Las fotos inéditas de Bárbara Mirjan el día de su boda con Cayetano Martínez de Irujo feliz y pletórica: así vivió los momentos previos al 'sí, quiero'

Se cumplen los primeros diez días de la boda entre Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan. Celebrada el pasado sábado 4 de octubre en Sevilla, con dos escenarios clave, ceremonia religiosa en la iglesia del Cristo de los Gitanos, y celebración en la finca Las Arroyuelas (Carmona), su enlace sigue siendo noticia. Si hace unos días Vanitatis pudo hablar con las creadoras del look que Mirjan llevó para la preboda, hoy y de la mano de Navascués descubrimos las imágenes nunca vistas de la novia.

Como decimos, la cuenta de Instagram que gestiona la marca nupcial liderada por Cristina Martínez-Pardo Cobián, diseñadora y fundadora de Navascués, ha compartido unas imágenes de Bárbara Mirjan instantes antes de poner rumbo a la ceremonia religiosa en la que vemos a la mujer del duque de Arjona arreglándose feliz y pletórica.

Acompañada de su equipo de estilistas con Alicia Baron a la cabeza, las imágenes tomadas por la reputada fotógrafa nupcial Lucía Jiménez nos muestran cómo vivió la mujer de Cayetano Martínez de Irujo los instantes previos al 'sí, quiero'.

Tomadas a plena luz del día, recordemos que la novia llegó al templo sevillano pasadas las 13.30 horas de la tarde, descubrimos algunos detalles de su look nupcial. Como, por ejemplo, que no llevó dos vestidos de novia y sí un traje desmontable que estas instantáneas exponen.

Dos piezas, un vestido base y una sobrefalda, que Navascués construyó con la intención de que Bárbara pudiera presumir de dos looks sin necesidad de cambiarse llegado el momento de la celebración y el baile.

Confeccionado en un tejido de crepe con cortes en godets de organza bordada con hilos de seda, como señalaron desde la marca nupcial, cuenta con mangas desmontables y un puño bordado en el brazo derecho, "elementos que refuerzan su carácter artesanal y exclusivo". El vestido de la mujer de Cayetano Martínez de Irujo se completó con una sobrefalda fabricada en una combinación de organza y tundra y un corselete bordado en hilo de seda. La cola, independiente, se ha realizado en organza con bordado y el velo, en tul de seda natural.

Tal y como puntualizamos el día de su boda, el vestido de Bárbara Mirjan fue una obra de arte por dos detalles bordados que Navascués incluyó en el diseño, otorgándole de esta forma personalidad y exclusividad.

El primero, un bordado que evocaba a las clásicas flores del mantón de Manila como guiño a la capital de Andalucía, el lugar que sirvió de escenario para la boda. Y el segundo, el que homenajeaba a la Casa de Alba, de la que entró a formar parte la novia al contraer matrimonio con el duque de Arjona. Un bordado que hacía referencia a la saya que lució la Virgen de las Angustias de la Hermandad de los Gitanos durante la pasada Madrugá del Viernes Santo. En palabras de la firma, "es un símbolo cargado de emoción y devoción, que además refuerza el vínculo histórico de esta hermandad con la Casa de Alba, a la que doña Cayetana profesó una profunda devoción".

Además de poder apreciar esos dos trabajos artesanales que se llevaron a cabo en el taller que Navascués tiene enclavado en el barrio de Salamanca, en Madrid, las fotografías nos cuelan en los preparativos de la novia en su gran día.

Lejos de mostrarse nerviosa ante el objetivo de Lucía Jiménez, la mujer de Cayetano Martínez de Irujo derrochaba felicidad. Mientras su peluquera y maquilladora perfilaba su look beauty y un ayudante sostenía el velo, Bárbara sonríe a la cámara rebosante de alegría.

Cuando la novia ya estaba preparada, se tomaron las últimas imágenes con la sobrefalda colocada y el ramo desestructurado en la mano. De ahí y acompañada de su padre y padrino, Bachar Mirjan, Bárbara puso rumbo a la ceremonia religiosa para pronunciar el 'sí, quiero'.