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Los novios que irrumpieron en su boda escalando un monolito en una playa de Bolonia para sorpresa de sus invitados
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Los novios que irrumpieron en su boda escalando un monolito en una playa de Bolonia para sorpresa de sus invitados

María y Mario llegaron a su boda como protagonistas de una puesta en escena increíble: los dos vestidos de novios bajando por una gran roca ubicada en la zona de la ceremonia

Foto: María y Mario el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)
María y Mario el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)

Si tenemos en cuenta que María y Mario, los protagonistas de esta historia de amor, se conocieron en un rocódromo, es fácil entender el porqué de la increíble puesta en escena que llevaron a cabo el día su boda. "Nos conocimos hace 21 años en un rocódromo del grupo de montaña de Málaga, el Boquerón, el primer día que llegué, nos fijamos el uno en el otro, pero no fue hasta un año después de amistad, que comenzamos a salir juntos", cuenta la novia, una médico especializada en traumatología.

Padres de un hijo, Mario, bombero en la localidad de Torremolinos, le pidió la mano a María, como no podía ser de otra forma, en las alturas. "Fue el 4 de febrero de 2024, 8 meses antes de la boda, en el Pico del Veleta (enclavado en la provincia de Granada), a 3394 metros de altura".

placeholder María el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)
María el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)

Aunque la pareja se dio el 'sí, quiero' en una íntima ceremonia civil el 4 de octubre de 2024 en la localidad capital de la Costa del Sol, convocaron a sus familiares y amigos un día después, el 5 de octubre, con un cambio de ubicación: una finca en la playa de Bolonia, Cádiz.

Love Garden, con vistas sobre el estrecho de Gibraltar y el océano Atlántico, rodeado de jardines y con un monolito presidiendo su paisaje, fue el lugar elegido por la pareja para celebrar su enlace.

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placeholder María el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)
María el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)

"Desde siempre había imaginado una boda sencilla, con pocos invitados en un entorno natural. Pero desde que descubrimos la finca, la imaginación empezó a volar, queríamos que todos nuestros amigos y familiares se reunieran y disfrutaran tanto como nosotros de aquel lugar y así fue. La finca hizo su magia y nosotros añadimos unos toques originales que hicieron de ese día, un momento inolvidable para nuestras vidas", cuenta la novia.

Para organizar y planificar el enlace, María y Mario se pusieron en manos de Mila's Weddings. "Menos mal que tuvimos a Mila, ya que aquella finca es un paraje natural muy complejo para organizar. Necesita muchos proveedores, un lugar para camiones para descargar las cocinas, la iluminación, y el aparcamiento tiene el espacio justo. Además, yo soy muy indecisa, y necesitaba a alguien que me aconsejara, que pusiera orden a las ideas y me animara en momentos de agobio. Se convirtió en una confidente y amiga. Como ella dice, consigue ser tu hada madrina".

placeholder María y Mario el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)
María y Mario el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)

A los detalles medidos al milímetro por la wedding planner, los novios sumaron una sorpresa que dejó a sus invitados con la boca abierta: Mario y María irrumpieron en la ceremonia bajando aquel monolito que presidía la estampa.

Un momento que vino precedido del primer encuentro de la pareja, ya vestidos como novia y novio, en la intimidad. "Nos encontramos en la terraza de la habitación, fue precioso, muy íntimo y sentido. Los dos nos reímos, lloramos y nos abrazamos, cogimos fuerza para salir a hacer nuestra bajada tan especial de la roca, monolito característico y tan curioso de la finca. Nadie sabía nada, conseguimos sorprenderlos a todos y fue tan bonito… Al ritmo de la música, con la luz del atardecer y escuchando a nuestro hijo de 7 años, iniciar la ceremonia contando su historia con esa vocecita de cuento. Realizamos una entrada a la inversa, Mario y yo juntos bajando del monolito. Ahí nos estaban esperando nuestro hijo para darme el ramo, mi padre y la madre de Mario para llevarnos al lugar de la ceremonia".

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placeholder María y Mario el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)
María y Mario el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)

Nos detenemos en analizar y descubrir el look nupcial de la doctora. Clásico y de corte minimalista, su vestido estaba firmado por Jesús Peiró. "Al principio iba muy desencaminada, porque buscaba algo boho-chic, porque pensaba que aquel lugar pedía un vestido así. Pero cuando empecé a probarme vestidos de ese tipo, no me veía nada bien, no me favorecían. Así que gracias a probarme muchos tipos diferentes de vestidos, fuimos depurando qué estilo me sentaba mejor, y descubrimos que el cuello halter, dejando los hombros al descubierto y una falda amplia para poder moverme con comodidad, serían claves".

Así recuerda María el proceso de creación de su vestido de novia. "Es un momento muy emocionante, lleno de ilusión. Ves cómo un boceto capta todas tus ideas, después pasamos a una tela gigante, que te sobra por todos lados, a de repente ponerte a bailar para ver la fluidez y la comodidad que aporta. Cada prueba era un día festivo con mi madre y mi amiga, teníamos la tradición de ir al centro, dar una vuelta por las tiendas, tomarnos una tarta de queso de la famosa tienda 'La tarta de la madre de Cris' e ir a la prueba. Hacía que el día de la prueba era fiesta".

placeholder María el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)
María el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)

En cuanto a los complementos, "llevaba un tocado de Ana Fuente con flores de Edelweiss, ya que es la flor protagonista de nuestra boda, realizadas en un color metalizado a modo de enredadera. Los pendientes largos también con un toque de flores de Edelweiss, de Dos primeras. Un colgante con un diamante muy sencillo, regalo de mis padres de La Brune et la Blonde, y por último, los zapatos de Pronovias, buscaba unos zapatos altos pero con tacón cómodo, ancho, por el terreno irregular de la finca".

El ramo de la novia cierra el outfit. "Yo quería un ramo que simulara las flores del campo, algo informal, muy colorido y alegre. Así fue, nos lo realizó Artemisa floristería y a los chicos le pusimos una flor de Edelweiss en la solapa". El maquillaje y el peinado de la novia fue obra de Elisabeth Rey.

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placeholder María y Mario el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)
María y Mario el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)

María recuerda que "la ceremonia fue preciosa, con ritmo, muy alegre, llena de carcajadas, bajo el árbol principal de la finca, con un fondo de todos los pinos de Bolonia sobre el océano Atlántico y África al fondo. El poder reunir tantos amigos, compañeros y familiares en un solo momento y que nadie se descolgara de la lista de invitados fue un regalo. Recuerdo la magia del lugar, esta finca tiene un 'algo' especial que todos pudimos captar".

Acto a acto, la boda fue tal y como ellos habían imaginado. "Todo sucedió de una manera rodada, diferenciamos los momentos creados con una magia que todos después nos lo hicieron llegar (que todo parecía una película). En la ceremonia estábamos bajo un árbol precioso, decorado por Artemisa Floristería, de las ramas colgaban conjuntos de flores y decoración de cristal con flores en su interior".

placeholder María y Mario el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)
María y Mario el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)

Cuando la ceremonia llegó a su fin, arrancaron los festejos con guiño al cuerpo de bomberos. "La entrada al cóctel la hicimos pensando en la profesión de mi marido: con el sonido de las sirenas de los bomberos y la canción de 'Surfin’ U.S.A.' de The Beach Boys, él con la chaqueta de bombero puesta y yo con su casco".

Para el almuerzo, apostaron por un coctel, pasando de la idea tradicional de los invitados sentados en mesas. "Lo pensamos mucho, ya que nos salimos del estereotipo, pero cuando te sientas te limita el estar solo con los que están en tu mesa. Por eso pusimos mesas altas y mesas bajas con algunas sillas para tener un momento para sentarse y comer, la cantidad de comida fue un éxito, y el catering más, fue increíble, todo el mundo felicitándonos por la elección del modo de almuerzo y por el catering en general. Ya que de esa manera era más fluido el poder relacionarse entre invitados".

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placeholder María el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)
María el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)

La fiesta no tardó en llegar. "Teníamos un toro mecánico y para hacer la transición entre el coctel y el baile, nos pusimos unas plumas de indio y nos los llevamos a todos al toro mecánico". Los recién casados abrieron el baile con un tango de Carlos Gardel, 'Por una cabeza'.

"Después hicimos una batalla de bailes de los diferentes grupos de invitados; la familia, los amigos de la escalada, los amigos del mundo, los traumatólogos y los bomberos, cada uno sabía su canción con un mes de antelación y tenían que practicarlo y hacer el baile en grupo para después dar unos premios graciosos a cada uno. Todo aquello creó mucha complicidad entre todos, que después nadie quiso salir de la pista de baile".

placeholder María, Mario y su hijo el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)
María, Mario y su hijo el día de su boda. (Foto Mireia Cordomi)

Unos novios especiales y diferentes que tienen claro cuál sería el consejo para los siguientes, "haz una boda con la que te sientas identificada, no la hagas pensando en lo que le pueda gustar a otros, piensa en lo que os gusta a vosotros. Elige detalles especiales, momentos especiales que os caractericen para hacer partícipes a los invitados".

A lo que añaden, "no hace falta planificar la boda con un año o dos años de antelación, lo importante es contar con buenos proveedores y tener la finca y el catering lo primero, y en relación con eso, poner la fecha. Nosotros le dimos prioridad al lugar y la comida, por eso la fecha depende de la disponibilidad del catering. La comida es parte del éxito".

Si tenemos en cuenta que María y Mario, los protagonistas de esta historia de amor, se conocieron en un rocódromo, es fácil entender el porqué de la increíble puesta en escena que llevaron a cabo el día su boda. "Nos conocimos hace 21 años en un rocódromo del grupo de montaña de Málaga, el Boquerón, el primer día que llegué, nos fijamos el uno en el otro, pero no fue hasta un año después de amistad, que comenzamos a salir juntos", cuenta la novia, una médico especializada en traumatología.

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