uno de esos trajes nupciales que va mutando según el momento de la celebración.

"Mi vestido de From Lista With Love experimentó a lo largo del día una metamorfosis gradual. Comencé con una elegante cola larga durante la ceremonia religiosa en la capilla, para luego prescindir de ella. Más tarde, en la fiesta, el vestido se transformó nuevamente al perder las mangas y ganar un toque de distinción con un tocado de plumas. Aunque sencillo, mi vestido se destacaba por su singularidad en cada fase de esta transformación".

Escote redondeado, hombreras pronunciadas en tejido plisado decoradas con minibotones forrados, manga larga, falda larga recta con abertura trasera, una voluminosa cola de tul y más botones en la espalda, así es el vestido transformable que Elena llevó en su boda.

Faltaba escoger los accesorios. Para el calzado, la asturiana confió en la marca española que desde hace varias temporadas calza a todas las novias: Flordeasoka. Escogió las sandalias 'Magritte' revestidas con terciopelo granate, detalle de nudo en la pala y con un tacón bajo en bloque forrado en lino metalizado de acabado oro. "Los zapatos dieron el toque definitivo al look", confiesa.

En el apartado de las joyas, unos pendientes largos de estética vintage, regalo de su familia, y el anillo de compromiso de Suárez con el que Matías pidió su mano.

Por último, el ramo. "Fue seleccionado con cuidado, explorando hasta encontrar exactamente lo que tenía en mente. Opté por un ramo sencillo, elegante y hermoso, con un toque de verde asturiano. Fue el complemento perfecto. Pero quería agregar un toque personal significativo. Así que envolví el ramo con una cinta que llevaba una medalla grabada con el apodo cariñoso que solía usar para referirme a mi abuelo, Tito".

Ya el día de la boda, de la puesta a punto de Elena se encargaron Lorena Carbajal Make Up, del maquillaje, y Barbareando, del peinado."Todo esto sucedió en el mismo palacio, en la habitación de la novia, donde compartí risas y nervios con mi hermana, mi madre, mi padre y ellas. Mientras nos arreglábamos, observábamos por la ventana, apostando a que el cielo se pondría de nuestro lado. Y vaya que lo hizo.

Resulta que el tiempo, a priori, no estaba de parte de la pareja. "Pronosticaban tormenta, ¡lo típico en Asturias! Pero al final, ni una gota. Todo salió exactamente como lo habíamos imaginado".

Para la ceremonia religiosa, y siguiendo la tradición, el compañero de travesía de Elena fue su padre, que también asumió el papel de padrino. "Recuerdo con cariño el coche clásico de mi padre, un R12, una sorpresa que le preparé frente a la capilla".

De la ceremonia se queda con una de las palabras que ofreció uno de sus familiares. "Sin duda, un momento inolvidable fue el emotivo discurso de mi hermana".

Al salir de la capilla, después del 'sí, quiero', llegó la primera sorpresa musical, "un gaitero y un tamborilero tocando el himno de Asturias, dejó a todos boquiabiertos".

Convertidos en marido y mujer por fin, las celebraciones dieron paso acto seguido en el palacio de Meres. Empezando con otra sorpresa, "los bailarines peruanos que aparecieron durante el cóctel con trajes típicos bailando una marinera, 'Así baila mi trujillana' y 'Con pañuelos al aire'. Fue un detalle cultural encantador que añadió aún más alegría y color a nuestro día".

Más música, otro protagonista velado del enlace. "Bajo el hórreo, el grupo Los Testigos nos hizo viajar en el tiempo con canciones del ayer y del ahora. Pero el momento que se llevó la palma fue cuando tocaron la canción de Chimo Bayo 'Extasi' y un robot gigante con luces led apareció, guiándonos hacia la gran fiesta. ¡La cara de la gente fue épica!".

Para abrir el baile tras el banquete, la sorpresa se la llevó ella por parte de su ya marido. "Matías me sorprendió antes del gran momento cantándome 'Tacones rojos', de Sebastián Yatra. Después, mi padre y yo inauguramos la pista con una mezcla única: una canción que a él le encantaba, 'Nights in white satin', de The Moody Blues, y un mix movido de 'I like it like that', de Cardi B. Confieso que para no hacer el ridículo en la pista, Matías y yo pasamos varios meses en una academia de baile en Gijón. Yo, que soy más torpe que un pato en la pista, y Matías, que con su ritmo latino me iba a dejar en el suelo, con ensayos y risas, logramos que estuviera bastante bien"

Una preciosa boda en el norte y un consejo para las novias que, como Elena, vayan a contraer matrimonio en breve. "Más allá de la perfección en los detalles, lo esencial es mantenerse fiel a una misma. La autenticidad brilla más que cualquier vestido o arreglo. Disfrutar de cada momento y reír mucho porque pasa rapidísimo". Y colorín colorado, Elena y Matías fueron felices para siempre.